Nos quedamos allí durante lo que me parecieron horas. Contemplamos el movimiento de las nubes que corrían por encima del agua. A ella le gustaba estar al mimo más incluso que a mí. No se apartaba de mi lado. Y yo no tenía intenciones de soltarla.
Que fue por lo que me quedé tan sorprendida con lo siguiente que dijo.
-¿Quieres nadar? -Me miró con aire travieso.
-Lo dices en serio, ¿verdad? -No me podía creer lo que iba a hacer, ¡sobre todo en mayo! El Lago Michigan ni siquiera se había descongelado todavía.
-¡¡Vamos, será divertido!! Nos dará vigor en el cuerpo -sonrió.
-Me debes de gustar mucho, porque si no, jamás haría esto -dije riendo.
Se levantó en su gloriosa desnudez.
Vaya que es gloriosa, Dios, tiene un cuerpo precioso.
Me ofreció la mano para ayudarme a levantarme. La cogí, me levanté y me estire para quitarme las contracturas de la espalda. La atrapé mirándome y le sonreí.
-¿Qué miras, ah? -Sonreí, sabiendo muy bien qué estaba mirando.
-Lo siento, es que...eres maravillosa, Lolo. En todos los sentidos. ¿Tienes idea del aspecto tan increíble que tienes?
-La verdad es que nunca me he fijado -dije modestamente, con un ligero rubor en las mejillas.
-Pues deja que sea la primera, aunque estoy segura de que no lo soy, en decirte que eres una absoluta preciosidad -dijo entusiasmada.
-Gracias por decirlo. Tú tampoco estás mal. -Sonreí con aire burlón- Ahora, ¿Te vas a meter tú primero? Porque te aseguro que yo no. Y si tú no te metes, yo tampoco -afirmé con toda claridad.
-La última en el agua... -empezó, comenzando a correr hacia el agua.
Vi cómo se zambullía en el frío lago y oí su grito de regocijo.
-¡¡wooooo!!,¡¡Vamos Lolo!!¡¡Mete aquí ese trasero desnudo!! ¡¡Es genial!! ¡Dios, que bien se siente! -gritó.
-Preparada o no, ¡allá voy! -grité a mi vez, corriendo hacia el agua-. ¡¡Jesús!! ¡¡Está fría más fría ! ¡No puedo creer que me hayas convencido para hacer esto! -dije temblando.
-Oh, vamos Lauren, ¿dónde está tu instinto aventurero?
-En la orilla -dije con tono sarcástico.
Se acerco hasta mi nadando, me tomo por el cuello y me besó con fuerza.
Bueno, podría acostumbrarme a esto.
Le devolví el beso y noté que sus manos empezaban a pasearse por mi piel recién calentada.
-¿No quieres volver a la manta? -le pregunté entre beso y beso.
-No. Como he dicho antes, ¿Dónde esta tu instinto aventurero?
-Creo que me empieza a gustar tu forma de pensar.
-Eso me parecía -dijo, besándome con fuerza y rápidamente tomando el liderazgo del beso-. Quiero hacerte sentir lo que sentí yo, Lolo -dijo, mordisqueando mi labio inferior, seductora y suavemente.
-Ya lo haces, Camz. He sentido todo lo que has sentido tú -le aseguré.
-Cállate y bésame, Lauren.-dijo en un español prefecto ¿Es un acento mexicano el que detecto?, Dios que sensual.
-Qué mandona se ha puesto señorita -Sonreí al ver el deseo en sus ojos al escucharme, y sin poderme contener la volví a besar.
Acercó su cuerpo más a mí y se puso a tocarme por todas partes. Sus movimientos se iban haciendo más frenéticos a cada segundo. Supe que algo bueno estaba por venir.
Eché hacia atrás la cabeza para que pudiese alcanzar mejor mi cuello. No lo dudó y su boca buscó mi garganta. Me besó el cuello con ansia.
-¡Ay! ¡Me mordiste! -dije, bastante pasmada.
-Sí, pero sólo es un mordisco ventosa -dijo riendo.
-¿Un qué? Ah, ¿quieres decir un chupetón? -pregunté.
