Le miro mientras analizo sus últimas palabras. No me puedo creer que Luca esté haciendo amigos cuando es obvio que Marcos lo está pasando muy mal.
Aunque no tiene por qué ser el Luca que yo conozco, no es un nombre muy común, pero no puedo negar que existe una posibilidad.
–¿Puedes describirme a ese chico? –le pregunto a Adrián, rezando con todas mis fuerzas que no coincida con el que yo conozco.
–Claro –dice sonriendo–, tiene los ojos de un azul súper intenso, el pelo castaño... –se para, supongo que pensando– es algo más bajo que yo aunque, claro, más alto que tu –ríe, pero a mi no me hace ninguna gracia–. Y tiene una personalidad muy rara, por ejemplo, se está riendo y de repente se pone serio...
–Ya está, Adrián –le interrumpo–. Conozco a ese chico, va conmigo al Club de apoyo; es bipolar, por eso actúa raro.
Adrián abre mucho sus ojos color miel, mostrándose sorprendido. Me pregunta más acerca de Luca pero no soy capaz de decirle nada pues, de alguna manera, siento que estoy traicionando a Marcos.
–¿Te puedes saltar hoy las clases?
Mi amigo se ríe por mis palabras, es la primera vez que le digo de no ir, pero estoy demasiado preocupado por lo que está pasando entre esos dos chicos, tengo que ayudarles.
Cuando Adrián nota que estoy serio me mira comprensivo, aunque no sepa que es lo que está pasando, me conoce desde hace mucho y tiene un nueve en descifrar como me siento.
• • •
–¿Y bien? –pregunta en cuanto salimos del instituto otra vez– ¿qué quieres hacer?
–No te lo tomes a mal, ¿pero podemos ir a tu casa? En la mía está Kidman y no puede saber que estoy colgando clase –el chico se tensa al escuchar el apellido de mi evaluador pero no dice nada, solo asiente–. Gracias Adri, te debo una.
Me sonríe de forma algo forzada y empieza a caminar hacia su casa, como es obvio que no vamos a hablar en todo el camino, aprovecho para llamarle.
Para mi sorpresa Luca coge el teléfono al primer pitido, a pesar de que tendría que estar en clases.
–¡Hola Arlen! –grita al otro lado de la línea– ¿qué tal todo?
–Bien, oye Luca, tengo que hablar contigo... –él no dice nada, esperando a que continúe pero no soy capaz, no debería meterte en los problemas de los demás. ¿Y si ya lo ha arreglado todo con Marcos?– Solo quería decirte que, yo, bueno...
–Quieres hablar de Marcos.
Me sorprende lo serio que suena, creía que se iba a enfadar, o incluso a tratar el tema como si no fuera importante; se nota que nuestro amigo le importa mucho.
–Mira Arlen –sigue diciendo– estoy arrepentido de lo que dije, pero no se lo voy a contar a el; a pesar de decirle que siempre me arrastraba a hacer cosas que yo no quería no es lo que pienso de verdad, soy yo el que siempre le está molestando y persiguiendo...
Las palabras del chico me sorprenden, espero a que diga que es broma y escuchar a Marcos junto a el, diciendo que había picado. Pero eso no va a pasar.
–Lo que quiero decir –continúa– es que nunca le había dicho algo tan horrible, no es la primera vez que nos peleamos pero... Si la primera que le digo cosas que no pienso.
Luca empieza a llorar al otro lado del teléfono, yo pensaba que estaría enfadado, la verdad lo preferiría mil veces; pero esto...
–¡¿Y por qué le buscaste un sustituto?!
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¿Cuánto me quieres?
Teen FictionArlen, a sus diecisiete años, cree que todo en su vida es perfecto y está bien, eso es gracias a los números. Exacto, las cifras siempre le han ayudado... si no hablamos del amor, claro está. Él piensa que, como todo en su vida, puedes querer a alg...