Capítulo 4 (Editado)

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Mientras lo buscaba, me encontré con Ace, este estaba transportando unas cajas junto a otro chico rubio que llevaba unas ropas de color azul muy raras y un sombrero, también azul, de copa alta. Ace e yo habíamos hablado un par de veces, pero no demasiado, no me gustaba la forma en la que trataba a Luffy.

-Ace -le pregunté -¿tú sabes donde está Luffy?

-Eh, no... No lo sé.-respondió bastante nervioso, mientras trataba de evitar mi mirada.

-Pero sabes algo que yo no ¿verdad?

Después de unos segundos de silencio, el chico rubio confesó.

-Bluejam lo ha secuestrado.

-¿Bluejam? -pregunté.

-Sí, es el pirata que domina esta zona de la terminal Gray y los alrededores. -explicó el rubio.

-¿Y qué es lo que estáis haciendo aquí? ¿No deberíais estar ayudándolo? -pregunté algo histérica.

-Solo querían saber unas cosas sobre nosotros. Cuando se lo cuente le van a dejar libre. -dijo Ace.

-¿Y si no habla?

-¡Pues claro que lo hará! -contestó con indignación.

-¿Y cómo estás tan seguro de que va a hacerlo? Yo lo conozco, y se que nunca os delataría.

-¿Y qué quieres que hagamos? ¡Los hombres de Bluejam son mucho mas fuertes que nosotros! ¡Solo somos un par de críos! ¡No podemos hacer nada!

-¡Quédate tus excusas para ti! Por favor, decidme donde puedo encontrar a Luffy, quiero ir a ayudarle.

-Te voy a acompañar. -dijo finalmente Ace. -Sabo, ven tu también.

Los tres empezamos a correr, y de camino me contaron el motivo por el cual habían secuestrado a Luffy:

Sabo y Ace se dedicaban a robar a esos piratas para poder ahorrar dinero para, dentro de unos años, comprarse un barco y salir a la mar como tripulación pirata. Luffy había descubierto el lugar dónde escondían su tesoro, y por eso los hombres de Bluejam lo habían secuestrado. Porque querían saber la localización de aquel pequeño tesoro.

Los seguí hasta el final del bosque, ese lugar parecía un basurero. Me explicaron que eso era la Terminal Gray. Después de navegar un rato por entre medio de todos aquellos escombros, llegamos a una casita de madera, bueno, más que una casita, era una chabola medio devorada por los insectos.

Tiramos la puerta al suelo y encontramos a Luffy, colgando de una cuerda, medio desangrado. Delante suyo habían unos quince hombres, uno de ellos, estaba pegando a Luffy con unos puños americanos de púas.

Salté y me puse en medio de esto hombre y de Luffy. Le di una patada en la mano, dejándolo desarmado.

-¡_____! ¡Ace! ¡Sabo! ¡Habéis venido a ayudarme! -dijo Luffy entre llantos.

-¿Dudabas que vendría? -le pregunté.

-¡Sabo! -gritó Ace. -Tu desata a Luffy y yo ayudaré a _____. -No pude evitar sonreír.

-Te dije que lo harías. -le dije . -Ese día te dije que si Luffy estaba en problemas de verdad, tú le ayudarías.

Ace se puso a luchar con el hombre grandullón que estuvo pegando a Luffy, e yo me encargué de todos los otros hombres. Por suerte no eran demasiado fuertes. Paralelamente, el chico rubio llamado Sabo, se puso a desatar a Luffy.

-¡Ya he desatado a Luffy! ¡Ya podemos escapar! -gritó.

-¡No os pienso dejaré huir! -gritó el hombre que luchaba contra Ace, que era él único que quedaba en pie, los otros ya habían sido derrotados.

-¡No! ¡Yo me quedaré! ¡No pienso huir! -gritó Ace.

-¿¡Pero qué dices!? -exclamó Sabo. -¡¿No ves que si no nos marchamos ahora, puede que no lo expliquemos!? ¡_____! ¡Ayúdame a que entre en razón!

-Por primera vez estoy de acuerdo con él,-empecé a decir -¡yo tampoco voy a huir!

-Tsc... Realmente sois muy problemáticos... Si vosotros os quedáis, yo también me quedaré.

Gracias al gran trabajo en equipo de los tres, logramos derrotar a ese hombre. Ace cargó con Luffy y salimos todos corriendo hasta llegar a un lugar seguro, cerca de la costa, en un pequeño acantilado. Entonces Luffy empezó a llorar con todas sus fuerzas.

-¡Tenía mucho miedo! -gritaba entre llantos. -¡Pensaba que iba a morir!

Lo abracé, me daba mucha ternura que llorase de esa forma.

-¡Idiota! ¿Por qué no les dijiste la verdad? -preguntó Ace.

-Porque... porque... si lo hubiera hecho... vosotros no hubierais querido ser mis amigos... -respondió.

-Entonces... -empezó a decir Ace, a quien le había cambiado la expresión de repente. -¿Soy alguien importante para ti?

-¡Sí!

-¿Me necesitas?

-¡Sí!

-¿Quieres que siga viviendo?

-¡Sí! ¡Quiero que seas mi amigo!

-¡Pues a mi no me gustan los niños que lloran com chicas! -contestó finalmente.

Ace dio media vuelta, y se quedo mirando dirección al mar, dándonos la espalda a todos.

-¡Así que deja de llorar de una vez. -como por arte magia, Luffy dejó de llorar al instante.

Los cuatro nos tumbamos al césped, ya casi era de noche. De repente Ace se levantó y nos dijo que no tardaría en volver, después se puso a correr.

Ninguno de los tres sabía porqué había salido corriendo.

-Venid aquí. -dijo cuando volvió. -Tengo algo que mostraros.

Nos acercamos a él y nos pusimos alrededor de una piedra bastante grade. Ace colocó cuatro vasos de beber sake en esta.

-Los mayores, cuando beben alcohol y hacen un brindis, se convierten en hermanos. -explicó mientras llenaba los vasos con Sake, ese líquido desprendía un fuerte olor. -Puede que cuando seamos piratas, no estemos en la misma tripulación. Pero ahora, no importa lo que hagamos... ¡El vínculo nunca se romperá! -Cada uno cogió un vaso y lo levantó.

-Ahora somos... ¡Hermanos! -gritamos los cuatro a la vez. Nos tragamos el líquido de un solo trago. Toda la boca y el cuello me quemó como si me hubiera tragado fuego. Era una sensación extraña, pero no podía decir que me disgustara.

-¿Y ahora que hacemos? -preguntó Sabo -Si vuelvo a la Terminal Gray, los hombres de Bluejam... me van a matar...

-Pues que no se hable más -dijo Ace -tú y _____ os venís a vivir con nosotros y los bandidos de la montaña. Me sorprendió mucho la decisión de Ace.

-¿De verdad queréis que venga a vivir con vosotros? -pregunté.

-¡Por supuesto! -dijo un muy sonriente Luffy. -Eres nuestra hermana.

Esas palabras me sacaron una sonrisa.

Yo soy la cuarta hermana (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora