Condiciones

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Edward pov. 

Bella me había aceptado, Bella me había aceptado, era algo que no se dejaba de repetir en mi mente. 

Quería abrazarla, besarla, pero me detuvo. 

-Tengo algunas condiciones. 

Fruncí el ceño, a caso escuche bien ¿quería ponerme condiciones? no estaba en posición para negarme a algo, no tendría nada de malo escucharla, quería estar con ella y si tendría que tirarme de un puente lo haría... claro aún no se me olvidaba mis propias condiciones

-¿Cuáles son tus condiciones? -pregunte. 

-Eso es lo interesante -sonrió, puede ver en sus ojos un rastro de maldad. 

Trague saliva. 

-Te escucho. 

-Toma asiento esto será un poco largo -dijo mientras me señalaba el sofá frente a ella. 

Tome asiento y me incline un poco apoyando los codos en mi muslo. 

-Te escucho. 

-Esto es más una petición que una condición -hizo una pausa-. Vas a dejar esa estúpida idea que tienes de vengarte de mí. 

-Es algo que vamos a disfrutar los dos -sonreí-. No pensé que te molestara. 

-Tal vez después me interese -se sonrojo-. Ahora no. 

Puse los ojos en blanco. 

-Bien, ¿qué más? 

-Esta te va a gustar, no me besaras hasta que yo te lo pida, lo mismo será con el sexo. 

Fruncí el ceño. 

-¡Eso si que no! -grite. 

-Baja la voz -dijo firmemente. 

-¿Cómo puedes hacerme eso? 

-Lo siento pero aceptas o la puerta es muy grande y se que cabrás por ella. 

-Eres mala. 

-No querido, soy vengativa. 

-Venganza -era un afirmación-. ¿No podías escoger una con más placer? digo algo que nos beneficiara a los dos y no que nos perjudicara. 

-No.

-Bella creo que estas siendo dura.

-Y eso que aun no has escuchado el resto. 

Sonreí, me gustaba la maldad de Bella era algo que no veía siempre. 

-Pero si te parece que estoy siendo dura, puedes irte -dijo. 

-No lo voy a hacer, aunque me prives de tu cuerpo. 

-Otra de las condiciones y una de las más importantes es que deshagas cualquier tipo de contacto con la zorra de Leah. 

-Eso ya esta hecho. 

-A sí me gusta, que me obedezcas. 

Alce una ceja. 

-¿Qué? 

-Nada, nada -levante las manos hacia el frente. 

-Bueno por lógica tampoco tendremos sexo.

-¿Bella, son condiciones o castigos? 

-Son condiciones Edward, que te pondrán a prueba. 

-Oh ahora entiendo, quieres probarme para ver si no te soy infiel de nuevo -dije como afirmación. 

-Ya sabía yo que eras inteligente. 

-Bella, ¿no te basta con mis palabras? 

-La última vez tus palabras se volvieron cenizas. 

-No fue para tan.... -me calle bruscamente, no debería de haber dicho eso. 

-¿No fue para tanto? En serio pensabas decir eso... vaya veo que me equivoque y lo que vi en tu oficina solo fue mi imaginación -hizo una pausa-. La próxima vez me pondré lentes. 

-No tienes porque ser tan sarcástica, elegí mal mis palabras... no es eso lo que de verdad quise decir. 

-Pero fue lo que pensabas. 

-Bella, solo terminemos con esto... ¿tienes alguna otra condición? 

-En la oficina guardaremos las apariencias, no pensaras en tomarme de la mano nada de eso, tendremos una relación de jefe y empleado no lo mezclaremos. 

-¿Ahora tu eres mi jefa? 

-Sí, lo soy... bueno no directamente pero... tu entiendes. 

-Claro -hice una pausa-. Pero si veo que algún idiota se sobrepasa contigo de nuevo esta vez lo mato. 

-No será necesario. 

-Si lo es, no dejare que nadie se acerque a mi mujer. 

-¿Tú mujer? 

-Eres mi mujer Bella, aunque quieras negarlo lo eres tu cuerpo me llama me desea justo como en este momento. 

-Podré estar deseándote Edward pero eso no quiere decir que sucumba a tus encantos. 

-¿Quieres ver que si puedes caer ante ellos? 

-No, no quiero. 

Sonreí. 

-¿Eso es todo? 

-Sí, por ahora. 

-Entonces yo también quiero poner un par de condiciones. 

-No creo que tengas ese derecho. 

-También me privas de mis derechos. 

-Sí. 

Asentí, no creo que sea para nada bueno que diga algo ahora ya después vería como la persuadiría. 

-Si ya no hay nada más que decir es mejor que nos vayamos a dormir. 

-Una pregunta más. 

-Dime. 

-¿Cuándo comienzan las condiciones? 

-Mañana -pero rápidamente se calló-. Digo... 

-No, dijiste mañana a sí que esta noche eres completamente mía de nuevo -me acerque a ella. 

-Edward... -mientras yo avanzaba Bella retrocedía los mismo pasos. 

-¿Por qué te alejas? no me temas, no pienso comerte -hice una pausa-. Bueno eso no es del todo cierto -sonreí. 

Nos vimos a los ojos, no vi venir el movimiento de Bella cuando de pronto salió corriendo hacía las habitaciones la seguí. Cuando estaba por entrar a la que creí era su... ahora nuestra habitación la tome por la cintura y la pegue a mí. 

-No pienso dejarte huir. 

-Edward, no.... 

-No me digas que no, ambos lo queremos -lleve su mano a su falda y metí mi mano debajo de esta. 

-Edward... -siseo. 

-Es mejor que entremos, no queremos despertar a Tony. 

Empuje la puerta con mi pie y entramos a la habitación... sentí la mano de Bella detrás de mi espalda para empujar la puerta y poner el botón de esta. 

Bese su frente, baje por su oído cuando llegue al lóbulo de su oreja lo mordisque haciendo que a Bella se le escaparan unos cuantos gemidos. 

Baje por su mejilla dejando pequeños besos, no bese sus labios quería dejar lo mejor para el final. Fui directo a su cuello y lo ataque quería dejar mi marca, quería que supieran que tenía dueño y que ese era yo. 

Solo yo. 

-Esta noche te voy a demostrar quien es el mejor... quien es tu dueño y quien te hará gritar te aseguro que olvidaras hasta las condiciones que impusiste que no podrás evitar desear mi cuerpo en los próximos días. 



















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