Caos Series (#1 - #4)

5: Tiempo

Eris.

Olimpo.

Casa de los dioses, nuestra casa.

―Ahora ardera...

Destruida, no encontré a mi padre, no sé si respirar de alivio o preocuparme por su ausencia, Hestia como siempre no estaba aquí, Hades tampoco, solo quedaban ninfas y dríadas, oceánidas y hadas, Deméter era la única Diosa presente, Hefestos y Afrodita estaban tras de ella.

¿Pelear o vivir?

Esa era la cuestión, al flanco izquierdo de Cronos podía ver todo. Y aunque yo misma estaba generando esto, no puedo negar que me dolió la traición de Deméter, pero temía por esos que se negaran...

Tal como lo hizo Hefestos.

―Puedes creerlo Cronos ―ríe Metis mientras se acerca a él, con solo una mirada lo manda al suelo, retorciéndose bajo su mirada, solo puedo mirar.

Ella se detiene.

Me mira. Se lo que planea.

―Me parece bien ―Cronos responde a la pregunta no pronunciada

Algo dentro de mi tiembla, de miedo y emoción.

―Dejame ver dónde está tu lealtad querida Eris.

No me intimido, recuerdo por qué hago esto.

Mis rodillas tocan el suelo, poniéndome a su altura, Hefestos me mira, bufa.

―Una diosa no... ―mis mirada jamás lo abandona mientras llevo mis manos a sus mejillas, explicando con mis ojos que pasará―, no eres una diosa ¿cierto?

Mis brazos rodean su cuello, sujetando un lado de su cabeza, lista para girar.

―Perdóname hermana ―me congelo, un estremecimiento recorre mi columna―, no supimos como protegerte yo...

No puedo oírlo, asi que giro, su cuerpo cae inerte contra mí.

Afrodita grita.

Ella esta mirándome incrédula con odio y miedo. Me levanto del suelo, depositando suavemente el cuerpo de Hefestos en el suelo.

―¿Y tu pequeña? ―Metis se acerca a ella y Afrodita retrocede―, quieres unírtele.

Afrodita no le hace caso, solo se queda mirándome.

―¡RESPONDEME NIÑA! ―con un grito Afrodita cae al suelo.

Metis me mira.

―Acabala.

Camino hacia ella, la tomo por los hombros sujetándola en el suelo, haciendo presión para que dejara de retorcerse y gritar, me acerco a su oído.

―Haz lo que te dicen ―susurró, no puedo ocultar la desesperación en mi voz―, si quieres vivir por favor hazlo… Ares… el no querrá que desaparezcas. Por favor…

Mis manos se mueven a sus mejillas, mientras ella sigue mirándome sorprendida.

¡Reacciona!

Quiero gritarle, pero no puedo… y ella no lo hace.

―Alto ―jadea ella y la suelto de inmediato―. Yo… haré lo que me digan.

Metis se le queda viendo, pero mi vista vuela a Cronos, sabe que la hice cambiar lo opinión por lo que me estudia con la mirada, seriamente pensando en que es lo que me mueve.

―No

Mi mirada cambia rápidamente a Metis.

―Ella ya dijo que…