Incierto

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Edward pov. 

Al día siguiente me desperté, abrí los ojos y estaba completamente solo en la cama... sabía que Bella ya no estaría pero porque sentí ese vació en mi pecho, decidí ignorarlo pues era la costumbre y pronto Leah estaría aquí. 

Me vestí para irme al trabajo, cuando llegue escuche a Leah hablando por telefono. 

-Yo también te quiero -fruncí el ceño. 

Leah volteo a verme y me sonrió, al principio vi nerviosismo en ella pero después ya no vi nada. 

-Adiós mamá -y colgo-. Hola amor -saludo. 

-¿Con quien hablabas? 

-Con mi madre me decía que porque no la había ido a ver en esta semana -dijo. 

Le creí, no tenía motivos porque desconfiar de ella. 

-¿Creo que debes presentarme en algún momento? 

Abrió los ojos de sorpresa. 

-Cla..laro -dijo nerviosa. 

-¿Qué no quieres que la conozca? 

-No, no es eso es solo que se me hace extraño. 

-Bueno ahora que viviremos juntos, seremos pareja y en algún momento quiero que seas mi esposa. 

Sonrió. 

-Ya tengo mis maletas listas, están en mi auto.

Pase mis mano por su cintura, me acerque a sus labios y los bese. 

-Perfecto, saliendo de trabajar iremos a dejarlas a tu nueva casa. 

-Bien. 

Le di otro pequeño beso y entre en mi oficina. 

Estaba feliz porque al fin viviría con Leah, esperaba que Bella no se tardara en mandar los papeles del divorcio quería casarme con Leah pronto. 

Pasaron las horas y se llego la hora del almuerzo. 

-Leah puedes venir -la llame por el telefono. 

-Si amor -sonreí me gustaba que me llamara así. 

-Tengo hambre -me levante de mi silla. 

-¿Quieres que te traiga algo de comer? 

Negué con la cabeza. 

-Tengo en mente otro tipo de comida. 

-Ah sí ¿qué tienes en mente? 

Cerre la puerta con llave y arrastre a Leah hasta el sofá que estaba en mi oficina. 

Me encantaba que llevara faldas con ellas se veía irresistible y hacía las cosas más fácil. 

Levante sus falda hasta su cintura y arranque su bragas. 

-EDWARD!! -grito. 

-Luego compraremos unas ahora quiero almorzar. 

Me arrodille frente a Leah me agache hasta la altura de su intimidad y primero pase las yemas de mis dedos por su clítoris logrando que soltara un siseo de sus labios... sonreí engreída mente me encantaba poder provocar eso en ella. 

Lleve mi lengua hasta su entrada y la penetre con ella sentía como Leah se contraía de placer, mi lengua era apretada por sus paredes vaginales... seguí con mis estocadas un par de veces más. 

-Vamos Edward... ya casi -dijo Leah entre gemidos mientras llevaba sus manos a mi cabeza y me empujaba más hacia ella. 

Continue con mi tarea, lleve mi mano a su clítoris y lo pellizque, logrando que se corriera en segundos... podía sentir como mi erección se hacía cada vez más dura que en cualquier momento mis pantalones estallarían. 

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