Paso #5: Acumula Favores

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La sinfonía de Beethoven suena por los altavoces de la radio y crea un ambiente relajado y pacífico por toda la habitación. Amer se encuentra sentada en la silla y enfrente de ella esta la máquina de escribir con una hoja ya escrita en gran parte. Deja de escribir un rato para darle un sorbo a su taza de chocolate que humea a su lado.

- Qué delicia, ¿quieres un poco RLkinn? - Pregunta Amer, vira el rostro en su dirección, su socia se encontraba atada de pies y manos en una silla con una manzana en la boca para acallarla. - Oh cierto, no puedes. ¡Qué pena! - Amer suelta entonces una risa maléfica y luego sigue escribiendo muy concentrada con sus labios moviéndose silenciosamente.

- Percabeth es vida, ahora nadie podrá interrumpirme. - Dijo la bella dama, ignorando los gimoteos de RLkinn. Saca un frasco de lágrimas de sus condenados lectores y lo vacia en su taza. - Vamos a hacer magia.

~~~

Voy corriendo por los pasillos con mi pelo rubio ondeando detrás de mí, cada vez estoy más cerca de los baños de hombres y gracias a los Dioses no me había cruzado con nadie que pudiera verme correr patéticamente por todo el edificio como si una araña mutante estuviera persiguiéndome. Mis pasos resuenan por el eco y mi pecho esta ardiendo por el poco estado físico que poseo, ya casi, diez zancadas más.

Finalmente con dos pasos más, estoy observando la puerta del baño enfrente de mí, esperaba que nadie estuviera adentro ya que estos baños estaban en reparación y ardua limpieza por nosotros, claro, el Señor D era demasiado tacaño como para contratar a unos empleados para la limpieza. Abrí la puerta con un fuerte empujón de mis dos manos y entré como un vendaval para luego frenarme por sobre las puntas de mis pies mirando estupefacta a Percy Jackson delante de mí con un trapeador en manos y un balde cerca de sus pies.

- Tú... - Empiezo entrecerrando mis ojos con cautela.

- Tú. - Me apunta con su palo.

- ¡¿Qué haces aquí?!- Demonios, había sido una pregunta estúpida. Lo sabía, pero simplemente mi mente estaba girando entre mil otras ideas.

- Encarando el piso. Dahh... Pensé que eras más lista, ya que siempre andas presumiendo que tienes un cerebro mucho más avanzado que cualquier otro individuo en el instituto. - Dice Percy suspirando, fingiendo un tono trágico. - Oh, pobre de todos nosotros, simios subdesarrollados que tenemos que compartir aire con su excelencia.

- Yo no voy presumiendo por todas partes. - Refuté indignada, me cruzó de brazos y él imita mi pose con una mirada burlona. - Tú deberías dejar de calumniar mi nombre, ¿de acuerdo? ¿Por qué siempre estás buscando las formas para fastidiarme?

- Calumniar... Allí vas de nuevo, usando palabras y frases sacadas de un diccionario de la Real Academia. - Rueda sus ojos divertido. - No lo sé, tal vez porque siempre estás tratando de corregir a los demás en cada segundo. Y es realmente un fastidio.

Sentía que mi corazón estaba latiendo demasiado rápido en mi pecho, me dije que era por la rabia, el enojo o ira por este estúpido chico, que siempre encontraba la manera de sacarme de mis casillas.

- Si tan mal te caigo, entonces deberías solo ignorarme y ya. - Rezongo mirándolo directo a sus hermosos ojos verde mar, le frunzo el ceño mostrándole mi confusión. - ¿Por qué buscas pelea conmigo?

Instituto de Delincuentes JuvenilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora