THE GAME © {#1 Begin Again Series}

CAPITULO XXIII.

« Love is a crime and I'm stuck in your prison

Far as you want, baby, I go the distance

If you numb and I'm numb then what is we feeling? »

-Numb, Nick Jonas ft. Angel Haze.

'La primera vez que pude decirte algo de verdad'

Sábado 30, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.

Minutos después, Justin vuelve con un par de platos entre sus manos, y me impresiona la seguridad con la que camina. Sabe que nada se caerá.

Deja uno de los platos frente a mí, y el otro frente a la silla vacía. Desconozco el contenido, por lo que espero a que Justin tome asiento para preguntarle, sin embargo él se adelanta.

- Se llama risotto al radicchio -explica, con sus ojos fijos en los míos-, se prepara con ensalada lombarda; cuyo ingrediente principal es la col lombarda. De ahí que el color de este risotto sea rojizo.

Asiento ante su explicación y doy un bocado a la comida. Me deleito con el sabor del plato y una sonrisa se desliza por mis labios al darme cuenta de lo sabroso que está. Sé, de ante mano, que Justin está esperando una respuesta de mi parte, ansioso.

- ¿Lo has preparado tú? -cuestiono, llevando el tenedor a mi boca una vez más.

Debería decirle lo que opino, pero quiero hacerlo sufrir un poquito más. Su postura está rígida y me llama la atención que esté esperando mi aprobación.

Me regala un rápido movimiento de cabeza, dejándome saber que estoy en lo correcto. Luce nervioso.

- Está realmente bueno -digo, queriendo que se relaje de una vez y pueda comer lo que ha preparado.

Una sonrisa satisfecha se desliza por la comisura de sus labios y prueba lo que ha hecho. Masca con tranquilidad, se toma su tiempo.

Me pone nerviosa que no haya quitado sus ojos de mí, cosa que lo hace regodearse en su puesto.

Le doy un sorbo a la copa de vino, desafiándolo con la mirada. No quiero hacerle saber cómo me hace sentir, y al parecer se da cuenta de mi propósito ya que una de sus cejas se enarca.

- Así que, Abigail... -comienza, y debo morder el interior de mi mejilla para no llevarle la contraria-, ¿a qué te dedicas?

Suena curioso, y sé que se debe a que no le he contado absolutamente nada sobre mí. Tampoco tengo una idea sobre su vida, por lo que decido proponer algo.

- Juguemos a las preguntas -es algo inmaduro, lo sé; sin embargo es la única manera que puedo encontrar para curiosear en lo que sea su pasado.

Sus cejas se elevan al cielo con genuina burla antes de preguntar-: ¿Y eso por qué?

- Puedo apostar a que me preguntarás mil cosas sin dejarme la oportunidad de que yo haga lo mismo -explico-, por lo cual tienes veintiún preguntas, y yo tengo la misma cantidad.

Pasa una de sus manos bajo su barbilla, acariciándola como si estuviera pensando una respuesta aunque sé que aceptará.

- ¿Y si quiero preguntar algo más? -le da un trago a su copa para después seguir comiendo con lentitud.

- Entonces le agregaremos un par de preguntas -me encojo de hombros.

Tendría más oportunidades de conocerlo, así que no me quejaba.