Parte 31

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Onodera

-Emm, Takano ¿Podría saber por que esta en mi habitación?-

-¿No puedo visitar a mi amante?-

-¿Amante, desde cuando?-

-Desde que dijiste que...-

-Usted va a casarse en dos semanas, no puede venir aquí como si nada a decir que tenemos una relación- Lo interrumpí bajando la mirada y tratando de ocultar mi inconformidad.

-¿Sabes? Es un poco cruel que me digas eso después de que yo te haya asegurado que no me quiero casar con ella-

-Claro que no- Idiota, me está haciendo esto mas difícil.

-Onodera...-Se acercó y tomó mi mentón. -Te lo volveré a preguntar,
¿Quieres que ella se convierta en mi esposa?-

-Eso es algo que yo no puedo...-

-Ciertamente si, eres el único al que voy a...-

-Su familia necesita de ese matrimonio, así que por favor no diga...- Me fue imposible terminar la frase ya que los labios contrarios habían sellado los mios.

-¿Y bien?- Susurró.

-Pero ¿No sería egoísta de mi parte decirle que no quiero que se case?-

-Para nada- Sonrió, luego deslizó su mano por mi mejilla. -Oye, ¿Puedo tomar eso como una confesión?- Escuchar eso y ver su sonrisa nerviosa me hizo feliz.

Takano

-¿Por que llega a esa conclusión?-

-¿No puedo?- Sonreí de medio lado, que me haya dicho eso tan tímidamente y con ese sonrojo me hace querer abrazarlo.

-...Lo que dije ni siquiera se asemeja a una declaración-

-Bueno, entonces dilo propiamente- Acaricié gentilmente su cabeza.

-¿Por que debería...- Volví a unir nuestros labios interrumpiendo su oración.

Tomé su cadera y lo acerque más a mi cuerpo profundizando el beso.

-Sigo esperando...- Hablé en su clavícula haciéndolo temblar... Mierda, de nuevo su esencia me está embriagando.

-Bien usted gana...Yo también- Tartamudeó casi inaudible mientras me rodeaba con sus brazos.

Al instante que oí eso ataqué su boca y lo posicione lentamente en la cama.

-Takano... Mi mamá está abajo-

-Entonces será mejor que seas sigiloso porque no está en mis planes detenerme- Metí mi mano bajo su camisa y rocé sus pezones robándole jadeos al castaño.

-Vaya, tu si que no pierdes el tiempo-

-¿No tienes más nada que hacer que solo estorbar en mi vida?-

-La verdad no, ah, hola Onodera- Ritsu se separó rápidamente con la cara totalmente roja al ver a Haitani en la ventana.

-¿Que quieres?-

-Pues venía con la intención de visitar al chico junto a ti, pero ya que estas aquí... Eres un fastidio-

-Muchas gracias, me alegra el saberlo, ahora pierdete-

-De acuerdo, pero vienes conmigo-

-¿Eh, que te hace pensar que...-

-Hay una reunión en la casa con los padres de Ann a la que tu como su futuro esposo debería asistir-

-No me interesa-

-Bien, entonces les diré que vengan, será interesante para ellos enterarse de que te estás relacionando con un humano- Sonrió.

-Bien- Respondí entre los dientes. -No me quedaré más de lo necesario- Me levanté de la cama, luego tomé la barbilla del ojiesmeralda, le di un último beso apasionado, al separarme miré atentamente la expresión de Onodera y sonreí, salí del cuarto mirando victorioso al pelirrojo quien me miraba con indignación y recelo debido al resiente beso, eso fue algo que agrandó mi sonrisa.






Volvíiiiiiiiiiii, ¿Cómo están? Espero que no los halla hecho esperar mucho, y también que les halla gustado esta parte, gracias por esperarme y leerme, los quiero...


Chico SolitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora