BAD TYPE HOPEV

Proyecto.

Narra Tae. 

MIÉRCOLES.

Me levante a las siete, mis clases comenzaban a las 9, me bañe y me arregle. Me sentía algo nervioso por los compañeros de los proyectos. La verdad era algo fastidioso todo eso, ese trabajo les va a servir más a nosotros que a ellos. 

Me siento usado. 

Baje las escaleras ensimismado, siempre parecía que estaba en otro mundo eso lo herede de mi madre. Y ahora solo esperaba que no notaran el pequeño corte en mi labio que la verdad ya casi no se notaba. 

 Estaban desayunando y los dos estaban muy serios. Me acerque a ellos para que notaran mi presencia, me senté a un lado de mi padre pero aun no me hacían caso, así que yo también los ignore. 

Mi papá tenía un gran periódico en sus manos que le tapaban la cara y como siempre un café bien cargado a un lado de su plato. Mi madre estaba, como siempre... en su teléfono al pendiente de su trabajo como editora. Nunca lo soltaba. 

Me moría de hambre la verdad. 

-Mati-le grite a la cocinera-¿me puedes hacer huevos y tocino?

-Si cariño-oí como respuesta desde la cocina. Se encontraba justo detrás del gran comedor que parecía para unas quince personas. Mi madre exagero con el diseño de la casa. La mandaron a hacer cuando yo tenía seis años, mi mamá soñaba con algo así y mi padre la consentía en todo. Gasto mucho dinero, yo también amo esta casa, aunque hay mucho más lujosas yo me siento un verdadero ricachon con sirvientas y una cocinera la cual le tenemos cariño. 

Unas puertas detrás mio se abrieron con una de las sirvientas con mi plato, tenia tres tiras de tocino un par de huevos revueltos, me sentía tan hambriento. Mi padre miro por un lado del periódico y luego de devolver su vista a la lectura estiro una mano y me quito una tira de carne lo mire y él, como si nada me ignoro. 

Suspire. 

Le devolví la atención a mi plato y me di cuenta que solo me quedaba un tocino, entonces mire a mi madre y me di cuenta que ellá había tomado el otro pedazo. Me dispuse a comerme el ultimo que quedaba y a devorar los huevos. 

-No comas tan rápido-me pidió mi padre bajando el periódico y tomando su café-te puede doler el estomago luego. 

Lo mire con la boca llena y sonreí. El también sonrió. 

-Dios mio Tae-dejo el cafe en la mesa-¿Qué te paso en el labio?

-Me caí ayer en la ecuela-conteste despreocupado

-Bien-me dijo creyendo en mi mentira-¿Cómo te va en la universidad?

-Bien-arrugue la nariz-solo que, tendré que trabajar con un alumno de un grado mucho mayor.

-¿Compañeros de ultimo año?-dijo confundido-Daniela-miro a mi madre quien seguía atenta a su celular-¿En nuestros tiempos la Universidad Sidney hacía eso? 

-No lo se-contesto ellá desinteresada. 

-Tranquilo hijo-volvió a mirarme, yo seguía comiendo-sera algo bueno para ti. 

-Papá-le dije terminando lo que quedaba-entonces cuando tu ibas a la universidad no hacían estas cosas. 

-No, pero ahora son tiempos nuevos, todo se renueva-me sonrió con dulzura, mi padre era mi modelo a seguir, era una persona muy amable y respetuosa, nunca se metió en problemas. 

-Si... tienes razón...

-Recuerdo a mi director de ese entonces, recuerdo, que, dejo su puesto porque su hijo menor estuvo implicado en un escándalo con uno de los profesores que daba ahí.