Paso #59: Vive

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Feliz cumpleaños super atrasadísimo @PechaghtLecha Queríamos dedicarte este capítulo, por ser uno de los más importantes, pero nos costó muchísimo el proceso de escritura. Aún así, esperamos que lo hayas pasado bien, y desde el fondo de nuestro corazón te deseamos que cumplas muchos años más.

Solo los Dioses sabían, cuánto era el control mental y físico que Percy Jackson había estado ejerciendo cuidadosamente, desde que hallaron el cadáver de Charlie Beckendorf en la piscina, y se sintió tan insignificante e impotente, como si de nuevo, estuviera flotando en un pequeño trozo de madera en medio del mar, enojado y asustado, por la situación escapándose de sus manos. Había estado tenso desde entonces, incómodo en su propio cuerpo, por la culpa que lo carcomía como pirañas en sus entrañas. Una parte de él, sabía que no había nada que pudiera haber hecho para salvarlo, pero esa otra parte en su cabeza, bordeada con las nubes de la ansiedad, que le repetían una y otra vez:

¿Y si hubiera llegado antes?

¿Y si hubiera podido salvarlo de su atacante?

¿Y si en realidad seguía vivo y debía sacarlo del agua?

Annabeth había sido clara, un millón de veces, le había asegurado que ya estaba muerto cuando lo hallaron, pero... Percy simplemente no podía quitarse aquella sensación de impotencia, amarga cual veneno que le corroía la sangre. Tenía rabia acumulada por la injusticia que había sufrido Charlie, así que cuando encontró a Nico siendo estrangulado por las gigantescas manos del matón ruso, llamado Dimitri, fue tan fácil para él perder completamente los estribos, y lanzarse al ataque. Ignorando las advertencias de Jason a sus espaldas.

—¡Hey!, tú, detente... —le gritó uno de los gemelos que estaba de pie en el pasillo, el que vagamente recordó haber derrotado en aquella lucha de vencidas que parecía haber ocurrido hace años—. ¡¡Te dije que te detuvieras!! —rastrilló, y en sus ojos destelló el miedo mientras se tocaba distraídamente la muñeca, quizás recordando el dolor que Percy le había infligido.

"Descuida, dentro de treinta años o más, tal vez puedas moverme el dedo índice". —Aquellas palabras parecían flotar aún en el aire, con un sabor amenazante. Percy llegaba con la fuerza de una ola y esos dos esperpentos con caras de cabra trataron de detenerlo, pero solo bastó uno de sus puñetazos en la nariz de gemelo número uno, y una patada en la espinilla al número dos para hacerlos a un lado, para agarrar a Dimitri de las solapas de su camiseta naranja, y estamparlo contra la pared adyacente. Rebotó y luego cayó al suelo como un perro; al mismo tiempo, Percy atisbó por el rabillo de su ojo, a Nico desplomarse y respirar forzadamente. Sus labios estaban púrpuras como los moretones y tenía la piel azul, de un color mortecino más enfermizo de lo usual.

Percy no se concentró mucho en él, ya que pronto llegó Will a atenderlo, con manos suaves recorriendo su cuello y rostro, y palabras tan reconfortantes como desesperadas que lo regañaban por haberse ido solo, pero también lo consolaban. Percy clavó los ojos en la tambaleante figura de Dimitri que se apuraba a levantarse, a su lado, Jesse parecía haber estado a punto de gritarle algo, pero cuando lo miró, debió haber visto lo mismo que Chris, porque ambos retrocedieron casi al instante visiblemente asustados.

—Tienes suerte, marica —lanzó Dimitri hacia Nico, que además de Will, ahora tenía a Leo, y a Frank rodeándolo—. Tu perro ha llegado justo a tiempo para salvarte, solo de ese modo podrías librarte de mí —entonces deslizó su mirada hacia Percy, y le sonrió con dientes amarillos—. ¡Qué perro tan leal! ¿Tan bien te paga con su culo?

Al oírlo, el cuerpo de Will se quedó helado, mientras que el de Percy se llenó de fuego y salvajismo.

—Oh, hombre, estoy tan cansado de tus chistes e insultos sobre la situación homo de nuestro jefe. Jesús, ¡siempre es lo mismo contigo! —se pasó las manos por el pelo, y entrelazó los dedos detrás de su nuca. Cuando se estiró, los músculos de su espalda crujieron, y sus bíceps se marcaron como los de un físicoculturista—. Muy poco creativo y muy grosero. ¡Qué desagradable!

Instituto de Delincuentes JuvenilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora