CAPITULO XXVI.

1.7K 121 31
                                    





« Your lips, my biggest weakness

Shouldn't have let you know

I'm always gonna do what they say

If you need me

I'll come runnin'

From a thousand miles away

When you smile, I smile »

-U Smile, Justin Bieber.



'Y a pesar de que no somos nada, me vuelves furiosa...'

Sábado 30, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.


Al terminar de desayunar, Justin no me permitió ayudarlo a lavar las cosas que ensuciamos. Peleé por unos minutos con él y me detuve en cuanto dijo que me amarraría a una de las sillas si seguía llevándole la contraria. No voy a mentir; me intimidó su advertencia por lo que me quedé en silencio.

Jodido neandertal.

Una sonrisa satisfecha se había deslizado por la comisura de sus labios y comenzó a realizar su tarea impuesta con mis ojos quemándole en la espalda, estaba segura que él podía sentir mi mirada en su cuerpo pero se dedicó a ignorarla.

Cuando todo está totalmente limpio, me dirijo a la habitación para tomar las cosas que estaba utilizando el día anterior y volver a ponérmelas luego de que Justin me dijera que podía ducharme si así quería, algo que no rechacé.

Siendo honesta, no quería irme. Sin embargo, debía volver al hotel y sabía que si seguía en su departamento, caería cada vez más por él y no me podía permitir eso.

Me doy una ducha que no dura demasiado, sin querer aprovecharme de su amabilidad y me cambio con rapidez. Me impresiona el hecho de que aún hay un poco de su aroma impregnado en mi cuerpo, y me deleito una vez más con ello.

Seco lo más que puedo mi cabello con la toalla, aún con unos cuantos mechones mojados. Agradezco el hecho de que a todos los lados que vaya, siempre lleve un pequeño desodorante y un perfume de viaje en mi bolso.

Ya estando lista, salgo del cuarto y bajo las escaleras, guiándome con la suave melodía que resuena en la estancia. Conozco la canción como la palma de mi mano; todas las mañanas, cada fin de semana suele apoderarse de mi casa. Es una de las tantas que mi mamá ama, y a mi papá le encanta cantarle por desconocidos motivos. No es algo romántico ni mucho menos, pero tengo la pequeña suposición de que algo estúpido debe haber ocurrido entre ellos y él debe haberle pedido perdón con aquella canción.

Mi pecho se aprieta ante aquel pensamiento, recordando lo mucho que extrañaba a mi familia. Añoraba más que nada verlos y escuchar sus voces una vez más, sin embargo no había manera en la que podía hacerlo. No cuando aún nos quedaban dos meses y un par de semanas, no cuando pondría mi relación amistosa con Emma en peligro, no cuando aún tenía tiempo para disfrutar a estas maravillosas personas que había conocido.

Me deleito ante la imagen frente a mí en cuanto he llegado al primer piso. Justin está de espaldas, con su pecho desnudo y sus pantalones de chandal colgando de sus caderas, el elástico de sus bóxers Calvin Klein grises queda a la vista. Está descalzo y eso no parece importarle para nada.

Su piel se encuentra ligeramente bronceada, contrastando con la tinta de su espalda, cuello y brazos, y debo apretar mis manos en puños intentando disminuir el cosquilleo en ellas debido a la impulsividad que me recorre; quiero acortar la distancia que nos separa y trazar cada una de aquellas simples líneas, recorrer cada parte de su piel y contar cada uno de los lunares.

THE GAME © {#1 Begin Again Series}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora