Capítulo 33

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Nos levantamos y empezamos a correr junto a Luffy. Al poco tiempo se nos unió Jimbe, quien nos dijo que nos cubría las espaldas y nos pidió que no parásemos de correr hasta llegar al barco.

-Sois todos unos cobardes, marcháis corriendo con la cola entre las piernas una vez habéis rescatado a Ace. ¿Tanto miedo nos tenéis? -dijó Akainu intentándonos provocar para que siguiéramos luchando. -Aunque no es tan raro, incluso puede ser normal... dicen que de tal palo, tal astilla. Y lo que está claro es que Shirohige es un gran cobarde.

Esas palabras causaron lo que su emisor deseaba, que Ace parara de correr.

-¡Maldita sea! ¡Ace! ¡No caigas en su trampa! -grité, no estaba dispuesta a perderlo ahora que lo había recuperado -Tú mejor que nadie sabes que sus palabras son viles mentiras, papa es un hombre valiente. No te dejes engañar por sus palabras.

Pero Ace ignoró mis palabras y se giró dispuesto a luchar. Me acerqué a él y lo abracé.

-Por favor, Ace...

Pero nada, me apartó y dio un paso hacia adelante.

-No, ha insultado a mí querido padre.

El almirante siguió con su discurso, era doloroso escuchar sus palabras, pero no eran más que mentiras, no iba a dejar que me ofendieran. Pero algo estaba claro, si Ace luchaba, yo lo haría a su lado.

Pedí a los demás que siguieran escapando, que yo ya me quedaba con él.

La batalla empezó con el choque de nuestros puños. Pero los dos salimos repelidos por el impacto y una sensación que hacia mucho que no sentía llegó a mí: me había quemado.

Había pasado lo inevitable, la lava había quedado el fuego. ¿No había dicho anteriormente que ese hombre no me gustaba?

Con un gran esfuerzo logré levantarme, tenía la piel de mi brazo derecho chamuscada, roja e hinchada.

A partir de aquí, todo ocurrió a camera lenta, pero ni así logré hacer algo al respeto.

Luffy intentó correr hacia nosotros, pero tropezó y cayó al suelo. Con él, también había caído su Vibre Card. Intentó recogerla, pero Akainu aprovechó que había bajado la guardia para atacarlo.

Intenté parar el ataque, aunque eso pudiera ocasionarme algunas heridas. Pero justo cuando había logrado interponerme al golpe, una gran fuerza me apartó y ocupó mi lugar.

Caí al suelo con fuerza y junto a mí cayeron una especie de bolas rojas que se esparcieron por todo el suelo. Eran del collar de Ace.

Notaba que el mundo perdía su color, su sonido y su brillo. Y mis ojos solo podían fijarse en el gran agujero que se había abierto en el vientre de Ace. El Almirante Akainu había atravesado a Ace con su puño.

Intenté llamar a Ace, pero había enmudecido. Intenté gatear hasta él, pero estaba completamente inmóvil. No fue hasta que el Almirante retiró su puño que recuperé mi movilidad.

Corrí hasta él y lo abracé. Lo sujeté para que no cayera.

-Ace ya está, ahora mismo llegan los médicos y-y te van, van a curar te, si, vas a estar bien y vamos a volver, vamos a volver todos juntos a casa. -fijé prácticamente sin respirar.

Ace escupió un poco de sangre por encima de mi hombro. Un gritó de Marco se escuchó por todo el campo de batalla, todos estábamos preocupados por Ace.

Jimbe bloqueó el siguiente ataque de Akainu, así dándonos más tiempo a nosotros. Y el siguiente fue bloqueado por Marco y Vista, quienes estaban cegados por la rabia. 

Ace se apoyó más en mi, y eso causó que cayera de rodillas al suelo, aún con él encima mío.

-Tranquilo, -le dije -solo debes aguantar un poco más, solo... solo intenta no cerrar tus ojos, ¿vale? Yo seguiré a tu lado, pase lo que pase, no te dejaré. ¿Me escuchas? Debes aguantar.

