Vida por vida (Capítulo 36)

122 2 0
                                    



-¿Segura que no la ha visto? Es una chica más o menos de esta estatura- Edward hablaba alterado con una aeromoza, una de verdad y él señalaba su hombro para especificar lo que decía- Tiene cabello rojizo oscuro y ojos ámbar- la aeromoza negó y luego me observó por arriba del hombro de mi hermano, después apunto con su barbilla hacía mi dirección algo apenada. Mi hermano se giró cansado a observarme- Gracias Nicky- la chica asintió y bajó del avión- Maldita sea Cassie, casi haces que me de un infarto- Edward me abraza y entierra la nariz en mi cabello.

-Ya no lo haré- sonrió ante la tonta idea de sonar como una niña pequeña después de ser regañada por su padre por esconderse o perderse en un gran lugar. Edward sonríe y sé que piensa lo mismo que yo. Esta es la extraña conexión que poseemos ambos.

-Vamos por un café- mi hermano me toma del brazo y nos dirigimos afuera del avión. El frío que comienza a aumentar conforme más nos acercamos a Londres se estampa en mis hombros descubiertos, sin embargo no me incomoda o me fastidia, me hace sentir en mi hogar. En el lugar en donde pertenezco- Que fastidio, extrañaré el calor de Australia- me abstengo de hacer un comentario al respecto y me dirijo al interior del aeropuerto para tomar nuestra breve pausa de 30 minutos o al menos eso dijo la aeromoza, la de verdad.

Cuando entramos a la cafetería de aspecto limpio y moderno me siento en una mesa y dejo que mi hermano vaya por nuestros cafés. En la mesa no dejo de observar a mí alrededor en busca de la peluca de Natalia, sin embargo hizo tal cual lo que me había mencionado, desaparecer sin dejar rastro.

-¿Buscas a alguien?- mi hermano tomó asiento delante de mí y me entregó una taza con café- Tres de azúcar- dijo evaluando mi sonrisa torcida. Al tomar un trago del café, la cabeza comienza a dejar de darme tantas vueltas y procuro concentrarme en el sabor del café, un café que valoro en sabor como regular. El frío se vuelve cada vez más irritante por lo que tomo mi abrigo y me lo pongo.

-Debo admitir que extrañaré la cafetería del campus-

-Sé que me dirás que no pero...-

-No- digo sin emoción.

-Pero puedes regresar, Cass estarás a salvo, nada te pasará-

-Sí, si me pasará. Edward le harán daño a Luke ¿Quieres algo peor? ¿Una consecuencia más dolorosa para mí?-

-Luke entendería, él te ama y estoy seguro que lo que más desea es que estés lejos del peligro-

-Iré al centro de la tercera guerra mundial si es por él-

-Tonia ha dicho que tu vestido de graduación es precioso- dice Edward para tomar un rumbo distinto de conversación. Lo observo confusa.

-¿Vestido de graduación? ¡Yo no he elegido nada!- él da una sonrisa torcida.

-Tú no, pero ella sí- le lanzo una mirada asesina y él rápidamente me la devuelve -¿Qué querías? ¿Estar eligiendo un maldito vestido de graduación mientras audicionabas para una oportunidad que desaprovechaste?- observo a mi hermano atónita, realmente impresionada y principalmente destrozada. Después de unos segundos reacciona y busca palabras para retractarse- Yo... yo no quería...-

-Sé lo que querías decir, guárdate las palabras Edward-

-Cass, por favor. No quería hacerte sentir mal-

-Vaya. Sabes, siento que últimamente todos concursan para ganarse el puesto de quien me hace sentir peor- me levanto de la silla y tomo mi bolso para dirigirme a la salida de la cafetería.

-Cass- no presto atención al llamado de mi hermano y camino en dirección a los asientos de espera. Espero callada a que den el anuncio del retomo de vuelo, sin embargo no dejo de sentir la opresión en el pecho y el dolor incesante en la cabeza. Necesito tomar aire, pero no puedo, siento escalofríos en todo momento y sé muy bien que no es cuestión del ambiente. Algo pasa, es un presentimiento.

EuphoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora