Capitulo II

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¿Lolo? ....¿Lauren?...¿Dónde estas?

Oía una voz que me llamaba, pero no sabía de dónde salía, no podía reconocerla, y no recordaba a nadie que me llamara de esa manera, se escuchaba como un eco. La voz era tan dulce que casi me sonaba como una canción. Miré por todas partes, pero no conseguía encontrar a la dueña de la voz.

—¡Estoy aquí! —grité sin dirigirme a nadie—. ¿Dónde estás? ...No te veo. Por favor, sal —le rogué a la voz.

Te estoy esperando, Lauren...Por favor... encuentrame. —La voz me tocaba el alma como nada que hubiera experimentado hasta entonces en mi vida.

Le grité por última vez:

—¡Estoy aquí! ¿Dónde estás tú? ¡Por favor, ven!

¿Lauren?... ¿Lolo?...¡Encuentrame!

La voz se alejaba, y comencé a sentir angustia, de repente, me desperté y descubrí a Karly que me sacudía preocupada para despertarme.

—¿Lauren? ¿Estás ya conmigo? —preguntó suavemente.

—Sí, yo... hmm... sí, ya desperté,pfff, qué sueño tan raro he tenido —dije atontada, incorporándome.

—¿Oh, en serio? Por favor, cuéntamelo. Sabes que estas cosas me encantan-dijo.

—Pues es que no sé, era raro. Oía la voz de una mujer. Estaba gritando mi nombre.

—¡Lauren Jauregui!, si se trata de una historia sucia de sexo, me parece que no quiero oírlo —dijo en broma.

—No, no estaba "gritando" mi nombre, era como si estuviera intentando encontrarme. Me dio un poco de miedo. Le grité que saliera, pero no apareció. Lo siguiente que sé es que tú estabas intentando despertarme. —Me sentía confusa, pero me encontraba muchísimo mejor que antes de dormir.

—A lo mejor te has confundido con mi voz cuando estaba tratando de despertarte. He dicho tu nombre varias veces.

—Mmm, a lo mejor ha sido eso. No sé, pero ha sido muy raro. Casi tiraba de mí.

—Pues entonces está claro que he sido yo. Te estaba dando unos tirones tremendos porque no respondías a mi voz. No le des más vueltas. Si vuelves a tener ese sueño, dímelo. Le preguntaré a Nonnie.

—No, no, seguro que tienes razón. Seguro que ha sido por el golpe.

—Siempre tan pragmática. Eso es algo que siempre me he encantado de ti. Eres tan práctica como yo soy fantasiosa —dijo—. ¿Tienes sed? Son las siete y media, seguro que no has comido ni bebido nada desde la hora de comer —dijo con tono acusador.

—No te equivocas. Me encantaría beber un poco de agua. Tengo la garganta muy seca.

Las campanillas de la pulsera de tobillo que llevaba tintinearon suavemente al caminar con los pies descalzos por mi casa. Siempre me ha encantado cómo se viste. Siempre ha llevado vestidos largos y sueltos o faldas largas con una camiseta que no va a juego y casi nunca se pone zapatos. Su abuela se viste de forma parecida, pero al menos ella sí que se pone zapatos. Seguro que tiene las plantas de los pies como cuero. Pero qué raro quedaría que le preguntara: "Oye, Karly, ¿te puedo tocar los pies?" Llegaría por fin a la conclusión de que estaba totalmente chiflada.

Lleva más joyas en las muñecas y los tobillos de lo que debería estar permitido. Siempre oigo cuándo se acerca. La traicionan las campanillas o las pulseras al tintinear. Aunque debería dejar esos pendientes de aro de diez centímetros. Se pasaron de moda al mismo tiempo que Stieve Nicks.

A FRIEND IN NEED (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora