Capítulo 22

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Una de las chicas intentó dispararme,  pero pude desviar la flecha con un golpe. Aproveché un instante de confusión para crear un pequeño terremoto con la ayuda de la fruta Gura Gura y así poder escapar.

Nos paramos encima de un tejado para poder discutir como escapar.

-Al parecer estás chicas son muy violentas... quizás Nami forma parte de esta tribu...

-Déjate de tonterías, no quiero causar más problemas en este lugar.

-Es verdad, ¿cómo lograremos salir de aquí?

Intenté responder, pero otra flecha nos atacó. Esta vez no pude esquivarla de forma tan exitosa como las otras veces. Normalmente el poder de la Mera Mera no mi hubiera logrado que esta pasará a través de mi, pero al ser lanzadas con haki y con mucha potencia, lograron dislocarme el hombro.

Dolía demasiado, pero con mis flamas azules procedí a curar la herida.

Seguíamos huyendo, pero a todos lados nos encontrábamos con más y más guerreras Kuja.

Mientras corríamos, Luffy le robo un trozo de carne a una anciana, está lo golpeó por detrás, logrando que esta cayera al suelo. Volvíamos a estar rodeados. No nos resistimos más y nos entregamos.

Nos ataron con unas cuerdas en forma de serpiente hechas de kairoseki, para que no escapáramos. Nos llevaron a un edificio extraño, parecía un estadio: una arena al medio, rodeada de graderías y una especie de torreta delante de la arena, conectada por unas largas escaleras. Estábamos rodeados por las Kuja. En los más alto del edificio aparecieron las tres hermanas gorgonas.

-Ahora déjame preguntarte hombre. -empezó a hablar la emperatriz -¿Cómo y con qué propósito has venido a esta isla?

-Pueeees... no sé cómo he llegado aquí... fui impulsado por el aire... creo... y llegué aquí.

-Y tu mujer, ¿tienes algo que añadir?

-Llegamos aquí en contra de nuestra voluntad. Fuimos atacados por el Shichibukai Bartholomew Kuma, fue él quien, con su poder, nos envió aquí.

-Sucias mentiras, no podéis engañarnos con esta estúpida historia. Debéis estar aquí con un propósito.

-Con el único propósito de volver, lo más pronto posible. -respondí yo, sabía que lo mejor era evitar lo máximo posible que Luffy hablara.

-No dejareis este lugar con vida. -sentenció la emperatriz -Ya no podéis escapar de la muerte.

Algo tenía claro, si no nos escapábamos por las buenas, lo haríamos por las malas. Estaba a punto de hacer algo al respeto, pero alguien habló.

-Por favor espere, emperatriz serpiente. -era Margaret. Esta saltó hasta donde nosotros estábamos y siguió hablando. -Yo no creo que estás personas sean de la clase de gente que mentiría. Lo que están diciendo es verdad, no puedo creer que ellos quieran atacar a nuestro país.

-¿Eres una de las guaridas de mi país?

-Mi nombre es Margaret.

-El simple acto de entrar en este país significa la muerte para cualquier hombre. ¿Por qué lo defiendes?

-Porque tengo una deuda con él... la que lo trajo a este país, ¡fui yo!

Con esa afirmación logró que todo el público soltara una fuerte exclamación. Seguidamente, ese grupo de mujeres que recogieron a Luffy en el bosque, se acercaron a nosotros e intentaron explicarle a la Emperatriz que es lo que había pasado.

La emperatriz se levantó y empezó a bajar por unas largas escaleras hasta donde nos encontrábamos nosotros.

Ese mujer era conocida por su magnífica belleza, era capaz de acelerar el corazón de cualquier ser humano, incluso de animales solo con verla. Una vez había capturado sus adversarios, con el poder de su fruta del diablo era capaz de convertirlos en piedra.

Yo soy la cuarta hermana (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora