Paso 34: Utiliza tu habilidad especial Parte 1

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—Debe ser este, el capítulo más complicado que hemos hecho sis, y realmente no lo entiendo... — Amer empieza a hablar, a una Kinn muy concentrada en pintarse corazones en sus uñas. — ¿Será por *piii* y por la mamá de *piii*?

—Casi una semana escribiendo esto, da igual, podemos publicarlo mañana, sis. —contesta ella, soplando el esmalte con cuidado, mientras la secta FuckYeah se encontraba decidiendo si sacrificar pollos o shippeadoras de Solackson. —Es lo mejor y lo sabes.

—Pero es miércoles, —dice en un lamento, Amer

—¿Y eso que? No es como que fuera lunes— bufa en respuesta.

—¡Quiero publicarlo ya, para poder conseguir nuevos comentarios y así dejar de sentirme vulnerable y en consecuencia atacar a los demás!

—Oh no, sis, ¿tú eres la que destruye cuentas pequeñas, recuerdas?— Kinn la corrige en tono dulce mientras una sonrisa traviesa se dibuja en sus labios — Yo soy la que ataca cuando me siento "vulnerable".

Amer suelta un largo suspiro y se deja caer en un puff azul, con rostro deprimido. En tanto, Alex, miembro de la secta, saca un cuchillo para afilarlo, en frente de la shiper Solackson, la cual chilla y se hace pipí del miedo.

—Oye, de verdad, deberíamos dejar de conseguirnos enemigos, sis.

—Nah,— Kinn suelta una carcajada, —¿Dónde está lo emocionante en eso? —finaliza, y ambas ríen con diversión mientras la sangre empieza a salpicar las paredes detrás de ellas.

No lo niego, el sencillo factor de que se separara de mí de esa súbita manera, me hizo sentir tanto frío por un efímero momento, que los escalofríos recorrieron mi cuerpo sin compasión, clavándose en mis huesos como agujas, y dejándome completamen...

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No lo niego, el sencillo factor de que se separara de mí de esa súbita manera, me hizo sentir tanto frío por un efímero momento, que los escalofríos recorrieron mi cuerpo sin compasión, clavándose en mis huesos como agujas, y dejándome completamente descolocada. Lo seguí con la mirada, al principio con rabia, pero luego... Luego toda la furia y reproche que existían dentro de mí, se apagaron, cuando contemplé aquel espectáculo que se desarrolló frente a nosotros.

Y, entonces, pude entender que la desesperación de su partida era equivalente a su deseo por un reencuentro adecuado. Admito que siempre me pareció curioso que Percy, siendo uno de los peores delincuentes encerrados en este instituto, fuera uno de los que mejor relación tienen con sus padres, o al menos, lo pensé con respecto a aquel que conocemos; de su madre, no sabía demasiado hasta el día de hoy, más que puras suposiciones mías, pero, he de llegar a la conclusión, basándome en lo de la perla, de que su relación con ella, puede ser incluso mejor, y más cercana que la que tiene con Poseidón.

Sin embargo, hasta el momento, yo no había perdido ni un solo segundo de mi tiempo, pensando en la existencia de esta tercera persona. Me levanté del piso, al mismo tiempo que Percy se aferraba a aquel pequeño cuerpo y este le recibía con la misma emoción. Por un par de segundos, se quedaron así, y yo no era capaz de quitar mi mirada de ellos. Luego, como si todo esto estuviera siendo demasiado emotivo, y necesitaran un respiro ambos perdieron el equilibrio y se dejaron caer de bruces hacia la derecha.

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