CAPITULO XXXII.

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« I've been here too long and if I stay, they'll tie me down

I know this chance won't hang around, so I'm gone forever

And I hear your voice as it echoes 'round my head

Always that same thing that you said »

-Get Out While You Can, James Bay.





'Me propusiste una locura, y creo que estaré aún más loca por siquiera considerarlo'




Domingo 31, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.




Luego de rogarle a Justin que se marchara debido a que no quería que Emma se despertara y causara un escándalo, finalmente se fue después de prometerle que saldría con él en cuanto reciba su mensaje.

No mencionó su proposición, lo cual agradecí porque no me sentía dispuesta a responderle ahora mismo. Debía buscar todos los pros y contras antes de darle una negativa o algo por el estilo.

Suelto un suspiro y dejo mis hombros caer, sin haberme dado cuenta de la tensión que invadía mi cuerpo. Cierro mis ojos y paso la palma de mis manos sobre ellos con pereza, dirigiéndome a mi habitación luego de darle una mirada de reojo al reloj sobre la mesita de noche y me sorprendo al ver que casi son las once, por lo que estuvimos cerca de dos horas peleando con Justin.

Me acuesto sobre la acolchada cama bajo el edredón y me dejo envolver por las suaves y cálidas sábanas sobre mí, esperando que el sueño me transporte de una vez y así poder relajarme y olvidar lo sucedido anteriormente.

Pero como si el destino quisiera todo lo contrario para mí, mi cerebro comienza a maquinar con rapidez y no deja de repetir la escena y sus palabras una y otra, y otra, y otra vez. Como si haberlo escuchado en ese momento no hubiera sido suficiente.

Nadie me había hecho sentir toda aquella clase de emociones en tan sólo cuestión de segundos. Nadie fue capaz de robarme el aliento con una sonrisa. Nadie logró causar que las mariposas revolotearan enloquecidas y revolucionadas en mi estómago.

Soy consciente de la locura que él me propone, y estaría mintiendo si digo que no me llama la atención aceptarla. Sé que no debería enrollarme en algo como eso cuando teníamos fecha de expiración, pero también sabía que si no tomaba el riesgo, me arrepentiría completamente.

El simple hecho de saber que terminaré dañándolo, me rompe el corazón. Odio que me deje ver cada uno de los sentimientos que lo invaden cuando me mira, odio ver aquella adoración y fascinación en sus infinidades doradas, odio que me brinde protección y me trate con tanta delicadeza cuando se lo propone. Odio sentirme de esta forma, odio que nos hayamos conocido de esta manera, y odio tener que irme.

Y a pesar de todos los contras que esto tiene y todo lo malo que traerá consigo, la posibilidad de tener aquel pequeño algo que me está ofreciendo, es mucho mejor que tener absolutamente nada. Porque al menos tendré un pedacito de su corazón, al menos podré llegar a conocerlo y disfrutar un lindo -pero corto- tiempo a su lado. Porque prefiero mil veces obtener las migajas, que no tener nada. Porque en el fondo de mí sé que él no puede ofrecerme más que ello, al menos no por ahora.

No hay tiempo para arrepentimientos, para pensarlo una y otra vez; dándole vueltas al tema como si fuera algo de vida o muerte. No debo seguir analizándolo, o siquiera entenderlo. Basta con ver lo que sus ojos demuestran, para saber que ese pequeño algo es más que suficiente para mí. No estoy dispuesta a exigirle más, no cuando terminaré abandonándolo y esos iris infinitos del color del oro terminarán mirándome con decepción y -quizás- odio.

THE GAME © {#1 Begin Again Series}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora