THE GAME © {#1 Begin Again Series}

CAPITULO IX.

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Nose to nose

Palm to palm

We were always just that close

Wrist to wrist

Toe to toe

Lips that felt just like the in »

-California King Bed, Rihanna.

'El día en que todo comenzó...'

Miércoles 27, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.

Parecía como si mis deseos serían completamente ignorados. Se sentía tan bien estar ensimismados en aquel silencio y llega él a interrumpirlo. Justamente él.

Mi acompañante se detiene y mira al hombre que tenemos a nuestro lado, quien nos mira con una ceja enarcada y una mirada sugerente. Sin embargo, el brillo oscuro en sus ojos me llama la atención. Sus manos están apretadas en puños a su lado y desde el ángulo en el que me encuentro, me aventuro a decir que es un poco más alto que Cooper.

La mirada de mi amigo se dirige a mi y sé que intenta preguntarme si no me importa, a lo cual solo respondo con un asentimiento y una sonrisa.

-Es toda suya -dice, pero puedo notar el tono afilado de su voz.

Justin parece no notarlo, y si lo hizo, decidió ignorarlo.

La mano de aquel hombre imponente se dirige a mi cintura y sorprendentemente la cubre casi por completo. Lo tengo frente a mí y llego un poco más abajo de sus hombros, y debido a lo grande que es me siento aún más pequeña de lo que ya soy.

Viste un traje negro que se ajusta a su cuerpo y los pantalones son entallados. Su camisa es blanca y utiliza una corbata del mismo color que la primera prenda.

El cuerpo que posee se ve intimidante de cualquier manera en que lo mires. Su mirada no ha disminuido la intensidad que desprende. Las mangas de su camisa están recogidas a la altura de los codos; dejando a la vista los tatuajes que cubren su piel. Siento aquella impulsividad apoderarse de mi ser y no puedo evitar querer pasar mis manos recorriendo cada rastro de tinta en su cuerpo. Su cabello está peinado hacia un lado y se ve tan suave que debo dejar de mirarlo para no querer aferrarme a él. Sus brazos se ven musculosos aún así con aquellas prendas cubriéndolo, y su espalda se ve increíblemente poderosa. Debido a la extensión de sus hombros no me deja ver otra cosa más que no sea él.

Se ve jodidamente dominante desde donde me encuentro; la posesividad con la que se aferra a mi anatomía logra sacarme de balance. Aquella tormenta de tonalidades mieles ahora se encuentran oscurecidos por completo.

-Parece que nos volvemos a encontrar -dice, con arrogancia.

-¿Debería estar emocionada? -pregunto.

Sé que sueno como una completa hija de puta cada vez que hablo con él, pero sus posturas me ponen de los nervios y no sé cómo actuar frente a él, menos cuando se dedica a sacarme de quicio.