Capitulo XXXII

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Noté que mi cuerpo se empezaba a despertar. Me daba miedo abrir los ojos, pues no sabía dónde me iba a despertar. Oía música como sonido de fondo del lugar donde me encontraba y una voz preciosa que me llamaba.

—¿Lauren?... ¿Me oyes, cielo? Por favor, despierta —decía dulcemente.

¡Oh, Dios mío, Karlyl!

Hice un esfuerzo por abrir los ojos. Me sentía drogada y adormilada, quería seguir durmiendo. Dormida, todo era mucho más agradable. Entonces me llamó de nuevo.

—Por favor, cariño. Vuelve a mí Lolo... Tengo mucho miedo aquí sola —me susurró suavemente al oído.

Ésa es la voz de Karly, sin la menor duda. ¿Por qué tiene miedo Karlz?...esperen, me llamo...¿Lolo? ¡Oh, Dios mío, es Camila! Tiene miedo. Diablos, yo también tendría miedo si fuera ella. Tengo miedo.

Me obligué a abrir los ojos, al tercer intento por fin funcionó. Me desperté en el mismo sofá donde me quedé dormida en el departamento de Nonnie y Karly. Busqué a Nonnie con la mirada. No la encontrépor ninguna parte . Noté una presión en el brazo y bajé la mirada. Una cabeza cubierta de unas hermosas ondas doradas cobrizas estaba apoyada en mi brazo y mi mano. Tenía la mano mojada de cálidas lágrimas. Debía de haber estado llorando desde que despertó.

Las siguientes palabras que dije se quedarían para siempre grabadas en mi cerebro.

—Camila, ¿eres tú? —pregunté insegura.

No sabía si realmente quería confirmar que mi mejor amiga se había sacrificado por mí. La cabeza rubia abandonó despacio su anterior posición y unos hermosos y profundos ojos chocolate me miraron.

—Jesús, Lauren, sí, soy yo. ¡Gracias a Dios estas bien! —dijo, apoyando la cabeza en mi pecho. Alcé la mano y me puse a acariciarle el pelo con movimientos delicados. Noté que se me llenaban los ojos de lágrimas. No era un sueño. Estaba aquí conmigo, esta vez para siempre. Solté un suspiro tembloroso y dejé salir las lágrimas que no podía controlar.

Camila me miró mientras sus ojos derramaban sus propias lágrimas. Nuestras miradas se encontraron y nos quedamos así largo rato. Ninguna de las dos sabía muy bien qué decir. Lo cierto era que habían ocurrido muchas cosas en cuestión de minutos.

—¿Estás bien Camz? —dije, con la voz embargada de emoción.

—Creo...creo que sí —asintió despacio—. Físicamente yo...estoy bien; mentalmente, bueno, creo que voy a tardar un poco en digerir todo esto —afirmó con tono tranquilo.

—Pues ya somos dos. —Miré a mi alrededor—. ¿Dónde está Nonnie? ¿La has visto ya? —Esperaba que su primer encuentro no hubiera sido difícil para ninguna de las dos.

—Sí, nos hemos conocido. Ha sido muy raro para las dos. Me ha contado del sacrificio que ha hecho Karly por nuestra felicidad, por nosotras. Nunca he conocido a una amiga así, Lauren. Era una mujer increíble de verdad, como me dijiste.— Notaba en su tono una sincera admiración y gratitud pero...también notaba algo de culpa e incomodidad—Creo que Nonnie se ha ido a asimilar todo esto también. La verdad es que no parecía tan triste. Me recibió con una gran sonrisa y me dio un abrazo enorme. Me sentí muy reconfortada entre sus brazos. Supongo que eso procede del vínculo que había entre ellas. Espero que no desaparezca nunca. Nunca he tenido esa clase de cariño de familia y no me gustaría nada que sintiera que no puede hacerlo porque éste ya no es el cuerpo de Karly. O sea...me refiero, claro que sigue siendo el cuerpo de Karly, sólo que ahora es mío. Oh, Dios... ¡esto es tan raro! —Se llevó las manos a la cabeza y empezó a mecerse.

A FRIEND IN NEED (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora