Parte 45

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Kisa

No puedo creer que todos los problemas se hayan juntado...El señor Oda debe odiarme.

Al salir del lugar en donde estaban Ricchan y Takano me dirigí al sitio de siempre, a la librería en donde trabaja mi amor no correspondido.

Entré y me escondí tras un estante mientras lo buscaba con la mirada.

-Demonios, ¿No trabaja hoy?-

-Kisa, que bueno verlo, creí que ya no vendería por aquí- Dijo alegremente el castaño poniendo su mano en mi hombro.

-Wa, Y.Yukina- Me asustó un poco el hecho de que apareciera de repente a mis espaldas.

-En media hora termina mi turno, ¿Podríamos vernos en la cafetería que esta en frente?- Preguntó cambiando su todo de alegre a reservado.

-Si- ¿Por que querrá...Acaso quiere hablar sobre lo que pasó entre nosotros?.

...

-B.bien, ¿De que querías hablar?-

-Lo siento-

-¿Eh?-

-...El día que lo llevé borracho a casa me aproveché de su condición- Sinceramente no lo vi así, más bien fue al contrario. -¿Podría perdonarme?-

-No, Yukina...El que se aprovechó fui yo, bueno, en realidad no sabía que eras tu...Pero quería que fueras tu- Oh rayos estoy balbuceando y cavando mi propia tumba.

-...Kisa, de todos modos debí haber...-

-Yukina, no tienes por que disculparte- Anuncié mirándolo fijamente a los ojos. -No fue en absoluto desagradable para mi, de hecho todo lo contrario- Mencioné bajando el volumen de mi voz. -B.bien tengo que irme-

-Espere, hay otra cosa que quiero decir- Pronunció agarrando mi brazo. -¿Me creería si le digo que siempre había deseado hablar y estar con usted?-

-¿A que te refieres?-

-Hace un año me di cuenta que siempre era observado por usted, no importaba el lugar lo sentía rodearme- No puede ser cierto...

-L.lo siento, fui demasiado desagradable, ten por seguro que no lo volveré a hacer- Demonios, lo menos que quería era que se incomodara.

-Claro que no, me hizo muy feliz- Me acercó a el. -Kisa, desde hace tiempo me he sentido atraído por usted- Debe ser una broma ¿No es así?. -También me preguntaba la razón por la cual me...-

-¿Acoso?- Lo interrumpí.

-No lo diría así- Alegó frunciendo un poco el ceño.

-No se si lo recuerdes pero hace dos años me ayudaste en el tren...Debido a eso y a tu apariencia...Me enamoré de ti- Que confesión tan descuidada y tonta. -Tranquilo, no espero que me correspondas se que es imposible- Después de decir eso sentí sus manos en mis mejillas y la suavidad de sus labios contra los míos.

-Gracias-

Onodera

Aproveché que todo el asunto se había calmado un poco y que mi cabeza había recogido bien toda la información sobre mi pasado y el presente, para dejar en claro la situación por completo, fue algo duro tener que aceptarlo, pero al final lo tomé bastante bien.

-¿Que vas a decirle a tu padre?-

-La verdad...Es inevitable- Dije abriendo la puerta de la oficina del recién nombrado. -Lo mejor sería que te quedes aquí y me dejes resolver esto sólo- Le planteé al pelinegro quien estaba detrás mio, en respuesta recibí una sonrisa.

Chico SolitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora