THE GAME © {#1 Begin Again Series}

CAPITULO XLII.

« You've been talking with your fist

We didn't raise you up like this,

Now did we?

There've been changes in this house

Things that you don't know about

In this family »

-When You Love Someone, James TW.

'Es increíble que no se den cuenta del daño que han causado durante tantos años'

Martes 9, Mayo.
Nueva York, Estados Unidos.

- Sigo sin comprender cómo es que he caído tan bajo por una persona como él -suelto de golpe, completamente molesta.

Pero más que nada, desilusionada.

- ¿Pensaste que Justin sería distinto? -una de las delgadas cejas de mi amiga se enarca.

Se acomoda sobre la cama para así ahora estar mirándome de lado, uno de sus brazos apoyados de forma que sostienen su cabeza.

- A pesar de que suene idiota, sí lo creí -me sincero, cerrando los ojos por unas milésimas de segundos antes de seguir-; debido a su edad, tuve la pequeña idea de que sería más maduro y sabría cómo tratar a una mujer. Sin embargo pareciera que sigue con sus conductas de adolescente hormonal.

- Cariño, sin importar qué edad tenga el hombre; siempre seguirá pensando con su pene -responde Emma con normalidad, encogiéndose de hombros y dejándome incrédula-. Y vamos, mientras tenga la fachada que tenga él, no podemos esperar menos.

- Gracias por la ayuda, amiga -remarco esta última palabra con fingido fastidio, pero esbozo una pequeña sonrisa para que se dé cuenta que estoy bromeando.

- De nada -guiña uno de sus ojos en mi dirección-. Ahora enserio; espero que no te pongas a sufrir por alguien como Justin, porque te juro que si te veo derramar una sola lágrima partiré a su departamento y le romperé todo lo que se llama cara -amenaza, formando su mano en un puño.

Me quedo en silencio mordiendo mi labio inferior para no reír, ya que está más que claro que Emma no es capaz de ni de causarle un mínimo dolor a una mosca.

- O el pene -sigue, decidiendo cuál es la mejor opción-. Una o la otra, de todas formas ambas sirven.

Río sin poder evitarlo y ella me tira uno de los cojines a mi rostro, el cual decido utilizar para apoyarme.

- No te creas que no me di cuenta que lloraste luego de ir a verlo -la conversación se vuelve seria y todo rastro de diversión se esfuma-. Y me estoy aguantando las ganas de salir echa una furia de aquí a encararlo por hacerle eso a mi mejor amiga.

Suelto un suspiro y llevo una de mis manos a mi frente, esperando así despejar un poco mi mente.

- No lo entiendo -bufo, y dejo caer mi cabeza de golpe contra el edredón-. ¿Cómo es que volví a su departamento? -levanto mis brazos esperando darle más énfasis a lo que digo, a pesar de que apenas y se me entiende-, ¿cómo es que siquiera pensé en perdonarlo luego de lo que hizo?