Paso #3: Fortalece la alianza

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Nos encontrábamos en una oficina espaciosa con paredes pintadas de color tinto y muebles tan caros que de seguro valían la mensualidad de cinco chicos problemáticos de padres ricachones con dos ventanas de vidrio detrás de la silla del Señor D, apenas le di una repasada con mis sensuales ojos y lo supe, era el lugar perfecto para mi misión. Aunque, claro que todos los lugares son perfectos para mi misión tratándose de mí. No hay tiempo que perder, el mundo necesita de mis servicios y yo no dudaría ningún segundo en cumplir con mi importante labor. Vamos Beauty Queen, salvadora del mundo, es tu oportunidad de mostrar tus habilidades.

Fija objetivo. Mirada penetrante. Hazlo. Tú tienes el poder, Beauty Queen.

Volteo mi cabeza para analizar a los sujetos. Sé que tengo buen material con el cual trabajar, de acuerdo podría tener mejor material, pero algo es algo. Junto a mí, se encuentra Leo Valdez, mi extraño, peculiar, grosero y casi insoportable mejor amigo. En realidad, estábamos aquí por su culpa, es decir lo usual.

Mientras el señor D habla, y su saliva cae por encima de nosotros como una camilla descompuesta cada vez que se acerca lo suficiente para gritarnos hasta hacer llorar nuestros cerebros, intento olvidarme de él y concentrarme en Leo. Bien, fijando objetivo. Listo. ¡Que comience el análisis!

Estatura promedio, latino, color de piel "canela sensual". ¿Cuál es su mayor defecto? Es demasiado torpe e hiperactivo, ¿Qué necesita? Alguien que lo ponga en orden, que lo obligue a comportarse bien, que lo haga entrar en razón. Una dictadora en su corazón. Una dominante que monte a ese caballo indomable.

- Maldito gordinflón asqueroso- dice claramente Calipso al otro extremo de la fila de sillas que creamos. - Le apesta el aliento a vino. Me he colado en bares menos olorosos.

Percy da un respingo y agarra la muñeca de Jason y Leo con horror presintiendo la inminente muerte que todos sufriremos como los grandes y buenos amigos que fingimos ser... Ja, ja, haciendo reconocimiento del espacio, la ventana más cercana estaba abierta a las nueve, si utilizo a Annabeth como distracción, mientras ella sea asesinada por el gordinflón, puedo saltar por la ventana y conseguir de nuevo mi jugosa libertad y...

-¿Qué dijo, señorita Bellota?- pregunta el señor D, la rabia no puede embargarlo más, su rostro esta tan rojo como lava ardiente que amenaza con salir del volcán y engullirnos a todos. Su mirada se dirige hacia Calipso y puedo asegurar que si tuviera rayos láser la chica ya estaría pasando a mejor vida - ¿Puede volver a repetirme esas palabras? Claro, si posee las agallas suficientes en decírmelas en la cara.

- Belladona, señor- lo corrige Calipso con calma. - Y dije que...

-Dijo que merecemos el castigo por nuestras faltas, señor muy respetado Director de esta renombrada institución. - Interrumpe Will en tono afable a su lado. Justo a tiempo. - Cualquier castigo que nos imponga, lo recibiremos con respeto y agradecimiento por su clemencia de no arrancarnos los dedos con unas pinzas de cables.

- No seas tan explícito. - Advirtió Annabeth en un susurro malhumorado. - Podrías darle ideas.

- Shhhh. - Chito Percy en su dirección, mi amiga le mandó una mirada iracunda.

- Shhh a ti. - Devolvió.

- ¡SHHH! - Él señor D les escupió saliva en la cara al mismo tiempo. - Para los dos. ¡Cállense ya!

- Quita esa mirada..., ¡que la quites Cali! - Advierte Will exaltado en tono impaciente y mandando miradas a hurtadillas hacia el señor D. - Harás que nos ordene cortar todo el césped del campo de fútbol, ya deja de mirarlo con ansias asesinas.

Sin embargo Calipso bufó y alzó el mentón con altanería subiendo a un nivel más con su mirada irritante y amenazante, el señor D lo notó, tal vez tenía un sensor especial para sentir las auras oscuras de los estudiantes, se acercó lentamente hacia ellos con los ojos entrecerrados, tuvieron una intensa guerra de miradas hasta que Will no lo aguanto más y alzó las manos, moviéndolas nerviosamente para luego empezar a farfullar una excusa con tal de que no lanzará a Cali en los calabozos.

Instituto de Delincuentes JuvenilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora