Cassandra se encontrabra eligiendo un vestido con ayuda de Diana para la inauguración. Al día siguiente de la cena había despertado en su cama con un mensaje en su teléfono:
Te veré pronto.
C.B.Ella sintió que todo fue un sueño pero no, no lo fue pero como todo lo bueno, tiene que acabar.
— Qué tal este? — Diana le mostró un azul pastel hermoso pero que definitivamente no era para ella.
— Olvídalo. — Diana rodó los ojos porque esa había sido la frase de Cassandra para los últimos diez vestidos.
— Por cierto, ¿con quién irás a la inauguración? Tenía entendido que Kyle te invitó, ya le cancelaste? —
— Y ¿por qué haría tal cosa? — Diana se detuvo de ver los zapatos que ella categorizó como "Los que había esperado toda su vida" y la miró. Alzó una ceja y dijo:
— ¿Qué pasa con Kells? —
— ¿Kells? Señorita, pero que confianza. —
— Todo el mundo lo llama así, lo sabrías si escucharas su música y salieras de la piedra donde pareces vivir. —
Esta vez fue el turno de Cassandra de rodar los ojos.
— Ya deja eso. No cancelaré con Kyle, ya le di mi palabra y ya está. —
Cassandra siguió su camino a otro pasillo sin antes escuchar a Dina decir, en un murmullo:— Eso dijiste de la cita...— UGH. Aceptó porque decidió seguir sus instintos por primera vez, no había salido herida porque no estaba enamorada de ese tipo y había sido agradable, cuál es el problema?
Probaron con otros vestidos hasta que uno en particular llamó la atención de Cassandra. Era simplemente hermoso, lo agarró, se fue a los vestidores y se cambió. Al salir del vestidor se paró frente al espejo. Diana la miraba con una sonrisa y hasta con cierto orgullo.
— Ya tienes buen gusto. ¡Ay, como crecen!— dramatizó secándose una falsa lágrima. Cassandra le sonrió sacando su lengua.
■
Salieron de la tienda con todo lo necesario para ambas. Diana había escogido un hermoso vestido blanco para ella y otro turquesa para Lía, quien se había salvado de estas compras por sus clases. Sí, le costó decirle adiós a las vacaciones.Su teléfono vibró en su bolsillo.
Baker
Sea lo que sea que compraste, seguro va a ese cuerpo.
Cassandra frunció su ceño y de inmediato comenzó a mirar a su alrededor y lo encontró, recostado de un auto negro con sus lentes oscuros y su cabello alborotado. Caminó hacia ella mientras Diana tomó las bolsas y se adelantó hacia el auto.
Cassandra se quedó mirándolo todo su trayecto hasta llegar a ella. Lo miró a los ojos en todo momento.
— Vamos. — fue lo único que dijo al llegar hasta a ella, tomando su mano firmemente. Ella se soltó rápidamente.
— ¿Vamos? ¿En serio? Dos días, me ves y ¿me dices esa mierda? No puedo. Estoy con Diana. — Baker giró y la miró a los ojos frunciendo su ceño.
— Ella no parece de acuerdo contigo. — miré a lo que se refería y observé a Diana acelerar el auto diciendo adiós con la mano fuera de la ventana. Increíble! Maldita traidora. Se giró hacia Baker.
— Dios bendiga a quien inventó los taxis. — dijo comenzando a caminar hacia el otro lado en busca de uno. Hasta que sintió cómo la elevaban del suelo.
— ¡¿Es en serio?! ¡Maldito idiota! ¿Qué haces? — intentó luchar hasta que escuchó la carcajada de Baker. No vale la pena, ni que pudieras con él.
Su conciencia tenía razón así que se rindió, él la bajó delante del auto y le abrió la puerta. Ésta entro de muy mal humor, no eran nada y ¿ya hacían escenas? ¿Qué es esto?
Él la siguió subiendo también y sin miradas de por medio, arrancó el auto.
— ¿Qué es lo que quieres? —
— También me da gusto verte. — Cassandra rodó los ojos, ese cuento no se lo creía nadie.
— Seguro. —
— Me enteré de la inauguración de la nueva revista. —
— Genial. — dijo mirando por la ventana.
— Irás, ¿no? Es, a fin de cuentas, tu revista o algo parecido. —
— Tengo que. — Cassandra comenzaba a sentirse incómoda. Ya sospechaba por dónde iba esto.
— Bien, iré por ti a las ocho. —
Ella se giró hacia él con la mirada de incredulidad más grande que sus expresiones le permitieron.— Bien, señor "hacen lo que digo cuando lo digo". —
— No es cierto. —
— Ah, ¿no? —
— No, tú no lo haces. —
— Igual, no iré contigo, no puedo. —
Baker la miró por un segundo antes de regresar su mirada al camino.— ¿Por qué? — sus dientes algo apretados se notaban por la fuerza con la que se marcaba su mandíbula.
— Porque iré con alguien más. —
Observó como los nudillos del hombre en el asiento a su lado se ponían blanco del fuerte apretón que recibían. Se detuvo rápidamente a la orilla de una calle y la miró.— ¿Qué? ¡¿Con quién?! —
— Eso no es de tu incumbencia. —
— Pero claro que sí, lo es porque sabes muy bien que eres mía. —
Ella se sorprendió pero se las arregló.— Yo no soy de nadie, raperito y mira y te vas acostumbrando, no te interesa lo que haga o deje de hacer así como a mí no me interesa nada de lo que hagas tú. O acaso me vas a decir qué estuviste haciendo estos días? — dijo borde. Él se quedó en silencio y eso fue todo lo que ella necesitó para bajarse del auto y alejarse de él.
Baker al darse cuenta, se bajó para seguirla.
— ¿A dónde diablos vas?! —
— Lejos de ti, ¡maldito imbécil controlador!—
— Vamos, no llegarás a ninguna parte. — Trató de razonar.
— Crees que estoy idiota o qué? Crees que no sé que estuviste drogandote y follando con putas todo el día? Pero adivina qué, yo no soy cómo ellas. —
— Eso lo sé. — él no lo negó, no serviría de nada. La había extrañado, esa era la única verdad que contaba para él.
— Pues no lo parece. Porque si buscas una gata que te siga a todos lados, estás tratando con la perra equivocada porque yo no soy así. — Se alejaba cada vez más rápido hasta que un taxi iba pasando por ahí. Lo paró rápidamente y entró antes de que Baker pudiera intentar algo. Aún así, él agarró la ventanilla y mirándola a los ojos le dijo:
— Aún eres mía. —
Ella le dio instrucciones al taxista y se alejaron de ahí.
Kells de posesivo, Cass de mojigata. No puedo. La dichosa inauguración... LA AMARÁN? LA ODIARÁN? Aquí nada es seguro. Yo quiero saber qué hizo Kells en esos dos días, por Dios, nada bueno fue.
Qué les parece la historia?
NO TEMAN COMENTAR.
Aáron Furst
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Bad things || Terminada
FanficMachine Gun Kelly Colson Baker Un rapero conocido, un rebelde, un marihuanero, un egoísta, un talentoso artista, un grandioso ser humano. Las dudas y suposiciones acerca de él eran muchas y tal vez, sólo tal vez, estaba demasiado enamorada como para...