-Sheriff, tú tienes una deuda conmigo...-
-Y como quieres cobrarte?-
-Lo que quiero es... una hora de tu arquero-
Rick la miró y sacudió la cabeza tratando de darle sentido a lo que le pedía.
-Para qué lo quieres? Le preguntó, extrañado.
-Para follá...
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Un zumbido enloquecedor me reventaba la cabeza, me llevé las manos a los oídos, tapándomelos, tratando desesperadamente de huir de aquel suplicio, pero era inútil.
Podía ver a Carol gritando, hablaba con Eugene mientras lo zarandeaba de un brazo, pero yo no entendía que le decía, sólo podía escuchar ese maldito zumbido... Pero por más que me esforzase, no podía librarme de él, no era el producto de una bomba que hubiese estallado cerca mío, o el resultado de un golpe... aquel era el sonido de mi interior, que estaba colapsando.
-"La nueva esposa de Negan"-
Esas palabras retumbaban como golpes de martillo en mi alma, destrozándolo todo, sentí un frío muro a mis espaldas, y apoyándome en él, me deslicé hasta el piso, y comencé a golpear mi cabeza con mis manos, estaba enloqueciendo, me sentía en caída libre en un hondo y negro pozo del que nunca saldría.
Carol tomó mis muñecas en algún momento, y las separó de mis oídos, hablaba gritándome desesperada pero no lograba desentrañar ni una de sus palabras que ella pronunciaba.
Daba igual.
Sólo tenía que esperar un rato allí, y la Muerte vendría a por mí, ella y yo ya éramos viejos amigos, y esta vez aceptaría su invitación para irme con ella...
Cerré mis ojos, y pude verla... estaba en la azotea, el sol se filtraba entre las enredaderas, y ella estaba tarareando una melodía sin letra... mientras pasaba sus delicados dedos por sobre los húmedos pétalos de las flores... y luego giraba etéreamente, buscándome, y extendiendo sus brazos, me llamaba hacia ellos, hacia los cuales me dirigí lentamente, saboreando la expectación que se producía no sólo en ella, sino también en mi piel... hasta que al llegar a su lado, me rodeaban llenos de emoción...
-Eres un chico travieso... me hiciste esperarte demasiado tiempo- me retaba, juguetonamente.
-Y yo te he esperado toda mi vida... pero al fin llegaste a mi- contesté, no sin un poco de pudor, aún me costaba decirle lo que me hacía sentir...
Pude escuchar mi propio aullido de dolor rompiendo el zumbido que me destrozaba, mientras me ponía de pie de un salto. "Mía... sólo mía..." gritaban voces nuevas en mi cabeza. Comencé a correr por los pasillos, tenía una ametralladora en la mano y un cuchillo en la otra, y una furia ciega era lo que me impulsaba ahora.
No sé a cuantos maté. Cruzaban sombras a mi alrededor, y sin pararme a identificar quien o quienes eran, los quité a todos de mi camino. Pude escuchar a Carol, que corría detrás de mí, cuidándome las espaldas, sé que ella trataba de darme alcance pero no iba a detenerme. Iba a matar a Negan, nada me lo impediría, e iba a disfrutar cuando le arrancase el corazón con mis propias manos. Logré llegar hasta el gran espacio donde se encontraban los hornos de fundición, ya casi no quedaban personas allí. Y entonces los vi.
Sobre uno de los pasillos aéreos de aquel lugar pude ver cómo aquel bastardo la tenía agarrada de un puño, mientras la llevaba de un extremo al otro del lugar.
-NEGAAAAAAAAN! - lo llamé, y mi grito retumbó en todo aquel recinto....
++++++++++++
-"Nnnnnnnooo sé! No sé dónde está la nueva esposa de Negan!"
Cuando escuché que Eugene le contestaba aquello a Daryl, me tapé la boca, horrorizada. ¿Qué diablos había pasado allí en apenas dos días??? Vi como mi amigo soltaba a Eugene casi en cámara lenta, mientras se agarraba la cabeza, absolutamente desesperado, y se dejaba caer al piso. Percibí que dos hombres armados entraban por el pasillo corriendo, y antes de que pudiesen dar alerta o defenderse, yo ya les había disparado a ambos. Luego me voltee hacia Eugene, y lo tomé del brazo con fuerza, ese tío siempre me había parecido un imbécil, y en este momento sólo tenía ganas de clavarle mi cuchilla entre sus ojos.
-Explícate imbécil gilipollas, AHORA!!!!-
El idiota comenzó a balbucear de nuevo, lo zamarreé con furia, sentía que estaba llegando al borde de mi paciencia:
-No sé! Ella estaba en estado de shock, me llamaron para que ayudase, y estaba junto con las otras esposas, vestida igual! Es todo lo que sé!-
Lo solté, no sin una gran carga de asco. Me giré hacia donde estaba Daryl, que seguía tapándose los oídos, con la mirada perdida...
-DARYL POR FAVOR!!!! TENEMOS QUE BUSCARLA AHORA!!!! - le grité un par de veces, tomé sus muñecas y las separé de su cabeza, para que me oyese. Lo vi cerrar los ojos durante un instante, mientras una lágrima corría por su mejilla. De repente gritó -NOOOOOO!!!!! Con un alarido que me asustó, y liberándose de mis manos, tomó sus armas y salió corriendo por los pasillos, enloquecido. Yo podía escuchar que la guerra aún estaba en todo su fragor en el frente de El Santuario, pero ignoraba cuánto tiempo más tendríamos a nuestro favor.
Aunque aquel idiota siempre me había resultado una carga innecesaria para todo el grupo, no podía abandonarlo a su suerte. Le di una automática y un cuchillo extra que traía, y le indiqué por dónde debía salir, y en qué lugar del bosque encontraría a los nuestros, y sin detenerme ni un minuto más, comencé a seguir a Daryl.
Por los pasillos había cuerpos de hombres y mujeres, algunos aún estaban vivos, agonizando, él había dejado una estela de muerte a su paso que me resultó sencilla de seguir, una versión un tanto más sangrienta y truculenta de la idea que habían tenido Hansel y Gretel.
Vi como atravesaba un gran portal, aquello era el interior de lo que en algún momento había sido una gran fábrica. Estaba vacía, y en la mitad de aquel salón estaba él, gritando un nombre, el nombre que más había aprendido a odiar en el último tiempo.
- NEGAAAAAAAAN!!!!!
Levanté mi vista, y allí, en un pasillo por sobre el nivel del piso, estaba aquél que había sido invocado. Tenía en una de sus manos un bate de beisbol, el cual reposaba en uno de sus hombros, mientras que con la otra mano sujetaba a la muchacha.