BAD TYPE HOPEV

SANGRE

NARRA TAE. 

Me levante lentamente, no sabía cuanto tiempo había pasado, saque mi teléfono y busque el contacto de Jimin, eran la 1:30 las clases ya se habían acabado. 

No me contestaba, tal vez lo había dejado en su casa. 

Cuando pude ponerme de pie totalmente, me agarre del lavabo, mire mi reflejo, había sangre por casi toda mi cara. 

Mi nariz y chorreaba aquel liquido rojo, tome papel para secar las manos y me la cubrí. Mi ojo se estaba poniendo morado. Mis mejillas estaban verdes y me dolía el estomago y la espalda. 

No podía caminar muy bien. 

Marque de nuevo el número de mi mejor amigo, pero parecía que lo tenía apagado. 

Le marque a Suzy entonces, ellá si me contesto, pero solo me quede callado. 

¿En serio quería que me viera así?

Colgué.

Le mande un mensaje de que me había ido a casa temprano y que la llame por accidente. 

Intente caminar pero me sentía muy débil y apagado. Tenía miedo en realidad. 

Camine hacía la entrada y toque la puerta recorriendo el mango de esta, mis dedos delgados recorrieron la superficie metálica temiendo abrirla.

Mi cara se sentía húmeda otra vez, las lagrimas recorrieron mis mejillas, y mi cuello las atrapo. Mi cara seguro se veía totalmente descompuesta. 

Estaba pintada de golpes, las marcas del dolor reflejadas en mi piel...

Quería gritar... 

<<Papá>>pensé<<ayúdame>> 

La puerta se abrió ante mi y la luz solar entro en el lugar, pero yo no la había abierto, ante de mi se encontraba la ultima persona en la que creí que le importaría.

-Hoseok-pronuncie en un susurro. 

No puedo describir su cara de asombro y de preocupación, abrió sus brazos y me a envolvio en ellos. 

Sentí su corazón, ya que apoyo mi cabeza en su pecho su respiración era tan calmada y serena, pero sus manos tocaban mi cara y mi cuerpo. Sentí como con las yemas de sus dedos tocaba los moretones y hacía que me doliera.

-¿Quién te hizo esto?-oí su voz tan lejana, su bonita voz-¿Kim? No cierres los ojos...

Eso ultimo lo oí más como una suplica. 

Pero si cerré los ojos, me desmaye. 

Cuando desperté, lo primero que vi fue un techo azul, mi vista se encontraba muy borrosa. Me dolía el cuerpo, mire a mi derecha y me encontré con un hombre con una bata blanca ¿Estaré en el hospital?

-¿Quién?-balbucee.

Estaba acostado pero no sabía donde estaba, me sentía como flotando. 

-Oh ya se despertó joven-hablo el hombre-te dieron unos buenos golpes, pero estarás bien, solo tienes lastimados algunos músculos y te torciste la mano pero en un par de días estarás como nuevo. 

No le dije nada, solo me quede algo confundido.

-Agua-dije en un susurro, me sentía algo borracho. ¿Me habrá dado algo para el dolor?

Él hombre me paso un baso con una pajilla y me lo tendió, levante la cabeza y absorbí el agua lentamente. 

-¿Dónde?-volví a balbucear-¿Dónde estoy?