Caos Series (#1 - #4)

6: Caos

Escondí mis emociones tan pronto aparecí en el salón. Todo estaba en silencio, ninguna energía se sentía a mí alrededor, nadie estaba presente.

Era malo, muy malo.

Conforme avancé, camino a la habitación de mi madre, quizá en busca de respuestas, quizá en busca de algo que me diga que tenía motivos, razones, algo que me diga que estaba equivocada.

El sonido de mi corazón en el único ruido existente, acompañándome en una marcha con cada latido.

Boom boom.

Boom boom.

Sentí como si miles de hormigas recorrieran mi cuerpo, estaba asusta, completamente aterrada, no por enfrentarme a mi madre, puesto tenía claro que mi madre no haría nada para lastimarme, tenía miedo, de enfrentarme a la diosa cruel y despiadada que quería acabar con todo, inclusive familia.

Y conforme avanzaba en mi marcha, recuerdos de ella me invadieron, no todos eran malos, algunos los guardaba como valiosos tesoros, los guardaría como tesoros, mi corazón se apretó ante los recuerdos.

¿Estaba segura de hacer esto?

No.

Era la verdad, una hija nunca estaría segura de delatar a su madre, a lo que en mi caso podría significar un exilio en las celdas del tártaro. Pero aunque ese no fuera su castigo, iba a desatar el caos entre los mismos dioses.

Es diferente cuando peleas por poder, territorios, engaños.

Te duele.

Te traicionan.

Te lastiman.

Pero NUNCA te matan. Madre quería matarnos, quería que YO los matase.

¿Por qué?

Solo esa pregunta invadía mi mente, solo esa pregunta sería la que me daría las esperanzas de finalizar con ello. La esperanza era lo único que se perdía al final.

¿Pero y después?

Que haría después de descubrirlo.

¿Matarla?

¿Reportarla?

¿Culparme?

Matarla, no entraba en mis planes, fuese lo que fuese yo seguía teniendo una conciencia, fuese lo que fuese era mi madre. Mi conciencia no me permitiría asesinar a mi propia madre.

Reportarla. Esta no era la cuestión, podría reportarla de una ves en vez de pedir sus explicaciones, tenia una manera de demostrarlo, una manera sangrienta para mostrar la verdad. La cuestión estaba en dos palabras. ¿Me creerían?

 No.

Esa era la verdad, siendo lo que soy, mi propósito, o la verdad que en este había quedaban opacados en los hechos del pasado. La ironía. La diosa del caos intentando, detener algo que se puede decir que ella misma comenzó.

Que yo comencé.

—Eris

Fije mi vista en Era, tomando una leve respiración me acerque a ella y la esperanza de que sus acciones pudiera tener un bien se esfumo tan rápido cuando mis ojos se clavaron en los suyos.

Reconocimiento.

Era sabía lo que había hecho, en su mirada en color de mis ojos aún rojizos me delataba, pero no mostró temor alguno, solo satisfacción, porque lo supiera, porque la confrontara.

Levantó una mano, acercándola a mi mejilla, retrocedí.

—¿Por qué lo hiciste?

Era me miro como si fuera obvio. Y la venenosa energía que comenzó a salir de ella me mareo.