Chapoteamos en el agua hasta que se nos puso la piel más arrugada que una pasa. Hacía siglos que no me sentía tan viva. Era curioso que me sintiera así, cuando ni siquiera estaba segura de si esto era real o no. Tenía que ser real, tenía que serlo.
Camila corrió a la orilla y se puso a dar saltos para secarse sin usar toda la manta para sí misma.
-Vamos, Lauren, ven aquí antes de que lo moje todo -dijo temblando.
-ya voy -contesté sonriendo.
Envolvimos nuestros cuerpos desnudos en la manta y nos abrazamos. Nos besamos suavemente y nos estrechamos con adoración. Era la mujer más suave con la que había estado en contacto en toda mi vida. No quería volver a estar jamás sin ella. Sabía que era un deseo imposible y, sin embargo, sabía que estábamos destinadas a estar juntas. Las cosas tenían que solucionarse pronto o acabaría volviéndome loca.
Conseguimos volver a vestirnos y empezamos a entrar en calor. El sol saldría dentro de un par de horas, así que esperamos en la playa para contemplar nuestro primer amanecer juntas. Las nubes se habían espesado en el cielo y me pregunté si nos llovería encima antes de que el sol llegara a iluminar.
-Parece que va a haber tormenta, Camz. ¿Estás segura de que quieres quedarte aquí fuera? -pregunté.
-Sí, no creo que nos pase nada. Si vemos relámpagos, nos vamos. Es solo que me parecía apropiado ver la salida del sol contigo.
-Estoy de acuerdo contigo... Y ahora también sé que eres una romántica sin remedio -sonreí.
-¿Tiene algún problema al respecto, señorita Jauregui? -dijo con aire burlón con ese acento mexicano que tanto me enloquecía.
-En absoluto. De hecho, creo que te sienta de maravilla. Te mereces un poco de romanticismo en la vida -dije, volviendo a estrechar su cuerpo contra el mío.
- ¿Le he dicho a caso lo sexi que me parece su acento señorita Jauregui? -Me dijo al oído, y por un segundo podría haber jurado que cada vello de mi cuerpo se erizó.
-Gracias señorita Cabello, pero... le suplicaré que pare de hablar en español porque no podría contenerme un momento más y jamás saldríamos de esta playa -le contesté como pude, aferrándome a toda la fuerza de voluntad que poseía, esperando que respondiese a mi reto y volver a sentir su cuerpo debajo del mío.
-Para mi eso suena como un plan, no me molestaría quedarme aquí para siempre si es contigo Lolo - contestó con toda naturalidad.
No esperaba esa respuesta, pero al escucharla mi corazón se hinchó de alegría y esperanza. Sólo pude sonreír y estrecharla más contra mí.
Nos acomodamos en la manta húmeda y nos recostamos la una en brazos de la otra. Me puso la cabeza en el hombro mientras yo le hacía círculos imaginarios en la espalda. Soltó un profundo suspiro de satisfacción y no pude evitar sonreír. Noté que su cuerpo empezaba a pesar más, lo cual me indicaba que se estaba quedando dormida.
Me da pena despertarla. Me quedaré aquí tumbada hasta que se haga de día o hasta que nos caiga un diluvio encima.
Me pegué más a Camila y aspiré su olor. Aunque habíamos pasado demasiado tiempo dentro del Lago Michigan, seguía oliendo increíblemente bien, a vainilla con un toque de rosas, jamás había percibido de un aroma así. Cerré los ojos para disfrutar de nuestro nuevo comienzo. Mientras estaba allí recostada, noté que mi cuerpo se iba rindiendo y me empezaba a quedar dormida. Oí mis últimos pensamientos antes de quedarme profundamente dormida.
Ahora estas en mi corazón, mi cuerpo y mi alma. Te amo, Camila, que Dios me ampare, me enamoré de ti.
Sentí la lluvia inevitable que empezaba a salpicarme la cara. Me desperté y me incorporé sobresaltada, para encontrarme con la espalda apoyada en el metal que era mi escalera de incendios. La lluvia caía con un ritmo musical sobre las cañerías de mi edificio y miré a mi alrededor horrorizada. Mi sueño se había acabado una vez más y sentí que se me revolvía el estómago de angustia.
Esto no puede ser cierto... NO... por favor... dime que no está pasando. ¡Oh, santo Dios del cielo! No,no,no,no, Camz... Camila... cuánto siento haberte dejado de nuevo. Cuánto lo siento. Otra vez no... Oh, Mierda, otra vez no.
-¡NOOOOOOOO! -grité ásperamente en el nuevo día-. ¡¿¡POR QUÉ!?! -sollocé y me atraganté con la emoción y el dolor que me atravesaban el cuerpo de pies a cabeza.
Noté que me caía sobre la barandilla del balcón. Ya no conseguía sostenerme en pie. El peso de todo esto me había vencido de una forma que no me habría podido imaginar nunca. Era como si se me hubiera cortado la respiración por un golpe y no dejaba de darme en el pecho con la esperanza de calmar el dolor agónico que sentía.
No puedo respirar... No quiero respirar sin ella. Maldito bastardo, ¿por qué me haces esto?¿Qué hice para merecer tal tormento?
Me quedé sentada bajo la lluvia torrencial con las rodillas dobladas bajo la barbilla. Me mecí atragantándome con las lágrimas cada vez que tomaba aliento. Nunca hasta ahora había necesitado tanto a alguien como necesitaba a Camila.
Se va a despertar y no voy a estar allí. Después de todo lo que hemos compartido, me habré ido. No va a entender nada de nada. Demonios, yo no entiendo nada de nada. ¿Cómo puedo esperar que lo entienda ella? Dios bendito, si me oyes, por favor, protégela. Por favor.
Los sollozos me estremecían el cuerpo sin cesar y me quedé sentada en la misma postura durante lo que me parecieron días. Me apretaba las rodillas contra el cuerpo para llenar el espacio vacío que antes ocupaba Camila
La echaba de menos.
La necesitaba.
La amaba.
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A FRIEND IN NEED (camren)
Fiksi Penggemar-cuando te miro, yo...este vacío que he sentido mi vida entera desaparece...creo, yo...creo que tal vez he encontrado a mi alma gemela. - ¿En realidad crees que ese tipo de amor existe? -¿no es eso con lo que todos soñamos?, ¿en que alguien mire tan...