Capitulo XXXIII

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Me desperté a oscuras. Miré el despertador y eran las nueve y veintiuno. Sí que debíamos de estar cansadas. Hacía siglos que no tomaba una siesta como ésta. Noté el peso de la cabeza de Camila en el hombro. No nos habíamos movido desde que nos acostamos La luz de la farola de la calle entraba en mi habitación. Iluminaba las facciones de Camila de una forma preciosa. Ahora parecía estar en paz. Me maravillé por lo que había ocurrido en el último día. El día antes estaba desolada y ahora tenía al amor de mi vida entre mis brazos, pero, ¿Con la forma de mi mejor amiga?

—Dios —susurré.

Noté que se movía encima de mí y su pierna se colocó encima de las mías. Se acurrucó más contra mí y soltó un profundo suspiro de satisfacción. La estreché con fuerza y volví a darle un beso en la cabeza.

—¿Cuánto tiempo llevas despierta? —farfulló con voz adormilada.

—No mucho. ¿Qué tal dormiste? ¿Bien? —pregunté, acariciándole dulcemente la mejilla con el dorso de mi mano.

—Sí, muy bien. Ha sido estupendo estar en tus brazos, Lolo —dijo, acercándose más y besándome delicadamente el pecho, que era lo que tenía más cerca de la boca.

—Pues, ha sido estupendo tenerte abrazada y no preocuparme de no estar aquí al despertar. Creo que me voy a acostumbrar a esto —dije y mi mente volvió corriendo hasta Karly—...yo... Todavía no puedo creer lo que ha hecho por mí Camz, Por nosotras.

—Lo sé, Lo. Era muy especial. De hecho, se me ha aparecido en sueños, han sido sueños muy, muy extraños.

Cambié de postura para mirarla a los ojos.

—¿En serio? ¿Y qué te ha dicho? —Sabía que no sería ninguna locura si efectivamente lo había hecho. Era muy propio de Karla Estrabao intentar decir la última palabra.

Dios, cómo voy a echar de menos a esa loca.

—Quería que te dijera que no estés triste por ella, porque estará contigo cada día. Ha hecho lo que ha hecho por su cariño por ti y por su amistad. Para ella eras más importante que nadie, Lauren, bueno, salvo por Nonnie. Ha dicho que seas feliz. Tu felicidad es lo único que le importaba...eso fue antes de que todo se pusiera raro y sin sentido.

—¿Ella...de verdad ha dicho todo eso? Me pregunto por qué no me lo ha dicho a mí en persona. Bueno, supongo que lo hizo esa noche. —Tenía el corazón atenazado por la tristeza y Camila lo captó de inmediato. Me estrechó con fuerza y todas mis defensas se vinieron abajo. Las lágrimas me resbalaron sin control por la cara y las orejas hasta la almohada.

—Está bien que llores,cielo. Yo estoy aquí por ti. Déjalo salir todo. Por favor, no te lo guardes.

Esas dulces palabras salían de la boca de la mujer a quien estaba llorando. Dios, qué confuso me resultaba todo. Sabía que algún día todo encajaría, pero ahora mismo no sabía si aceptarlo o no. No me quedaba más remedio, ya había sido decidido. Lo que deseaba era haber podido intervenir en la decisión. Si me lo hubiera preguntado, ¿habría sabido realmente qué respuesta dar? Creo que debería agradacerle a Karly el no habérmelo preguntado. No habría podido responder. Me quitó esa posibilidad e hizo lo que creía que tenía que hacer. Sentía mi amor por Camila y sabía lo importante que era ese amor para mí. Dios, realmente era una mujer asombrosa.

Mis sollozos fueron en aumento a medida que me iba dando cada vez más cuenta de que mi amiga se había ido. Se me estremecía el cuerpo cada vez que tomaba aire. Camila me sujetaba mientras lloraba. Me decía cosas reconfortantes para ayudarme a superar el duelo. Sabía lo que suponía esta pérdida para mí. Era lo peor después de perder a mi padre. Al menos, había estado con Karly cuando murió. Eso es algo que agradeceré eternamente.

A FRIEND IN NEED (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora