Caos Series (#1 - #4)

7: La Verdad

Nunca debí suponer que todo saldría fácilmente, ir y anunciar una traición, los demás dioses no me creerían Mi padre era mi última opción.

Corrí lo más rápido que pude, él creería mi historia, no era la primera vez que Hera intentaba vengarse, me creería, tenía la esperanza que lo hiciera. Es mi única opción.

Debí saber que Hera no me dejaría llegar tan lejos, caí de rodillas en medio del consejo, incorporándome rápidamente levante la cabeza, Zeus, Hades, Hestia y  Deméter me miraban, por un instante la ausencia de Poseidón y Hera me llamo la atención, pero rápidamente fue desviada, padre estaba sacudiendo la cabeza en desaprobación, había llegado muy tarde.

No podría prepararlos de alguna manera, tenía que decirlo de mala manera, de una vez, esperando simplemente lo mejor. Se me abrió la boca pero la volvi a cerrar, no tenia palabras para comenzar a decir la verdad, muchos sentimientos se encontraron en este momento, estuve mucho rato como un pez, así que finalmente baje la mirada, diciendo lo único certero que encontraba en esta situación.

—Yo no lo hice.

—¿Y crees que te creeremos? —bufó Hades, mi padre lo silencio con una mirada.

Levante la mirada, intentando enfrentarlos, no podía mostrar debilidad, no aquí, no en este momento, sabía que lo que decía era certero, era la verdad.

Pero a veces eso no bastaba, no contra la manipulación de una diosa, la verdad no me funcionaria por más precisa que fuera. Pero no podía volver a bajar la cabeza, no podía mostrar sumisión, lo que decía era correcto lo aceptaran o no. 

—Yo no lo hice —dije con voz firme, levantando la barbilla.

Era una diosa como ellos, no podía sentirme inferior.

—Las pruebas son precisas hija, no hay nadie más que tu que cumpla con esta tarea.

—Hera puede, ella lo hizo. —Levante la voz—. Ella tiene sus motivos, razones justificadas pero sus actos son los equivocados, ella me quiso usar para causar esos daños.

—¿Por qué haría eso?

—Nadie la respeta. —comencé a caminar por la habitación, mirándolos con superioridad, yo sabía algo que ellos no y eso les intrigaba—. Nadie respeta lo que es. La diosa de la familia. ¿Cuántas amantes han tenido? —Bufé—. ¿Cuántas veces deshonraron a nuestra familia? La mitad de los dioses aquí son vástagos, como esperan que reaccione.

Se hizo silencio, lo estaba logrando

—Ella quiere destruirnos. Limpiarnos. —sacudí la cabeza aún en incredulidad.

—No podría —dijo con sorna Hades.

—Ella menciono algo de un balance. —dije con autosuficiencia.

Otra vez silencio. Todos comenzaron a mirarse, susurrar entré sí.

Quizá.

Solo quizá, tenía una oportunidad.

—¿Cómo lo sabes?

O quizá no.

Deméter, era mi más grande desventaja aquí,  si de alguien estaba segura de no poder convencer era a ella. Era más reacia respecto a todo lo relacionado conmigo.

Mandar a Adonis al inframundo me congracio con Perséfone, conseguirle el amante que ella verdaderamente amaba más que su penuria eterna con Hades hizo que me viera bien con ella. Su madre…

Según ella arruinar el matrimonio de su hija con uno de los grandes dioses me hacia una escoria que tenía que ser eliminada. Y sabía que explicar cómo lo sabía, como lo habría descubierto, traería más problemas que ventajas. De todas maneras no tenía otra opción.