Capitulo XVII

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—Lauren, eso no es posible. No lo es. Últimamente no he viajado al futuro que yo sepa, así que me parece que te equivocas, o estás confundida o te han puesto algo en la bebida y estas alucinando.

-Lo siento, Camila, pero no estoy de acuerdo contigo. El día que te vi en el restaurante, oí tu voz cuando me dabas la espalda. Casi me quedé sin respiración al averiguar de quién era la voz. camila, era tu voz. La pregunta es, ¿por qué me has traído de mi tiempo al tuyo?

— Okay, muy bien, basta, por mucho que quiera creerte, esta historia es demasiado descabellada.

—Lo sé, Camila, ¡yo la he estado viviendo! Lloré a mares cuando te dejé la última vez. Me desperté en mi propia cama y Karly estaba mirándome e intentando consolarme. Estaba hecha polvo, Camila. No podía creer que sólo fuera un sueño. Para mí eras tan real —dije, acariciándole la mejilla con los nudillos—. Tú eres real para mí. Si alguien tiene derecho a sentirse confusa, soy yo. No entiendo por qué está pasando esto. Y lo peor es que no sé cuándo me voy a tener que marchar. Lo único que sé es que no quiero volver a dejarte nunca más. —Esto último lo dije casi en un susurro. Sabía que no quería dejarla, pero no tenía el control. Ojalá supiera quién lo tenía. Tenía que llegar a algún tipo de acuerdo con quien fuera.

Camila se apoyó en mi caricia y cerró los ojos. Era realmente la mujer más bella que había visto en mi vida. Tenía el pelo revuelto por la suave brisa que venía del lago. Abrió los ojos y me miró con gran afecto. Levantó la mano y me acarició la cara.

—Eres una mujer preciosa, Lauren. Tendría que ser ciega para no darme cuenta. No sé qué creer de todo esto. Lo único que sé es que nunca en mi vida había tenido tantas ganas de estar con alguien hasta que te conocí. Tienes algo magnético que me arrastra hacia ti sin parar, por mucho que quiera huir de ello. A lo mejor era mi corazón lo que te llamaba para que vinieras y me apartaras de todo el daño que he sufrido durante toda mi vida. A lo mejor es eso lo que has oído.

—¿Tú puedes oír lo que hay en mi corazón? —pregunté, con la esperanza de que supiera la respuesta.

—Sí, creo que puedo.

Trasladó la mano de mi mejilla a mi nuca y atrajo suavemente mi cara hacia la suya. Sus labios se encontraron con los míos y sentí que me perdía dentro de ella. Era la sensación más increíble que había tenido nunca. Se apoderó despacio de mi labio inferior y luego el superior. Noté que su lengua pedía permiso para entrar y se lo concedí amablemente. Sabía más dulce que cualquier caramelo conocido para el hombre. La oí gemir en mi boca cuando nuestras lenguas entraron en contacto por primera vez. Yo tampoco podía reprimir los ruidos que estaba haciendo. Esto era demasiado maravilloso para controlar nada.

Estrechó su abrazo y el beso se hizo mucho más apasionado. Si dos personas pudieran besarse hasta el punto de convertirse en una sola, eso es lo que habíamos hecho nosotras. Ya no sabía dónde estaban nuestros límites. Lo que creía mío era en realidad suyo. No me importaba, sólo sabía que por fin sentía eso de lo que siempre hablaba todo el mundo.

—¿Lauren? —jadeó Camila interrumpiendo nuestro beso.

—¿Qué ocurre, Camila? —susurré.

—Quiero estar contigo, está noche. ¿Por favor?

¡OH, DIOS MÍO! ¿Acaba de decir lo que creo que acaba de decir?

—¿Qqq... qué? ¿Aquí mismo? —balbuceé penosamente- ¿estar juntas?

—Sí, aquí mismo y ahora mismo. No podría soportarlo si volvieras a marcharte y no supiera lo que se siente al amarte. Por favor, Lauren... ¿no quieres hacerlo?

A FRIEND IN NEED (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora