Capítulo XXXV

942 59 18
                                    

Maratón 2/3

Al llegar a la editora mandó a llamar a Amanda de inmediato a su oficina.

— ¿Me puedes decir por qué tengo un mensaje de Zack diciéndome que nos veremos en Londres? — Amanda la miró con cara de disculpa y vergüenza. Zack Walker era el hijo y socio del dueño de la cadena de hoteles más grande de toda Inglaterra. Eran buenos amigos, aunque ese no había sido el objetivo inicial de Zack.

— Yo lo siento muchísimo, de verdad, es que han pasado cosas pero eso no es excusa, yo debí cumplir con mi trabajo y lo siento tanto, debió haber sido una gran sorpresa...— Cassandra calló la verborrea de su secretaria y amiga y le dijo que se sentara.

— Bueno, la verdad es que yo no fui la que se llevó la mayor sopresa. —

— Lo siento. — se disculpó por nueva vez.

— Ya déjalo, ¿me vas a decir por dónde viene ese mensaje?—

— La semana pasada el señor Walker llamó para solicitar los servicios de la editora en Londres para su nuevo hotel, como cada año, olvidé por completo mencionartelo. —

— Está bien. Y ¿cuándo es el viaje? — preguntó. Cassandra la miró cabizbaja y con más pena y vergüenza que antes.

— Mañana.—







Luego de una agotadora reunión con los inversionistas, que terminaron complacidos con los nuevos proyectos y más importante, las ganancias de la editora, dio por terminada su jornada laboral. Eran casi las cinco de la tarde, cuando recibió una llamada sorpresa de su jefe no tan favorito últimamente.

— ¡Hola!, al fin se ha comunicado con la Tierra, señor Styles. — saludó sarcástica.

— Muy graciosa, Cassandra. Sólo llamaba para saber cómo va todo por allá, estaré de vuelta en unos días. —

— Por mí no te preocupes, está todo perfecto. —

— Excelente. — respondió luego de unos segundos.— Cassandra. —

— ¿Sí? —

— ¿Cómo... Cómo está Amanda? —
Notó cierto nerviosismo en su tono de voz.

— Feliz, está feliz, Larry. —

— Eso está muy bien. —

— ¿Era eso todo? —

— Sí, sí, nos veremos en unos días insolente.— trató de tomar un tono divertido y despreocupado pero no funcionó.

— Nos vemos, jefe. —
Amanda le había comentado la falta de comunicación entre ella y Larry desde el día de la inauguración, el motivo eran las constantes ignoradas que le daba Amanda a Larry después de que la foto de éste saliera en una de las paginas de una revista internacional con una modelo que casualmente Amanda encontró en la sala de espera de su ginecólogo.









Al salir del edificio, se dirigió al estacionamiento frente al edificio cuando divisó a una alta figura esperándola recostada en el capó de un auto desconocido para ella. Llegó hasta él, quien jaló de ella hasta estar lo suficientemente cerca para recibirla con un tierno beso en los labios.

— Dijiste que venías por mí en la noche. Además, ¿qué haremos con tu auto? — preguntó al separarse. Ya que esa tarde había tomado el auto de Baker como transporte.

— Lo dejaremos aquí. — dijo abriendo la puerta del auto nuevo para que ella subiera, Cassandra negó con la cabeza y subió al auto resoplando. Baker arrancó el auto, en medio de la carretera, Cassandra veía a través de la ventanilla del auto y sintió un apretón en su muslo que la hizo girar su atención a Baker que la miraba de reojo.

— ¿En qué piensas? — le preguntó.

— ¿La verdad? En absolutamente nada. — contestó con una sonrisa que Baker correspondió y aprovechó un semáforo en rojo para robarle un rápido beso a Cassandra, que a fin de cuentas, no terminó siendo tan rápido.

Cassandra sintió su teléfono vibrar en uno de sus bolsillos, era un mensaje, tecleó rápidamente con una sonrisa.

— ¿Zack te ha vuelto a mensajear? — el tono voraz que utilizó podría haberla envenenado en ese momento, vio como apretó las manos alrededor del volante poniendo sus nudillos blancos. Cassandra alzó ambas cejas y bloqueó el teléfono nuevamente para mirarlo.

— Lía te ha mandado saludos, dice también que no olvides las boletas para el concierto. — y volteó su mirada a la ventanilla nuevamente. Baker guardó silencio por un buen rato hasta que Cassandra lo sintió estirar su mano y tomar la de ella, con sus grandes dedos acariciar la palma de su mano suavemente, esa era su disculpa. — Zack, es el hijo de un magnate hotelero, nos conocimos por trabajo en Londres y me envió el mensaje porque supo antes que yo que debía viajar hacia allí, a Amanda parece habersele olvidado y yo no puedo negarme. —

— Claro que puedes. —

— Colson, es mi trabajo, simplemente no lo dejaré de lado así como tú no dejarás el tuyo. —

— ¿Cuándo es el viaje?— Cassandra tardó varios segundos en responder.

— Mañana. —

— Iré contigo. —

— Claro que no, iré por trabajo.—

— Estarás sola con el idiota que quiere meterse entre tus bragas. —

— Es mi amigo, no estaremos solos y si no ha quedado claro ya que no soy una cualquiera, no tenemos nada más que hablar. —

— Maldición, ¿es que no entiendes que me da rabia saberte cerca de otro? —

— Debes confiar en mí, siempre buscas un motivo para discutir. —

— Tú siempre buscas uno para hacerme rabiar. —

— Deten el auto. — le dijo firme. — Deten el puto auto ahora!— dijo un poco más alto y abriendo la puerta para que viera que hablaba en serio. Baker se estacionó a la vera de la autopista, Cassandra no perdió tiempo y salió del auto, él la siguió.

— ¡Vamos! ¿Qué demonios haces, Cassandra? Vuelve al auto. —

— Largate. — siguió caminando rezando por conseguir un taxi.

— ¿Cuántas veces debo decirte que eres mía, y que nadie más debe tenerte?, nadie más puede tenerte. — le dojo jalandola del brazo para detenerla. Ella logró separarse lo suficiente para mirarlo a los ojos.

— ¿Tuya? ¿En serio? ¿Cuándo serás tú mío a caso? Deja de decir estupideces.— le dijo.

— Lo soy, nena, soy completamente tuyo desde que lograste meterte en mi piel como ningún tatuaje en mi cuerpo lo ha hecho . —

Bad things || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora