Capítulo 6

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Feliz San Valentín a todos, espero que les regalen muchos bombones, ahora si; el capítulo:

Tanto el sábado como el domingo pasan de forma monótona. Levantarse por la mañana, aguantar a mamá todo el día y puntuar todo lo que se encuentra a mi alrededor.

Alguna llamada de Adrián e intercambiar mensajes con Luca y Marcos, lo cuáles son iguales por WhatsApp que en la vida real.

–Arlen cariño –dice mi madre– despierta, vas a llegar tarde.

–Solo cinco minutos... –murmuro aún medio dormido.

–¡Arlen Ollard! ¡Levanta tu culo de la cama, maldito vago!

El grito de mi madre me despierta por completo y caigo al suelo. No es que sea algo nuevo, suele despertarme de esta manera, pero que te griten todas las mañanas no es algo a lo que te acostumbres.

–Así me gusta cariño –dice finalmente–. Por cierto, hoy te lleva Kidman a clases y ya está abajo... Suerte, me voy a trabajar.

Y, tras un rápido beso, sale corriendo de mi habitación. Por Dios, que infantil eres mamá; te pondría un dos en madurez.

Me preparo lo más rápido que puedo, pantalones de cinco y polo de ocho. Si, lo se, no está bien combinado, pero ahora no hay tiempo.

• • •

Bajo para encontrarme con Kidman sentado en ese demonio de dos ruedas, ¿acaso no escuchó que no me gustaban las motos?

–Has tardado bastante –me reprocha el pelinegro– y ni un mensaje. ¿Acaso estabas ocupado pensando en lo bien que beso? Lo sé, soy un as.

–No seas creído –digo irritado–, te daría un cuatro como máximo.

Mi evaluador abre los ojos y deja escapar un quejido de asombro. ¿No se lo esperaba?

–¿Cuál ha sido la mayor puntuación que has dado a un beso? –pregunta– Es para ayudarte, no pienses mal...

–Un nueve y medio –digo sin rodeos–. Estás bastante lejos de lograrlo.

Me mira enfadado desde su moto. Sin que me de tiempo a reaccionar o siquiera a pensar en lo que hace baja del vehículo y junta nuestros labios.

¿Pero qué?

Le aparto de forma brusca sin entender muy bien que ha pasado. Él me ha besado... Pero yo no quiero que lo haga.

–¿Por qué me besas? –pregunto molesto.

–Porque me habías dado una mala nota... –dice en un susurro– y yo siempre quiero ser el mejor. Ya te lo dije, conseguiré un diez.

Me sonríe pero yo no le devuelvo el gesto, ¿quién se cree este que es? Aún así subo a su moto, ¿por qué? Porque no tengo dinero para el bus y tampoco es que quiera hacer esperar a Adrián... Otra vez.

El viaje pasa en silencio, o al menos por mi parte. Kidman se pasa todo el tiempo maldiciendo a los demás conductores pero no sé muy bien porqué. Tengo los ojos cerrados.

Al llegar Kidman para frente al edificio principal y yo bajo. Me grita que volverá a buscarme y yo me marcho sin contestar. No es importante, aunque me niegue se que aparecerá en la puerta del instituto al final del día.

–Hola Arlen –me saluda su voz– vuelves a llegar tarde...

–Ya te he dicho que no tienes que esperarme Adrián, sé cuidarme yo solito.

–¡Pero si se meten contigo! –dice mientras hace un puchero– yo quiero protegerte, eres como una princesa y yo sería....

Tapo su boca con mi mano porque, una vez más, está empezando a decir estupideces. Que no se me malinterprete, se que yo digo cosas absurdas, pero lo de el es peor. Siempre diciendo que me salvará, ni que fuese un caballero en la edad media.

Le empujo para que camine por los pasillos mientras intento no llamar mucho la atención, tarea imposible por culpa de este estúpido chico.

Entro en su clase y le obligó a sentarse en el pupitre, cuelgo su mochila del respaldo de la silla y me marcho. Si, soy la chacha de Adrián.

• • •

–Por tu culpa la gente me mira mal ahora –me recrimina– todos creen que dependo de ti cuando es obvio que no serías capaz de hacer nada sin mi...

Desconecto mientras él habla, normalmente no es muy hablador pero, cuando hago algo que le molesta, no hay Dios que le aguante.

Este chico tiene un nueve en ser pesado.

–Arlen, no me haces caso. ¿Quieres ir a dar luego una vuelta en moto?

–No, ya te he dicho que odio esos cacharros.

–Pero con el chico de coleta montaste.

Giro bruscamente hacia mi amigo y me fijo en lo serio que parece, ¿qué es lo que le pasa?

–Monté con él porque llegaba tarde, no es que tenga muchas ganas de matarme a lomos de un demonio con ruedas, sería algo horrible, un dos, puede que un uno; es decir estaría muerto y eso no sería bueno...

Adrián asiente pero no dice nada más, me da pena porque siempre está intentando hacer lo mejor para mí pero yo nunca hago algo bueno por el.

Lo sé, soy un capullo del ocho, el nueve no, tampoco hay que pasarse.

El resto de las clases pasan igual de aburridas que siempre. Los de mi clase siguen molestando pero no podría importar menos. Estúpidos... Bueno, no se sus nombres.

• • •

–No me apetece, las clases están siendo muy raras.

A pesar de mis quejas Kidman no se da por vencido, estúpido pelinegro. Yo no quiero ir hoy, las clases de apoyo me sacan todo el tiempo por la tarde y tenía pensado de compensar a Adrián y salir con el...

Parece que no va a poder ser. Dios, a veces te odio mamá por meterme en estas cosas.

Cuando llegamos mi evaluador me ayuda a bajar. Me gustaría negarme pero, la verdad, no creo poder sostenerme en pie por mi mismo.

Otra vez entramos en el edificio de mariposas y flores en la puerta, otra vez avanzamos hacia nuestra habitación...

Pero esta vez hay algo que no cuadra, solo llevo viniendo aquí varios días pero escuchar las risas de Luca desde fuera se había hecho un hábito.

Ahora solo se escuchan gritos.

Nos acercamos a la puerta y mi amigo de ojos azules sale en ese momento. Parece muy enfadado, más incluso que cuando hablamos de los problemas de Marcos.

Cuando Luca nos ve fija su mirada en Kidman y se lanza sobre el, aferrándose a su cuello.

–¡Todo es culpa tuya capullo!

Notita🎈:

¿Me echaban de menos? Yo a vosotros si, pero no pude subir antes, lo siento.

¿Qué os ha parecido?

Nuestro Luca está actuando raro...

A ver cuanto tardo en subir el próximo capítulo y revelar porqué.

Perdón por las faltas de ortografía, ya sabéis, si me las indicáis me ayudáis mucho.

Os quiero locuelos.

(Lo sé, despedida del año)

¿Cuánto me quieres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora