3: Mentiras

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Mi cuerpo tiembla pero ni por esas nos detenemos, algo dentro de mi mente grita.

"NO SEAS IDIOTA" y pienso cada vez más que lo soy, descendemos en medio de tierras áridas, vagamente recuerdo el día que aparecí. Angel me toma de la mano y me arrastra hacia una cabaña, oculta en el fondo de dos montañas.

Es cuando bruscamente suelto su mano que una firme idea se siente en mi cabeza. PELIGRO.

Todo mi cuerpo se pone atento, mis sentidos se agudizan al máximo, y un desconocido reconocimiento a la energía que emana del lugar me tensa.

―¿A dónde me estas llevando? ―pregunto dejando de avanzar, mi cerebro buscando posibilidades de cómo salir de aquí.

Angel no responde.

―¿Quién eres? ―vuelvo a preguntar.

El me mira.

―Un vasallo suyo alteza.

Reconozco la picante energía de una mentira.

―No mientas, quizá no recuerde que soy pero recuerdo como es el sabor de una mentira...

Lo veo esbozar una sonrisa, cruzarse de brazos sobre su torso desnudo, sus alas imponentes a los costados con un brillo dorado familiar...

¿El brillo?

Mi cabeza me da una punzada y entre sombras veo el rostro de un hombre, un hombre que reconozco como mi padre, mirándome de manera divertida mientras extiende sus alas, imponentes, doradas y luego poco a poco ante mi vista sus manos cambian a garras y abandona su forma humana para convertirse en un águila de oro. Oigo un aplauso y entonces aparezco en la escena, tocando ligeramente la cabeza del animal llenándome con su brillo mientras que su pico acaricia mi tez.

El recuerdo se desvanece, y mis ojos se abren como platos.

―Pa...

Angel ríe, antes que pueda terminar la oración, descarto rápidamente la idea que mi mente comenzó a formar.

―No soy tu padre princesa, pero provengo de el.

Suspiro, esto me creaba más dudas que respuestas.

―No debí venir.

―Pero aún asi lo hiciste Eris, ahora la pregunta es si no confías en mi porque lo hiciste.

Niego levemente, retrocediendo un paso, sintiendo el cosquilleo del poder en mis dedos, en mi cuerpo.

―Dímelo tu...

Angel ríe y se adelanta un paso, asombrada ante mi propio mirar observo detenidamente como sus uñas se vuelven afiladas garras doradas que se acercan a su muñeca y lo cortan.

Ahogo un grito. Lentamente veo la sangre descender de la herida, pero no es carmesí, esta sangre es de un forme color dorado que en contacto con este árido terreno lo vuelve verde, le da vida.

Estoy en shock

―Es esta sangre lo que nos une Eris, el vientre que nos acuno lo que nos ata uno al otro, y hay mas Eris, hay muchos que buscan ser liberados.

―No te entiendo.

―El mal que te ato a esta existencia sigue libre, y como sus hijos no permitiremos que sucumba.

Sigo sin comprender.

―Somos hijos de un equilibrio princesa es hora de reinar en este lugar.

Angel me toma bruscamente la muñeca, sus ojos mirándome con un afán desesperado. Enloquecido.

Caos Series (#1 - #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora