Prefacio

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Nunca llegas a conocer a las personas, ni siquiera a aquellas que amas.

El dolor nunca muere, debí suponerlo desde antes. Todo fue un engaño, todas las sonrisas y afectos nunca debieron de haberme pasado.

Yo nunca debí haber pasado...

Mi paraíso volvió a ser infierno muy pronto. Nunca debí haber confiado, ni siquiera en ellos.

A fin de cuentas todos terminan convirtiéndose en las personas que me juraron no serían.

Escuchaba que todos decían que los sueños se hacían realidad. Sin embargo ¿Que sucede si una persona solamente tiene pesadillas?

Las palabras que me decía tan solo eran engaños dios mio. Tan solo eso y yo me rendí, me rendí ante mi demonio mayor.

Y la ambición de ella fue jodidamente grande.

Ahora... ya no siento frió, ya no siento calor, no me siento triste y mucho menos feliz. Tan solo podía sentir esa presión desgarradora en mi pecho. Me volvía a sentir vacía como en un principio.

Y todo esto... por la culpa de mi mayor destrucción. Él.

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