Después de abandonar el nivel de la ciudad en el que se hallaba el lago, hemos descendido hasta alcanzar una parte de las ruinas en las que los edificios han dejado paso a inmensas grutas casi vacías, a senderos escavados en las rocas en los que apenas hemos encontrado pequeñas fortificaciones que muestran cómo de tenaz fue la resistencia.
En estos grandes caminos, donde la vista no alcanza las partes superiores de las cavidades, nos hemos topado con deformidades y con unas criaturas de pelajes marrones que se movían por las paredes. Aunque no han sido una amenaza, aunque no nos ha costado acabar con ellas o espantarlas, su presencia me ha trasmitido la certeza de que tan solo son un anticipo de los verdaderos peligros que anidan en las profundidades de la ciudad derruida.
A cada paso que doy, cuánto más avanzo y desciendo, más fuerte es la sensación de que algo nos observa. Cada vez que paso por una fortificación en ruinas, cada vez que veo los restos de quienes resistieron, ya sea en forma de huesos o en cuerpos momificados envueltos por armaduras oxidadas, siento que la amenaza que se esconde en las profundidades ha reclamado este cementerio de un tiempo pasado como algo de su propiedad.
Cuando escucho un grupo de pisadas que se originan en zonas de las grutas que aún no son visibles, miro a Valdhuitrg y aseguro:
—Nos vigilan. Están observándonos para saber con qué fuerza y en qué momento atacar.
Mientras olfatea, el demonio se mantiene callado unos segundos.
—Sí... —contesta—. Aunque se ocultan bien, dejan un débil rastro. —A través de su mirada veo cierta sorpresa—. No sé qué son, son algo nuevo, algo que no existía cuando nos adentramos en las ruinas por primera vez. —Se queda pensativo—. Creía que en las zonas más profundas solo habitaban Llághertes, pero las ruinas han cambiado mucho desde la anterior incursión.
Athwolyort se pone a nuestro lado, se queda observando cómo las paredes de la cavidad emiten un tenue brillo entre verdoso y azulado, y nos dice:
—No solo han cambiado las ruinas. Fijaos en el musgo adherido a la roca, es diferente al de las zonas más cercanas a la superficie, también ha sufrido una trasformación. —Se agacha, posa la mano en el suelo, acaricia la piedra y añade—: Algo o alguien ha moldeado los niveles inferiores de la ciudad. —Se levanta y nos mira—. No me gusta la idea, pero a lo mejor deberíamos dividirnos en grupos pequeños. —El demonio lo observa meditando su propuesta—. Sea lo que sea lo que nos vigila, forma parte de una fuerza numerosa y seguro que a la que pueda nos cortará el paso y atacará por la retaguardia. Deberíamos hacer que lo que nos sigue se separe, que se disperse detrás de muchos grupos y descender hasta los niveles inferiores. —Eleva un poco la vista y contempla la grandeza de la cavidad—. Estas grutas tienen muchos accesos a las zonas más profundas, allí podremos reagruparnos.
Antes de contestar, Valdhuitrg gira la cabeza y sigue con la mirada el contorno de las paredes rocosas.
—Es una buena opción... pero este lugar ha cambiado mucho. No sabemos si se habrán reducido los accesos a los niveles más profundos de la ciudad. Quizá separándonos enviemos a muchos a caminos cerrados. —Mira a Athwolyort—. Quizá caminemos directos hacia la muerte.
Jhartghartgahst, que está detrás de nosotros y ha escuchado la conversación, dice:
—Las ruinas encierran fuerzas ocultas que han permanecido durante mucho tiempo en un profundo letargo. No sabemos qué son quienes nos están observando, pero sí que van a buscar atacarnos desde una posición de fuerza. —Camina unos pasos y se queda mirando una parte lejana de la cavidad en la que nacen varias grutas—. Si yo fuera él o ellos, si estuviera vigilando a una fuerza tan numerosa para encontrar el mejor lugar para atacar, sin duda lo haría cuando esta tuviera que concentrarse en una fila que se adentrara en senderos estrechos. —Se gira, dirige la mirada hacia el ser de piel verde y cabello negro con el que se halla encadenado y le pregunta—: ¿Tú qué crees, Hathgrelmuthl?
ESTÁS LEYENDO
Los Ancestros del Silencio [La Saga del Silencio parte II]
Fantasía(Continuación de "El Mundo en Silencio") Tras vencer a We'ahthurg y sobrevivir a la destrucción del Mundo Ghuraki, Vagalat se encuentra flotando en el vacío en un estado casi de letargo. Sin apenas poder mover los párpados y los...