-Sí. Y bien grande -dijo con orgullo.
-Genial, ¿y ahora qué les digo a todas mis novias? -dije, enarcando una ceja.
-Pues tendrás que decirles que dejas de estar disponible... para siempre. ¿Verdad? -dijo, poniendo ambas manos en sus costados.
-¡claro que si! -dije riendo y la abracé.
Se puso a mordisquearme de nuevo y esta vez no la detuve. Su boca llegó a mis pechoss y mi cuerpo empezó a cantar de placer.
Qué bien lo hace.
Mientras aumentaba la intensidad de la situación todo pensamiento racional huyó de mi mente. Comenzó a jugar con mi otro pecho, yo sentía el cuerpo en llamas y necesitaba que me tocara en el lugar que más falta me hacía.
Ella captó mis necesidades y me llevó más dentro del agua.
-Sujétate a mí, Lauren. Confía en mí -dijo con toda seriedad.
Me dio unas palmaditas en la pierna e hizo un gesto para que se la pasara alrededor de la cintura. Obedecí y entonces me indicó que hiciera lo mismo con la otra pierna. Le rodeé la cintura con las piernas y me agarré a su cuello mientras ella movía las manos hacia abajo.
-Sólo sujetate a mí, Lauren, y todos tus deseos se verán satisfechos, te lo prometo. -Sonrió sensualmente. Supe que lo decía en serio.
Llevo toda la vida viviendo al lado del agua, ¿por qué no he hecho nunca esto hasta ahora?
Mis pensamientos se pararon en seco cuando noté que sus dedos llegaban al lugar donde más los necesitaba. Noté su inseguridad.
-Tranquila,Camz. Confío en ti -contesté como si hubiera oído su pregunta tácita.
-Gracias -fue lo único que dijo.
Sus dedos se movieron hábilmente por mi centro caliente. Empezó a frotarme el clítoris con una mano delicada y poco a poco fue acelerando el ritmo. Me penetró con un dedo y movió los demás por mi humedad. Éste estaba siendo el mejor encuentro sexual que había tenido con nadie en toda mi vida. El corazón me palpitaba de excitación. No iba a tardar mucho en hacerme alcanzar el orgasmo. Dios, era increíble. Noté que se me iba poniendo rígido el cuerpo a medida que se multiplicaban las cálidas sensaciones.
-Oh... ya casi... Cam... Camila... mmm -le gemí al oído.
-Déjate ir, Lauren..está bien.... Eso es -dijo cuando mi cuerpo se reveló contra toda orden de control.
Sus dedos se movían con una perfecta sincronización que hacía que mi cuerpo no ansiara más que eso.
-Oh... Dios... ¡Sí! -grité al sentir el orgasmo que me recorría el centro.
Camila siguió sujetándome mientras yo la estrujaba con fuerza y ella manipulaba mi cuerpo sin piedad. Resoplé varias veces intentando controlar en vano los espasmos que me atravesaban. Nunca en mi vida había sentido tal ardor. Mi cuerpo nunca había conocido semejante placer.
Nunca he conocido tal paz.
Camila me abrazó con fuerza mientras mi cuerpo se recuperaba. Bajé las piernas de su cintura y las apoyé en un banco de arena.
-Gracias a Dios que no hay algas -dije jadeando mientras mi ritmo cardíaco intentaba normalizarse-. Siempre he odiado sentirlas entre los dedos.
Camila comenzó a reír a carcajadas.
-Yo también -afirmó.
Me acarició la piel desnuda con sus delicados dedos y me besó con ternura.
La miré a los ojos al separarnos y supe que éste era mi lugar. Desnuda y mojada en pleno Lago Michigan con la chica a la que amaba abrazándome estrechamente.
Esto es el amor.
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A FRIEND IN NEED (camren)
Fiksi Penggemar-cuando te miro, yo...este vacío que he sentido mi vida entera desaparece...creo, yo...creo que tal vez he encontrado a mi alma gemela. - ¿En realidad crees que ese tipo de amor existe? -¿no es eso con lo que todos soñamos?, ¿en que alguien mire tan...