Capítulo 5 -Futuros distantes-

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Caminamos por un paraje extraño, un lugar que confunde y que hace creer que andamos por un vacío en el que lo único que existe es una bruma infinita. La naturaleza que impregna esta parte del Ghoarthorg se alza invisible y trasmite con fuerza su esencia. Aquí, es necesario centrarse en lo que uno es para no perderse en lo que podría llegar a convertirse.

El que mis piernas se pierdan dentro de una densa bruma oscura y no consiga ver por dónde camino, aun sintiendo que piso un suelo sólido, junto con la ligera tensión que me produce el estar rodeado por una niebla blanca que surge de la negra y cubre nuestro alrededor, consigue que emerja de mi interior una inquietud que me empuja a estar alerta.

Al sentir que la debilidad me invade, me viene a la mente el desasosiego que me produce el que mi poder me esté abandonando. Mientras ando intranquilo sintiendo la presión que ejerce el entorno que nos rodea, aunque quiero alejarlo de mis pensamientos, me es imposible no acordarme del culpable de que la energía de mi ser me esté rehúyendo cuando más la necesito.

«Aún alejado de mí por una eternidad, aún así tu sombra consigue alcanzarme...».

Ese fragmento de mi ser, esa parte oscura creada con la energía del alma de Él, se está apoderando de la fuerza de mi alma y es solo cuestión de tiempo que la ponga en mi contra. En cuanto tenga el control, me atacará e intentará adueñarse de mi cuerpo.

De forma instintiva, poseído por un profundo impulso, pronuncio un pensamiento susurrándolo tan flojo que Valdhuitrg no llega a escucharlo:

—No lo lograrás...

Antes de que Karthmessha se despertara, delirara y volviera a perder la consciencia, estuve intentando en vano manifestar a Dhagul. Incluso llegué a llamar a Laht con el único resultado de escuchar cómo se alejaba su graznido.

Sentir esta lejanía con mi ser, notar cómo mi esencia se distancia de mí, ha conseguido que por primera vez en mucho tiempo me sienta indefenso. ¿Qué soy sin mis habilidades? ¿Tengo alguna posibilidad de sobrevivir en un mundo gobernado por fuerzas tan poderosas? ¿Seré capaz de vencer en los combates que se avecinan? No lo sé, y el no saberlo hace que me hiervan las entrañas...

En estos momentos, en los que me veo tan vulnerable, es cuando más aumenta la admiración que siento por personas como Doscientas Vidas. Ahora es cuando comprendo la magnitud de sus gestas. Los humanos que no tienen más que sus manos y sus armas para defenderse contra fuerzas antiguas y poderosas son los que logran que mantenga cierta esperanza en mi victoria. Ellos y ellas son mis héroes.

En esta creación gobernada por entidades que proclaman controlar o provenir del silencio, en este lugar tan lleno de dolor y desaliento, es cuando mi humanidad se impone y consigue mantenerme centrado. No podré evitar que las dudas y los miedos me golpeen, pero hasta que no se derrame la última gota de mi sangre seguiré avanzando sin detenerme para lograr la victoria.

Sintiendo las vibraciones que producen los eslabones que se hunden en la muñeca, dejo atrás mis pensamientos, vuelvo a centrarme en la razón de que estemos aquí, acelero un poco el paso y me pongo al lado de Valdhuitrg.

Cuando el demonio escucha el tintineo que produce la cadena mientras avanzo, pronuncia sin dejar de mirar al frente:

—No falta mucho. —En sus brazos, con cierta ternura, sostiene a Karthmessha que se mantiene inconsciente—. Me cuesta guiarme por este laberinto de niebla, pero, aunque se ha ocultado más que la última vez que vine, aún puedo oler el sutil olor que desprende su alma.

Notando como si alguien o algo nos siguiera, como si nos observara desde más allá del muro de niebla, digo:

—Espero que no tardemos en llegar. —Giro un poco la cabeza y contemplo la bruma que se alza a nuestro costado—. A este lugar no le gusta que estemos aquí.

Los Ancestros del Silencio [La Saga del Silencio parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora