Fui frenando cuando nos acercamos al aparcamiento de la parte de atrás de nuestro edificio. Estaba llena de curiosidad por saber cómo planeaba Karly llevarme de vuelta con Camila, pues se veía muy decidida. Noté que la tristeza volvía a apoderarse de mí poco a poco. No creo que se me hubiera pasado en absoluto, sólo había hecho un pequeño descanso mientras comíamos.
Sabía que nunca podría olvidar a Camila y todo lo que habíamos compartido. Cuánta gente no siente en toda su vida lo que habíamos sentido nosotras. Lo único que esperaba era poder volver a compartir todo aquello con Camz, mi Camz, lo más pronto posible.
—Bueno, Lauren, antes de que empecemos, tengo que hablar con Nonnie de todo esto. Hazme un favor y quédate en casa o vete a la tienda hasta que esté lista, ¿okay? —dijo con aire muy serio.
—Karly, ¿por qué no hablas de ello delante de mí? Me siento como si...
Me interrumpió:
—Lauren, por favor, confía en mí, ¿de acuerdo? Nonnie y yo tenemos que prepararlo todo para poder seguir adelante con esto. Te prometo que no tardaré, pero te conozco y sé cómo te gusta hacer preguntas y todo eso. Tendrás mucho tiempo para hacer preguntas, sólo tengo que asegurarme de que Nonnie sepa lo que está pasando y de que esté libre el resto de la tarde, ¿okay? —Sonrió y me dedicó su mejor mirada de cachorrito desvalido. Sabía que esos hermosos ojos celeste podían conseguir lo que le diera la gana de mí.
—Está bien, de todas formas debería ver qué tal va Eduardo con la tienda. Pero hazme un favor y ven a buscarme en cuanto estén listas, ¿de acuerdo? —le rogué.
—Te lo prometo, Lo. Volveré muy pronto —me aseguró.
—Está bien. Hasta luego entonces —acepté.
Subí para quitarme la camiseta que llevaba del revés. Me miré el csbello al quitarme la gorra y decidí que ameritaba una ducha. Se me había empezado a incrustar el pelo en la gorra de los Cubs, de modo que me lo lavé muy bien. Después de usar la secadora para peinarlo mejor, me puse mi sudadera negra favorita, que me quedaba enorme pues era de mi padre, y luego me puse mis jeans azules rasgados con bragueta de botones y mis botas militares preferidas.
Presentía que sería un día importante, incluso me maquillé un poco, para después bajar a Clásicos en Tecnicolor. Abrí la puerta de atrás y entré en la tienda. No era un día muy animado, pero Eduardo le estaba poniendo ropa nueva al maniquí del escaparate.
—Hola, Ed, ¿cómo han ido las cosas? —pregunté.
Eduardo me miró y sonrió. Era un chico agradable de diecisiete años y le encantaba el cine clásico. Creo que le gustaba incluso más que a mi padre. Era algo bajo para ser hombre, un metro setenta más o menos, lo cual lo hacía más bajo que yo. Me daba un poco de lástima, porque era muy joven y ya empezaba a quedarse calvo. Aunque, lo que le faltaba en el plano físico, lo compensaba con creces gracias a su personalidad. Qué diablos, si yo hubiera sido hetéro, habría salido con él. Le estreché la mano con cariño y le sonreí afectuosamente.
—Gracias por ocuparte de esto, Eddie. Últimamente no me he sentido muy bien —le di la versión resumida.
—De nada en absoluto, señorita Jauregui. Lamento que haya estado enferma. Pero no se preocupe, la tienda ha ido muy bien conmigo. No dejaré que haya problemas y así no tendrá que preocuparse. De todas formas, no ha habido mucho movimiento, así que usted descanse y póngase bien. Todavía está un poco pálida, señorita Jauregui.
—Oh,Vamos Eddie, ya sabes que me puedes tutear. Soy la jefa más informal que podrás tener nunca. —Sonreí con ironía.
Vaya si es cierto.
—Lo sé, señorita Jauregui, pero mi padre se disgustaría mucho conmigo si no la tratara con respeto —dijo con sinceridad.
—Por favor, tutéame, ¿okay? No hagas que me sienta como una anciana. ¿De acuerdo? —Le sonreí.
—Oh, señorita Lauren, no quería ser irrespetuoso. O sea... Lauren...quise decir —Se ruborizó.
—¿Ed?
—¿Sí...Lauren?
—Respira hondo y suelta el aliento despacio. —Me había enterado por Hopp, es decir, por los rumores del barrio, de que Ed tenia un enamoramiento conmigo. Me di cuenta de que lo estaba poniendo incómodo—. Eso es, ¿te encuentras mejor? —le pregunté preocupada.
—Sí, lo siento. Sólo...sólo quiero hacer un buen trabajo.
—Eddie, has hecho un trabajo estupendo, así que no te preocupes tanto, ¿de acuerdo? —le dije afectuosamente.
—Gracias por decir eso, seño... mm... Lauren Mmm, ¿puedo terminar ahora con el escaparate? La gente podría asustarse al ver un maniquí desnudo al pasar.
Me eché a reír.
—Oh, si claro, Eddie, adelante.
Era evidente que tenía la tienda bien controlada. Incluso había recogido unos cuantos desastres que no había tenido tiempo de recoger yo misma. Me volví para regresar arriba.
—Está todo genial, Eddie, gracias por defender el fuerte por mí. ¿Quieres salir a comer algo o ir al baño o lo que sea mientras estoy aquí? —Eso era lo único que detestaba de trabajar sola. Tenía que cerrar la tienda sólo para hacer pis o comer. A menos, claro está, que Karly me trajera comida.
—No, Lauren, no necesito nada. Tú vete a descansar. —Me sonrió de medio lado y me saludó agitando la mano.
—Está bien, gracias otra vez, Eddie —le dije, hablando con su espalda.
—Adiós. —Volvió a agitar la mano y yo regresé arriba para esperar a Karly.
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A FRIEND IN NEED (camren)
Fanfiction-cuando te miro, yo...este vacío que he sentido mi vida entera desaparece...creo, yo...creo que tal vez he encontrado a mi alma gemela. - ¿En realidad crees que ese tipo de amor existe? -¿no es eso con lo que todos soñamos?, ¿en que alguien mire tan...