Paso #46: Utiliza tu habilidad especial 2.0.

5.7K 613 1K
                                    

En lo primero que Nico reparó, luego de que el Señor D lo soltara y se alejase para ir a atender a Cherry, fue en Will, y en la forma antinaturalmente inmóvil en la que se encontraba. Will nunca, jamás, desde que lo había conocido, había permanecido más de treinta segundos quieto en un solo lugar y mucho menos, tan calladito como lo estaba ahora. Simplemente ese no era, aquella persona no podía ser Will, sin embargo, el pelo rubio manchado con líquido escarlata que aplastaba algunos de sus adorables rizos, le dijeron que sí lo era, que él era quien en tan poco tiempo se había convertido en una de sus personas favoritas.

Nico gateó rápidamente hasta llegar a Will. Estaba tendido boca abajo, su rostro aplastado sobre pedacitos de vidrio roto, y su nariz torcida contra el marco de una ventana; las piernas y los brazos las tenía estiradas, y una de sus manos se había atorado sobre el apoyamanos de un asiento. Nico quitó de allí su mano, y con sumo cuidado, lo volteó hasta ponerlo boca arriba.

Lo examinó, al mismo tiempo que limpiaba con los dedos el polvillo de vidrio que había quedado sobre sus mejillas. Tenía pequeños cortecitos ahora sobre sus pómulos, diminutos, del tamaño de sus pecas que ahora tenían compañía; su nariz no tenía ninguna torcedura, simplemente había estado aplastada, y aparte de verse preocupantemente pálido, Will se veía tan hermoso como siempre. Solo parecía estar durmiendo, simplemente tomando una siesta, pero Nico sabía la verdad: Estaba inconsciente.

En tanto, afuera, los sonidos de disparos reverberaban sobre Nico en forma de escalofríos, trató de ignorarlo, y se concentró en una sola persona.

—Will... — lo llamó, dándole un par de palmaditas en su mejilla; tenía la voz estrangulada, el pecho extrañamente pesado mientras una sensación de deja vu lo embargaba. Volvió a hablarle—: Will, despierta. Tú eres el doctor, bobo, ¿recuerdas?, ¿cómo te atreves a quedar fuera de combate justo ahora?

Echó una risita sin ninguna gracia, su collar soltó un pitido, y Will siguió inmóvil, frío; para nada como su Will, que siempre estaba cálido y acosándolo. ¡Se supone que él ahora debía estar atosigándole para curar sus heridas, no al revés! Nico miró hacia arriba, el murmullo de sus compañeros llamando su atención, los vio hablando entre ellos, lejos, ninguno mirando hacia Will, y de súbito, Nico identificó porque empezaba a ver todo rojo de rabia.

¡Nadie se había acercado aún a verificar si Will estaba bien! ¡Manga de imbéciles ingratos! ¡¿Cuántas veces Will los había ayudado sin esperar nada a cambio?! ¡¿Cuántas veces se había arriesgado para conseguir medicinas y sanarlos?! ¡Había asaltado la puta enfermería por ellos! Ahora ninguno de ellos se preocupaba por él, ni siquiera su supuesta mejor amiga, quien, ¿qué demonios hacía de pie mirando como un zombie a la nada? Nico sintió una bola ardiente de ira formándose dentro de su pecho, quería de repente, levantarse y quitarles la yugular a todos con sus propias manos y metérselas en el ano después.

Pero contuvo ese impulso, y volvió a mirar a Will; esta vez, su voz sonó enojada, casi frenética llamándolo.

—¡Will! Despierta maldita sea o juro que te mataré — dijo, pero Will seguía igual — Con un demonio, Will...

—Quítate, di Angelo — Clarisse apareció a su lado, empujándolo sin nada de sutileza. Nico estaba a punto de mandarla a la mierda, cuando vio que acercaba un algodón mojado con alcohol hacia las fosas nasales de Will y se calmó. Esperó con impaciencia, Clarisse tenía un semblante duro a su lado, al tiempo que agitaba el algodón sobre la nariz de Will, como si prefiriera golpearlo en su lugar hasta hacerlo despertar. Al final, ella gruñó—: No tengo paciencia para esto.

Y luego derramó sobre la nariz de Will, la mitad del contenido de una botella de alcohol etílico. Nico contuvo el aliento, las maldiciones a punto de salir por sus labios a trompicones pero entonces, Will despertó, de forma brusca; porque el líquido fuerte se le había metido por los orificios de la nariz y también por la boca. Will se incorporó un poco, escupiendo alcohol mezclado con saliva e inmediatamente, Nico se acercó a él, para ayudarlo a sentarse mientras Clarisse retrocedía un poco, como si estuviera dándoles algo de espacio.

Instituto de Delincuentes JuvenilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora