Solo a ti.

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-Siento las maldades que te hice, quería provar tu sentido del humor, pero te enojas muy facil - me decía con una gran mueca de despreocupación.

- Bueno eso de que alguien llegue por detras susurrandote con voz de violador no es algo que haga la gente normal - dije poniendo los ojos en blanco.

- Lo siento, pero te ví tan linda que no pude evitarlo, simplemente quise acercarme a ti y no sé que fue lo que me pasó - dijo hacendo un puchero bastante encantador.

- Bueno, solo no vuelvas a hacerlo ¿si? - le dije reprendiendolo.

- No prometo nada - dijo sin mirarme a lo que rode mis ojos y al posicionarlos de nuevo, lo tenía en frente, no supé cuando terminó besandome.

De inmediato lo alejé de mi, él me miró apenado y salió corriendo hacia su casa, yo solo pude quedarme quieta digiriendo eso que acababa de pasar, fue tan sorpresivo, aun que no puedo negar que me encanto su beso, no besaba mal; cuando por fin desperte y regrese a la realidad, me dirigí a la que sería mi habitación por esos días.

Me recosté en la cama a pensar un poco, el chico no me desagradaba, pero a pesar de ello mi corazón entero ya le pertenecía a alguien más, él quizá me atraía un poco, pero no me enamoraba, así me quede un rato hasta que me quede dormida. Desperté muy feliz, ya que Ale estaba llamandome, el tono de mi celular me despertó.

- Buenos días amor - dijo ella con voz empalagosa.

- Muy buenos días - conteste adormilada pero feliz.

- ¿Cómo va todo por allá?

- Bastante bien, he conocido a mi hermano y a la esposa de mi papá -

- ¿Hermano? - preguntó sorprendida.

- Hermanastro, es hijo de la esposa de mi padre, solo eso - le conté un poco de lo sucedido el día anterior, claro omitiendo el beso.

- Bueno Faby, tengo que colgar ya, tendremos paseo familiar el día de hoy - me dijo triste.

- Está bien, diviertete, fue muy lindo haberme despertado contigo, has alegrado mi día -

- Bueno, no hay de que, te dejo. Adios, te amo - se le escuchaba sonriente.

- Te amo. Adios - colgamos, eran ya como las nueve de la mañana así que tenía que levantarme a desayunar.

Al abrir la puerta vi sentado frente a ella a Marco, quien me miraba implorando perdón, parecía un cachorro, un chico realmente tierno, le dedique una sonrisa y le tendí mi mano, se levantó y fuimos a desayunar, no hablabamos ya que no sabiamos de que, solo haciamos gestos al comer, bastante divertido. Salimos un rato a la ciudad en donde nuestro padre nos abandonaron un largo rato, dios sabrá donde estuvieron.

- Te escuche hablar por teléfono hoy en la mañana - dijó.

- ha!! ¿si? - dije preocupada.

- Perdón, no sabía que estabas con alguien en este momento, fue tonto de mi parte, fui impulsivo - me decía pero no me miraba.

- Está bien, tranquilo, simplemente lo olvidaré, la persona con la que me encuentro me hace muy feliz y ademas la amo con toda mi alma - dije con una gran sonrisa.

- Me imagino que si, presentamelo algún día - dijo.

- Te la presentaré después - dije y él se desconcertó un poco.

- ¿Te la..? ¿Una chica? - preguntó sorprendido.

- Si una muy linda chica - le sonreí.

- Será dificil competir contra ella, pero quizá igual lo intente - dijo con una mirada desafiante.

Sin ti no puedo vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora