Capítulo XXXVI

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Maratón 3/3

La llevó a su apartamento y antes de que pudiera entrar, Cassandra lo detuvo.

— No puedes quedarte. — él la miró como si se estuviera volviendo loca.
— Tengo que organizar maletas y tú solo distraes. —

— Soy la mejor distracción de tu vida. — dijo acercándose para besarla. Sus lenguas comenzaron un lindo baile de sabores, se separaron por falta de aire y Cassandra se sostuvo de sus hombros.

— Seguro que sí pero hoy no te necesito. —

— Está bien. — dijo para darle otro beso de despedida.

— Buenas noches. — se despidió Cassandra. Él volteó por unos segundos.

— ¿A qué hora sale tu vuelo? — ella soltó una carcajada divertida. Las probabilidades de que se apareciera por allí no eran tan remotas como quería. Negó con la cabeza y se acercó a él para darle, esta vez sí, un último beso que terminó con él acorralándola en la pared del pasillo del edificio y ella aferrándose a él como si fuera su ancla.

Luego de unao calientes minutos, se despidió por quinta vez y entró a casa donde para su sopresa, no estaba sola.

— Hola, calienta pollas de pasillo. — le respondió Diana mientras Lía sonreía divertida. Rojo fue el color que adoptó el rostro de Cassandra en ese momento pero lo ignoró.

— ¿Por qué todos dicen que soy calienta pollas? —

— Porque lo eres. — respondió Lía.

— Tal vez, pero no es a propósito. — dijo divertida, las chicas rieron.

— ¿Y cómo ha estado tu noche? — se aventuró a preguntar Diana. Cassandra sólo negó con la cabeza y ambas entendieron el asunto y allí quedó sanjado.

— ¿Han decidido estar juntos ya? — esta vez fue Lía la de la pregunta. Demasiadas preguntas a la que ella no tenía respuesta.

— Digamos que sí, supongo que estamos juntos. —

— ¿Supones?— otra mirada y caso cerrado.

— Tengo que viajar a Londres mañana, el señor Walker necesita los servicios de la editora. —

— Querrás decir que Zack ha convencido a su padre de abrir un nuevo hotel sólo para verte. — le dijo Diana burlona.

— Calla ya. Que somos amigos. —

— Por tu lado de la historia. —

— Sí, porque por la suya ya nombró a sus futuros e invisibles hijos. — se burlaron ambas.

— Callence ya, saben que a mí me gusta otro. —

— Espera. ¿estás admitiendo que te gusta alguien? — preguntó Lía con un tono de sorpresa muy fingido.

— Y no sólo alguien, ha admitido que le gusta Machine Gun Kelly.— añadió Diana con el mismo tono. Las miró irritada y puso sus ojos en blanco.

— Cuando quieran dejar de joder, suben a ayudarme con las maletas. — dijo para luego dirigirse a las escaleras.

— ¿Por qué querríamos dejar de joder?—

— O peor, dejar de hacerlo para ayudarte. —

Escuchando eso siguió pasos arriba a la habitación, segundos luego de quitar sus zapatos y colocarse una ropa más cómoda, escuchó la puerta y a las dos demonios de sus amigas entrar con las maletas en las manos para colocarlas en la cama.

Bad things || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora