Capitulo XXXVI

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La mañana llegó bruscamente cuando el sol que entraba por la ventana me dio directamente en los ojos. Me encogí por la luz y me volví para mirar el despertador.

Las nueve cuarenta y cinco.

Teníamos planeado desayunar con Nonnie. Casi se me había olvidado.

—Hey, dormilona —le susurré al oído.

—Mmm... —murmuró y se pegó más a mi cuerpo.

—Despierta, pequeña. Hemos quedado con Nonnie para desayunar. Siento que se me olvidara decírtelo anoche.

—Mmm... —dijo, estirándose y frotándose los ojos con los puños, igual que lo hacía Karly. Eso me llenó el corazón de afecto y la estreché con más fuerza.

—¿Tienes hambre? —le tomé el pelo, sabiendo que la tendría en cuanto lo oyera.

—Ahora sí —dijo con voz de sueño. Su estómago no tardó en dejar oír también su voz.

Le sonreí y acaricié la cara que me iba a mirar durante muchos años aún por venir.

—¿Quieres ducharte... conmigo? —pregunté, pues sabía que olíamos a sexo y que Nonnie se daría cuenta en un santiamén.

—Oh wow, ¿siempre empiezas así los días?

—¿Con una ducha? —dije riendo.

—No, con una ducha en compañía —dijo sonriendo.

—Últimamente no, pero es una tradición que me gustaría inaugurar lo antes posible —sonreí.

—Pues vamos. No debemos llegar tarde —dijo y salió corriendo de la cama para entrar en el cuarto de baño. Estaba claro que Karly no era mañanera como ella. Me reí por dentro al darme cuenta.

Bajamos a casa de Nonnie hacia las diez y media. Había hecho un desayuno completo, hasta con tortitas y huevos revueltos. A Camila se le pusieron los ojos como platos y la cara se le iluminó con una sonrisa en cuanto vio a Nonnie.

—Buenos días, chicas —dijo Nonnie.

—Buenos días, Nonnie —dije, acercándome a ella y dándole un beso en la mejilla.

—Buenos días —dijo Camila casi con timidez. Nonnie captó su turbación y fue a ella directamente. Camila tenía la cabeza gacha y Nonnie le puso un dedo en la barbilla y se la levantó para mirarla.

—Tienes unos ojos preciosos, querida. No deberías mirate tanto los zapatos —dijo sonriendo. Camila no pudo evitar devolverle la sonrisa.

Nonnie tomo a Camila entre sus brazos y la estrechó largo rato. Vi que le susurraba algo al oído y Camila asintió con los ojos llenos de lágrimas. Pensé que me iba a estallar el corazón al verlas. Había tal amor entre ellas y prácticamente no se conocían.

Algunos vínculos no se pueden romper.

—Bueno, ¿qué tal ha sido tu primera noche en el futuro, querida? —preguntó Nonnie alegremente.

—Muy agradable, Nonnie, gracias por preguntar. Cenamos una comida deliciosa, vimos una película estupenda, Lauren me enseñó su tienda y luego nos dormimos agotadas. Ha sido maravilloso —dijo radiante. La aplaudí por no mencionar otros detalles de la noche que habíamos pasado juntas.

—¿Así que pasaron una buena noche? —sonrió.

—Ha sido una maravilla, Nonnie —intervine.

—Bien, ahora vamos a comer —dijo muy contenta.

El desayuno fue muy agradable. Nonnie y Camila estuvieron hablando de la vida que había tenido Camila antes. Hablaron de la posibilidad de que algún día volviera a la universidad. Casi tenía terminada la carrera cuando ocurrió todo esto. A mí me encantaría que obtuviera su título de periodismo. Sabía que le encantaba escribir. Sería difícil explicárselo a la universidad cuando ya ni siquiera se parecía a la estudiante Estrabao,  pero estaba dispuesta a mover cielo y tierra por ella si me lo pedía. Lo conseguiremos si ella quiere, de algún modo.

A FRIEND IN NEED (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora