Moneda de cambio [COMPLETA]

29 - Inesperada Troya

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-Suéltame, maldito hijo de mil putas!-

Negan volvió su rostro hacia mí con una sonrisa perversa en los labios, este bastardo estaba disfrutando esto, me arrastraba decidido por los pasillos y las escaleras, mientras se cruzaba con algunos grupos de sus hombres, a los que enviaba con órdenes precisas y escuetas hacia el frente de la batalla.

Yo intentaba zafarme de su agarre, pero no sólo era varias veces más fuerte que yo, sino que estaba resuelto a llevarme con él a como diese lugar, aunque yo no podía entender para qué demonios lo hacía.

-Gatita, creo que al fin tu novio vino a buscarte, pero aparentemente no ha sido como el gilipollas de Dwight creyó que sería, me cago en todos sus putos muertos!-

Lo miré tratando de asimilar sus palabras, ¿sería así? ¿Mi arquero estaría detrás de todo aquello? Era imposible...

-NEGAAAAAAAAN!!!!!!!!-

Escuché su voz con incrédulo asombro, era un grito que desgarraba el aire... y como si fuese un hechizo, todos los sonidos de los disparos, los alaridos, las explosiones... todo quedó en segundo plano, era como tener una radio con el sonido muy bajito, en algún lugar alejado... Yo no podía creerlo, ni quitarle los ojos de encima, él estaba allí, y era más hermoso y terrorífico aún de lo que recordaba, pude ver en sus ojos una furia ciega, una desesperación y un odio visceral... extendí mi mano desesperada, hacia él... lo necesitaba con cada una de los átomos de mi ser.

Negan me atrajo entonces hacia su propio cuerpo con fuerza, me apretaba con firmeza contra el suyo, y me giró de manera que los dos mirásemos al frente, hacia Daryl... Lo señaló con el bate, y se acercó a mi oído, con contrastante gentileza:

-¿Viste Gatita que yo tenía razón? Todo este jaleo... tu novio decidió abrir las puertas del infierno por ti... mierda que debes follar bien! Se me pone dura de solo imaginarlo...- agregó, mientras lanzaba una risa profunda, y restregaba su pelvis contra mi cadera.

En ese momento vi que detrás de Daryl había una mujer bastante armada, que apuntaba hacia nosotros, y cuando ella se acercó hasta donde estaba mi arquero, Daryl comenzó a dirigirse hacia la escalera, acercándose a la pasarela en donde nos hallábamos.

-Déjala ir AHORA!- rugió con furia desbocada.

-No no.... Me la quedo... creo que encontrarás que es justo pago, después de todo esto...-

Daryl le tenía en la mira, mientras buscaba el momento exacto para disparar, pero Negan me estaba usando como escudo, yo sabía que él tenía una puntería extraordinaria, pero la ansiedad en su mirada era lo que lo estaba traicionando...

-Míralo Gatita... dile adiós a Daryl... tú y yo nos vamos ahora... y la próxima vez que lo vea cerca de ti, Lucille se encargará de él... tú sabes cómo es mi Lucille...- decía, mientras iba tirando de mi con fuerza, hacia el otro extremo de la pasarela.

Cuando escuché la evidente amenaza que estaba pronunciando, sentí mi boca seca, y una descarga intensa de adrenalina me recorrió, casi podía asegurar que comencé a verlo todo de color rojo...

"Yo te protegeré..."

Deslicé mi mano entonces en un bolsillo que tenía en ese maldito vestido, y saqué lo que había guardado cuando escuché los primeros estallidos... levanté como pude mi rostro hacia mi captor, quien se giró para mirarme, nuestros rostros estaban separados apenas por centímetros... sentía su aliento tibio casi sobre mi boca...

-Lo siento- murmuré, mientras miraba el profundo abismo de sus ojos negros. Vi como inclinaba su cabeza, un tanto intrigado por lo que había dicho. Y pude sentir que producto de la misma sorpresa de mis palabras, aflojaba levemente su férreo abrazo, por lo cual giré en parte mi cuerpo, enfrentándolo. Y usando el mismo cuchillo con el cual había intentado abrir mis venas, lo hundí en su estómago.

-Te dije que disfrutaría viéndote morir... y soy una mujer de palabra - susurré sobre sus labios, mientras retorcía el mango. Sentía su sangre tibia y pegajosa empapar mi mano, y tirando del cuchillo, di varios pasos hacia atrás. Negan me miró con incredulidad, y con fiereza levantó su bate para descargarlo sobre mí, pero la mujer disparó contra Lucille, que salió despedida, girando hacia el vacío. Sentí como Daryl, sin dejar de apuntarle, me tomaba de la mano y tirando de ella, me sacó a toda prisa del lugar. La mujer nos seguía, alerta, vigilándolo todo.

Antes de terminar de salir de aquel sitio, eché una última mirada a la pasarela, y allí estaba Negan aún, con una mirada de odio y una sonrisa demoníaca en su boca.