Capitulo XX

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Había caído la oscuridad y ni me había enterado. Ni siquiera me había dado cuenta de que ya no estaba fuera. Estaba en mi cama con una ropa que no me había puesto yo. Me sentía como si me hubieran pegado en la cabeza con un ladrillo. Tenía la boca sequísima y me sentía un poco desorientada. En resumen, estaba hecha una mierda.

Cuando por fin conseguí ver dónde estaba, vi a Karly a los pies de mi cama, dormida. Tenía un pequeño paño en las manos que supuse que estaba aplicándome en la cabeza. Sabía que tenía fiebre por lo rara que me sentía. A lo mejor había estado bajo la lluvia demasiado tiempo. Karla Estrabao siempre me cuidaba cuando estaba enferma y se preocupaba por mi incluso más de lo que yo lo hacía. Tenía el estómago revuelto y una presión constante y punzante en el pecho. Me quería morir.

Me quería morir. No quería vivir sin Camila. Ella había llegado a convertirse en todo para mi. Las imágenes de las dos haciendo el amor en la playa me volvieron a llenar de lágrimas los ojos hinchados. Noté que me temblaba el labio y una vez más estallé en sollozos. Me volví de lado en posición fetal y me empecé a mecer para consolarme a mí misma.

A lo mejor si me vuelvo a dormir, puedo volver a estar con Camz.

No se me ocurría nada que quisiera hacer más que dormir y no volver a despertar.

—¿Lo, cariño estás despierta?—me susurró la voz apagada de Karly.

No fui capaz de formar palabras para responder.

—¿Lauren? Vamos, dime algo, cielo. Sé que me oyes. —Se acercó a mi cara y se puso a frotarme la frente con el paño fresco.

—¿Por qué? —fue lo único que conseguí decir, antes de echarme a llorar como un bebé.

Karly me envolvió al instante con su cuerpo y me acunó por detrás.

—Shh... lo sé, cariño. Suéltalo todo. —Me reconfortó, dejándome llorar. Me peinó el pelo empapado en sudor con los dedos mientras me mecía—. La has vuelto a encontrar —afirmó.

Me limité a asentir y seguí llorando.

—¿Qué ha ocurrido? ¿Me lo puedes contar? —preguntó suavemente.

—Todo, Kar... todo —sollocé—. Dios, Camila... —No conseguía detener las lágrimas que escurrían por mi cara como cascadas. Karly sabía que no iba a poder hablar de ello, de modo que me abrazó y me dijo cosas reconfortantes al oído.

Pasaron varias horas y mi estado no había cambiado en absoluto. Karly llamó a Nonnie para que subiera a mi cuarto a hablar conmigo. En vano, debo añadir. No hablaba con ninguna de las dos. No porque no quisiera, sino porque no podía. Las únicas palabras que acudían a mis labios eran el nombre de Camila y lo mucho que sentía haberla dejado de nuevo.

Oí que Nonnie y Karly estaban hablando. Las oí hablar de mi viaje y de la fuerte posibilidad de que fuera cierto. Mi cabeza gritaba: "¡Es cierto!¡Pero claro que ha ocurrido!¡Tengo que volver!" pero no conseguía formar las palabras.

—Estaremos en la otra habitación, Lo. Vuelvo ahora mismo, cariño —le oí decir a Karly. Se inclinó sobre mí y me dio un beso en la sien—. Te voy a ayudar con esto,Lauren, te lo prometo.

Oí que Nonnie y ella salían de mi cuarto y lo único que se oyó después fueron mis sollozos. Tenía el corazón roto y no podía hacer nada por cambiarlo. Yo no controlaba la situación y odiaba saberlo. Necesitaba a Camila. Eso era lo único que sabía con certeza.

Karly volvió a entrar en mi habitación y se quedó mirándome. Me quedé así hasta el día siguiente. Mis sollozos por fin se habían calmado. Creo que me había quedado sin lágrimas que derramar. Karly estuvo conmigo todo el tiempo. Parecía agotada.

A FRIEND IN NEED (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora