Me gustaba dar de mamar al bebé, me relajaba muchísimo.
Solo me quedaban unos cuatro meses, después, debería dejarla y volver a entrenar con Luffy. No me gustaba la idea de dejar al bebé con Dadan. No porque no confiara en ella, al contrario, a ella le confiaría mi vida, pero me gustaría poder pasar más tiempo con mi hija. No podía evitarlo, debía entrenar, había perdido el poder del fuego y el del terremoto, eso me debilitaba muchísimo, y si de verdad quería ayudar a Luffy debía ser fuerte, mucho más de lo que era.
Pero lo primero de todo era el bebé, quería aprovechar cada segundo.
Me costó muchísimo decidir el nombre de la pequeña. Primero pensé en llamarla Anne, recuendo que el abuelo Garp una vez me contó que si Ace hubiera sido chica se hubiera llamado de esta manera, però después recordé que ese nombre lo pensó Gol D Roger, el padre que Ace tanto aborrecía. Fue en ese momento cuando se me ocurrió algo mejor, se iba a llamar Rouge, como la madre de Ace. La pequeña se iba a llamar Portgas D Rouge, exactamente igual que su abuela paterna.
Me gustaba tenerla en brazos, hablarle y ver cómo reaccionaba a mi voz. Sabía que no me entendía, pero cada vez que le hablaba me miraba con esos grandes, hermosos y brillantes ojos y sentía como se relajaba.
A Dadan y a Makoto les encantaba agarrarla, pero ella no se dejaba, se ponía a llorar al mismo momento en que dejaba de notar mi tacto. Y a su vez, paraba de llorar en cuanto volvía a notarme. Me reconocía, sabía que era su madre.
Poco a poco le iba saliendo pelo, y más adelante, los primeros dientes, poco a poco iba creciendo pero seguía siendo muy pequeña.
El bebé crecía fuerte y sano. Cuando jugaba con ella, se reía a carcajadas y cuando algo le molestaba, lloraba hasta saciarse.
Pero era tan pequeña... ni andaba, ni hablaba, aún no tenía todos los alimentos introducidos ni siquiera gateaba o era capaz de balbucear...
Y así pasaron los cuatro meses. Ahora, tal y como había prometido, debía volver a la Gran Line para entrenar.
Fue duro despedirme de Dadan y de los demás bandidos, pero aún lo fue más despedirme de la criatura. Me gustaría poder estar con ella, pero amaba mi vida de pirata, y quería ser más fuerte, para poder proteger a los que amaba. Además si la marina descubriera que ese bebé es hijo mío y de Ace, sería perseguido. Así que era mejor evitar cualquier tipo de relación, de momento.
Pensaba despedirme de los bandidos en la montaña, pero estos decidieron acompañarme hasta el pueblo. Allí me despedí de Makoto y le pedí que también ella cuidara del bebé.
Ahora ya nada más me retenía allí.
Di un último beso a la frente del bebé, agarré mi bote y empecé a navegar hasta Loguetown, donde descubrí que habían transferido a Smoker. Llegué al monte invertido y de ese modo, a la Gran Line.
Allí se encontraba Crocus, un viejo médico que había sido parte de la tripulación de Gol D Roger y una gran ballena llamada Laboon.
No pude evitar reír en cuanto lo ví, Luffy ya me lo había contado, pero era espectacular lo mal dibujado que estaba el Jolly Roger de mi hermanito en la cabeza de la ballena.
Esa ballena también había formado parte de una tripulación, pero tuvieron que dejarla allí prometiéndole que regresarían a buscarla. Ya habían pasado cincuenta años desde entonces, pero ella seguía esperando. Pero lo que la ballena no sabía es que, uno de esos Piratas, aún seguía con vida y se había unido a la tripulación de Luffy, el esqueleto Brook. Se lo expliqué, causando una alegría enorme en el pobre animal.
Seguí mi viaje, y volví a esos lugares que había estado tiempo atrás. Volví a la Isla de Drum, donde encontré la doctora Kureha, médico y antigua maestra del reno Chopper. Volví al reino de Alabasta, donde fui a ver a la princesa del país, Vivi, quien estuvo encantada de recibir noticias de Luffy y de saber que ese estaba sano y salvo.
Incluso volví a la isla Banaro, ese lugar donde empezó a desencadenarse todo, donde Ace perdió la batalla contra Kurohige.
Tardé prácticamente un mes en encontrar esa isla perdida, situada al noroeste de Amazon Lily, donde Rayleigh y Luffy entrenaban, pero finalmente lo logré.
A medida que iba entrando en la isla, iba recordando todo lo que Rayleigh nos había contado sobre ella: la isla se llamaba Rusukaina, era uña lugar muy duro, tenía 48 estaciones al año, es decir que el tiempo cambiaba cada semana.
Llegué a una zona llena de runas, en su momento una civilización había habitado la isla, pero esos perdieron la batalla por la supervivencia y ahora los únicos humanos de la isla éramos Luffy, Rayleigh e yo.
De repente algo me atacó, era una especie de mamut gigante, debía ir con cuidado, según el Rey Oscuro, había 500 especies que Luffy no era capaz de derrotar, y unas 350 que yo tampoco era capaz de ganar. Al finalizar ese año de entrenamiento, debería ser capaz de poderlos derrotar a todos.
Estaba ansiosa por ver a Luffy, ¿sería mi pequeño hermano ya más fuerte que yo?
Caminé por la isla hasta llegar al centro, allí había un gran árbol rodeado de pequeñas rocas donde reposaba el sombrero de Luffy. Ahora, justo al lado reposaba el sombrero de Ace que ahora me pertenecía a mí. Ya estaba preparada para entrenar.
-Ace, lo prometo, voy a proteger a Luffy.
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Yo soy la cuarta hermana (One Piece)
Fanfiction"Con ocho años, con mi madre muerta y sin conocer a mí padre, me convertí en la hermana menor de Ace y de Sabo y la hermana mayor de Luffy."