Colocó todo su peso en una sola pierna y soltó un largo suspiro, presentía ya un dolor de cabeza inminente por el calor que les regalaba Apolo apenas a tempranas horas de la mañana.Finalmente lo había conseguido. Sí, era extraño, todos los estudiantes que se encontraban en este lugar pagarían millones de papeles verdes o venderían hasta a sus propios padres, por poder salir de aquí al menos unos dos minutos por algo de aire fresco.
Pero Hazel Levesque era una excepción única. A ella le había costado demasiado entrar, nunca se le ocurrió que sería tan difícil ser una chica mala. Había hecho de todo, todas las cosas "malas" que se le habían ocurrido, desde robar bananas en el mercado, hasta lo más ruin, que lograba colorear sus mejillas con vergüenza: poner pegamento en las tapas de los inodoros de un baño público en Atlanta. Todo con el único objetivo de poder entrar al Instituto de Delincuentes Juveniles, y ahora, al fin estaba ahí.
Al fin podría verlo de nuevo.
En el momento exacto en que puso un pie en los establecimientos volteó la cabeza hacia donde su padre la despedía. En su rostro se mostraba algo similar a la desilusión. Él no estaba de acuerdo con que ella asistiera a ese instituto, pero la abuela Demeter ya se había hartado de ella... y ella estaba harta de comer cereales. Dios, su abuela tenía una extraña obsesión con eso y era cuestión de tiempo para que pusiera los cereales en el menú como las tres comidas del día. En fin, al final había sido sencillo robarle las joyas de oro y diamantes. Lanzarlas a las personas que pasaban por la calle había sido divertido incluso. Cuando ella se enteró... bueno, fue cuestión de días para que la inscribieran en este intento de prisión.
Cuando llegó a la recepción de la institución ya habían varios estudiantes nuevos ahí, incluso se sorprendió al notar que había algunos reporteros.
La recepción era una sala espaciosa con las paredes pintadas de un aburrido gris, sofás y sillas de un monótono gris, la recepcionista que no debía ser más que una veinteañera estaba tecleando furiosamente en su celular con los ojos entrecerrados como si estuviera intentando hacer explotar la pantalla del otro lado, estaba sentada detrás de una mesa hecha de aserrín de un inusual y único... gris oscuro. Vaya, qué original, ¿no les parece?
Hazel se sentó en uno de los sillones manteniéndose alejada de aquellos chicos de aspecto rudo y con músculos que parecían capaces de romper los brazos de cualquiera como si fueran escarbadientes.
De una puerta cercana ingreso un chico sumamente animado y una chica presumiendo una bonita cara huraña. Se acercaron a ellos y Hazel apretó su mochila contra su pecho luchando con sus nervios. No entendía por qué repentinamente quería gritarles a todos en la recepción que ella no había hecho nada y que era completamente inocente.
Estaba sufriendo un ataque de honestidad, ¿no podía ser como los demás chicos y mentir con facilidad? Se mordió la lengua y trató de evitar contacto visual. Tal vez, si nadie la notaba, no tendría que hablarles, y si no les hablaba, nadie notaria que ella era diferente.
– ¡¿Qué hay de nuevo ladronzuelos?! – saludó el chico rubio cuya sonrisa parecía salida de un comercial de pasta dental– ¿Ya estamos todos? Que levante la mano el que no esté.
– Ese fue un chiste muy tonto, Will. Te dije que te guardarás los chistes, no eres gracioso al igual que no sabes cantar. – dijo la chica de cabello color canela y ojos color miel, mientras rodaba los ojos junto a él– No le presten atención, solo se está esforzando por agradarles... Como si eso fuera necesario, extrañamente de todas formas, le agradas a todo el mundo. –
– Bueno tu podrías ser menos quejumbrosa, Cali– se quejó él rubio entre dientes, luego los miró nuevamente a cada uno como si fueran sus mejores amigos y sonrió con ganas– ¡Bienvenidos a la Academia Yancy! El instituto para chicos problemáticos...
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Instituto de Delincuentes Juveniles
Teen Fiction¿Hijos irresponsables? ¿Vándalos? ¿Ladrones? ¿Maleducados? ¿Busca problemas? ¿Todas las características para ser un criminal profesional? Si usted está cansado de esta situación, si lo ha intentado todo hasta azotar a sus hijos y nada funciona, si q...