Mis problemas mentales.

Primera y última.

Te extraño.

Lo hago a cada minuto. No es fácil olvidar después de un año juntas, es obvio.

Es que estoy enamorada de ti; de tu sonrisa, tu forma de mirarme, me enamoré de mí a través de tus ojos.
Todos nos juzgan, pero ellos no saben lo que tú y yo somos a solas. Lo mucho que te amo, lo mucho que me amas, como me miras cuando no hay nadie, la manera en que me besas cuando te abrazo.
Nadie se imagina todo lo que digo con sólo mirarte cuando estamos solas, tampoco saben los secretos que tus ojos me han contado.
Pocos saben lo maravillosa que eres estando conmigo y lo buena persona que soy estando contigo.

Pero nos rompimos, de la misma manera que se rompe un algo frágil, nos agrietamos poco a poco como la porcelana y al final terminamos en polvo, en basura, en nada.

Te amo porque te conozco. Vaya que lo hago. Sé como te ríes a cargadas con las películas infantiles, en especial las de Disney. Sé lo mucho que amas a tus hermanitos.
Conozco tu ternura y timidez cuando se insinúa un momento íntimo, sé lo mucho que te encantan mis travesuras incitadoras a algo sexual y lo mucho que te da pena cuando te descubro. Sé que eres débil y que me amas. Sé de tus inseguridades y que de vez en cuando te agachas para que te levanten. Sé que tus malas decisiones te persiguen más que a nadie porque te atormentas. Sé que me amas y también sé que estás cansada.

Sé muchas cosas pero ¡no me basta!, quiero saber más, quiero saberlo todo; de poco a poquito, porque soy de lento aprendizaje, quiero una cosa a la vez para terminar dentro de un año, tal vez dos. Y así volver a empezar con el número 1, hasta que se me olvide el 15 y la 28 y comenzar una vez más. Quiero empezar 3 veces, 5, tal vez 6.

Sé que nunca lo dije, porque no me gusta hacerte saber mis sacrificios, ésos los hago por las dos, no para presumirlos; te amo, me he enamorado una vez más, pero ahora es de una mujer, una mujer que me vuelve loca, que está loca y me encanta su locura porque encaja ¡DI-VI-NO! con la mía. Una mujer hermosa, futbolista, de cabello largo, de las que no piden permiso para salir porque les gusta ser rebeldes, porque teme escuchar un "NO". Me enamoré de una de ésas que es única, no hay nadie cómo ella y si lo hubiera la elegirías a ella de cien, de mil, de un millón. Me enamoré de una mujer, me encanta su sonrisa, como me trata, la manera en que me mira, su timidez, su amor por mí. Me enamoré de una mujer, es la primera mujer que me gusta de ésa forma que me hace querer arriesgarlo todo por ella. Y lo hice. Arriesgué lo más importante; mi familia.
Sé que nunca lo dije pero era para no hacerte sentir incomoda, se los dije, lo saben mi hermano y mi madre, quién no estuvo de acuerdo. Éstas vacaciones asistí a un retiro, era para quitarme lo "lesbiana". Hicimos muchas actividades y todas sólo me hacían recordar que estoy enamorada de una mujer y me sigue gustando cada día más.

Lástima que nos rompimos. Lástima por mí, porque para mi madre ha funcionado el retiro, porque le he dicho que ya no me interesa ninguna niña. No mentí, es complicado salir con mujeres y no lo volveré a hacer, no sí la niña no eres tú. Porque te amo a ti.

Aún me dueles y no tengo el valor ni para mirarte. Perdón.

Te amo y te lloro cada noche desde aquel día. Te pienso en la mañana y en las tardes, una vez al minuto por 60 segundos.

Se lo he contado a la psicóloga y dice que hagamos las pases, que tal vez tú me estás esperando.
No sé qué hacer.

Pero te amo, y que quede claro, sólo a ti. Nunca lo dudes.
Eres la única niña a la que me permití y permitiré a amar. Sólo tú.

Ante mi familia ya me curé, pero te juro que yo no me siento sana ni a salvo; porque te necesito, te amo y te extraño.

Eres mi novia eternamente, porque de no pensar así, muero una vez más a cada segundo.

Siempre tuya.