Palabras necias

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Edward pov. 

Sentía como me molestaba todo el cuerpo como si me hubieran partido en dos, además estaba inmerso en una oscuridad podía escuchar las voces de las enfermeras y los médicos. 

Y una voz en especial... mi Bella. 

-...Sabes me han llamado de nuevo señora Masen -hizo una pausa-. Espero que no te moleste. 

¿Señora Masen? Me agradaba como sonaba eso, me gustaría que volviera  a ser la señora Masen ¿cómo podía pensar que eso me molestaría? Es lo mejor que he escuchado desde que llegue a Londres. 

Escuche como sus pasos se alejaban, quería decirle algo intente hablar y las palabras salieron de mi boca. 

-Tal vez deberías de volver a ser la señora Masen -murmure con voz ronca, sabía que no era una buena... ¿propuesta de matrimonio? si, así era como había sonado. 

-Edward... -sentí como tomaba mi mano-. Edward... 

-Bella... -abrí los ojos lentamente pude notar demasiada luz en la habitación que molestaba mis ojos. 

Bella lo noto y se acercó a la venta cerro las persianas. 

-Bella... sobre lo que dije... 

-Estabas dormido Edward no sabías lo que decías -dijo, pude notar como su voz iba cayendo de tono. 

-Bella... 

-Shh, no importa iba a decir que si importaba pero el sonido de la puerta nos interrumpió. 

Una enfermera entro con vendas y gasas.

-Hola, buenos días veo que el paciente ha despertado -dijo sonriendo-. Mi nombre es Maggie seré su enfermera, cambiare sus vendas -miro a Bella-. Necesito que salga un momento, por favor.

Bella asintió. 

-No te vayas -susurre. 

-Edward solo saldré un momento, tranquilo. 

-No ha terminado nuestra conversación. 

-No hay nada de que hablar -pero que necia era esta mujer, si por eso la amo. 

Suspire. 

-Ya veremos. 

Bella negó con la cabeza, se acercó y me dio un casto beso en los labios y salió. 

La enfermera descubrió mis heridas donde las balas habían impactado comenzó a poner nuevos vendajes, los anteriores estaban todos llenos de sangre. 

Sentí una molestia cuando los retiró. 

-Lo siento -se disculpo. 

-No importa.

La enfermera continuo con su trabajo después de unos segundos termino. 

-Gracias -agradecí. 

-Por nada -sonrió, checo mis signos vitales y luego salio de la habitación. 

Bella entro un segundo después. 

-Hola de nuevo. 

-Hola, hermosa. 

Sonrió un poco sonrojada. 

-¿Podemos hablar ahora sí? -preguntó.

-Edward ya te dije que no hay nada de que hablar.

-Por supuesto que lo hay -hice una pausa-. Estaba hablando en serio cuando dije que... 

-No, solamente eran los efectos de los medicamentos. 

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