A pesar de mis palabras, notaba que su vida se escurría entre mis dedos junto con toda su sangre.

-Lo siento... pero todo ha acabado... Habéis hecho tanto para salvarme, y resulta que al final no me he dejado salvar. Me sabe mal porque todos habéis arriesgado vuestra vida, perdonadme.

Luffy empezó a gritar para que alguien viniera a salvarlo, peor ya era demasiado tarde, sus órganos estaban completamente destruidos, era solo cuestión de segundos.

-____, escúchame... se que he sido un imbécil, que a veces me he comportado fatal contigo. Y también sé que hubiera tenido que hacerte caso, pero ahora es demasiado tarde... y ahora solo puedo decirte que lo siento...  siento que te hayas enamorado de un tonto como yo. Cuida de Luffy, ¿vale? Y también de mi sombrero.

Quise decir que sí, pero las palabras habían vuelto a abandonarme, así que simplemente asentí.

-Recuérdalo: te amo.

Sabía que eso era todo lo que Ace tenía por decirme, así que, aún sin levantarme, pasé su cuerpo a Luffy, ellos dos también tenían cosas de que hablar.

-Lo prometiste hermano, prometiste que nunca morirías, tú lo dijiste. No puedes hacerme esto ahora, no puedes morir.

-Siempre me he preguntado si me merecía haber nacido. Todos decían que no tenía derecho a vivir. Yo no quería seguir viviendo, si no hubiera sido por Sabo, ____ y por ti. Por cierto, si nunca volvéis a ver a nuestra vieja Dadan, dadle recuerdos de mi parte. Ahora que se que realmente me estoy muriendo, incluso la hecho de menos a ella... Solo me duele una cosa, saber que no voy a poder ver como tu, Luffy, cumples tu gran sueño, pero sé que lo vas a conseguir, estoy seguro. Porque tú eres mi hermano pequeño... ¿Os acordáis? Lo prometimos una vez, prometimos que nunca nos íbamos a arrepentir. Yo no quería la fama, yo quería otra cosa bien distinta, lo que siempre quise saber era si merecía haber nacido en este mundo. Ahora, no puedo gritar suficientemente fuerte para que todos me escuchen. Por favor, decídselo vosotros después: Querido papà, compañeros, y vosotros también. Hasta hoy, yo solo he sido un idiota. Gracias a todos, os quiero.

Ace cayó inerte al suelo. Y a pesar de los rastros de las lágrimas secas que decoraban sus mejillas, se lo veía feliz, estaba sonriendo.

Pero eso no impidió que la rabia me inundara. ¿Por qué Ace? ¿Por qué no había podido evitarlo? ¿Por qué tenía que sentirme tan inútil? ¿Y por qué debía ver cómo mi hermano pequeño lloraba sin control e yo era incapaz de ayudarlo?

Sin duda, una parte importante de mi murió ese día.

Primero de todo, no me matéis. Se que muchas no queríais esto. Siendo sincera, yo tampoco lo quería.
En un principio la novela fue estructurada para que esto pasara. Me planteé cambiarlo, y hasta el último momento no estaba segura de que es lo que quería hacer. Pero decidí hacerlo así por los siguientes motivos: 1. Porque en un principio lo decidí así 2. Porque me gusta reñirme lo más posible a la historia original 3. Porque salvar a Ace, suponía un cambio tan grave en la historia que me hubiera supuesto muchos cambios y por ende muchos problemas argumentales a arreglar más adelante.
Os aseguro que me ha costado muchísimo escribir esta parte, tardé más tiempo de lo habitual, y necesité el apoyo de varias amigas que me animaran a seguir escribiendo, porque se me hizo súper duro.
Y os aseguro que, de cara a un futuro, si no tengo tanta faenas (cosa que dudo, porque el año que viene empiezo a ir a la Universidad) empezaré a escribir un final suponiendo que Ace no muere.

Yo soy la cuarta hermana (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora