Te he perdido (Capítulo 38)

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-Mierda- mi píe se encontraba adolorido por el esfuerzo que ponía en los frenos del auto. Jamás había manejado el Mercedes de Edward. Él siempre lo cuidaba excesivamente, él siempre lo trató como si fuese su mayor tesoro, claro, antes de que llegara Tonia.

Algo en uno de los bolsillos delanteros de mis pantalones comenzó a sonar. Mi móvil no dejaba de hacer ruido y la vibración resonaba por todos lados.

Mientras manejaba por el centro de la ciudad los nervios crecían de una forma irritable, a tal punto que el estomago se me revolvía y daba vueltas como el auto en cada esquina. La mente me daba vuelcos y las arcadas crecían conforme buscaba la dirección de Luke. Estaba muy nerviosa o más bien temerosa. Algo se venía, algo que no me agradaría por la forma en que las cosas se estaban poniendo, tan solo necesitaba comprobar si él estaba bien, si tan solo él no estaba herido.

Mientras bajaba del auto y subía las escaleras prácticamente trotando, sentía como un agrave intranquilidad iba subiendo sobre mi y el pánico me inundó cuando observé su puerta y el silencio dominó el lugar, las últimas personas que había visto antes de llegar eran una pareja de chicas en el primer piso que me observaron de mala forma y después de entonces a nadie más. Algo andaba mal, jodidamente mal. Toqué la puerta con los nudillos temblorosos y la respiración agitada. Esperé durante algunos segundos y entonces se abrió la puerta y mi pulso se detuvo.

Era mi Luke y a la vez un completo desconocido que me observaba con una enorme impresión y con la respiración corta. Mi chico ahora no era mi chico, era alguien sin luz, alguien que no sabía que decir o cómo reaccionar.

-¿Luke?- las lágrimas se apoderaron de nuestros ojos, pues él después de algunos segundos más de observarme detenidamente quebró en lágrimas. Yo me quedé helada, él no era mi chico. Sin embargo la furia, el deseo, la impresión y el amor se apoderaron de mí. Sin decir nada me abalance a él y lo abracé. Él no reaccionó- ¿Luke?- repetí y él me separó y observó a los ojos.

-No- fueron las única palabra que escapó de sus labios. Sus ojos estaban hinchados y tenía unas graves ojeras debajo de ellos. Sus bellos ojos azules estaban rotos, no había brillo ni dulzura en ellos, tan solo un gran vacío- Cassie, no deberías estar aquí. Vete- lo observé impactada y horrorizada.

-Luke, por dios- traté de acercarme a él pero Luke retrocedió asustado- ¿¡Quién diablos eres!?- las lágrimas salieron de mis ojos y los labios me comenzaron a temblar. Al igual, él quebró en llanto.

-Vete-

-¿Qué?- dije entre mares de llanto- Yo... yo no me iré hasta que me digas que cojones te pasa ¿Qué diablos te ha pasado? ¡Mírate con un demonio! Me voy una jodida semana ¿Y qué diablos?- me tapo la boca para no dejar salir un alarido de dolor, el píe me sigue causando problemas- Regreso a Londres esperando que mi ¡MI JODIDO PROMETIDO! Venga por mí y me diga que me ama, que nos vayamos a Francia...- él se gira evitando mi mirada- ¡Mírame con un demonio! ¡Mírame! Regreso pensando eso Luke y que pasa ¿Qué DIABLOS PASA? Regreso y me encuentro con un desconocido, con alguien que ni siquiera me da la maldita cara ¡Mírame joder, que me mires!- él se queda helado dándome la espalda- Hazlo- Entonces él da un golpe al librero y de él caen varios ejemplares, se gira mostrándome un rostro crispado de coraje y remordimiento- ¿Quién diablos eres? ¿A caso ya no me quieres?- él me observa con pánico y su labio comienza a temblar- ¿Ya no sientes lo mismo, Luke?- él vuelve a quedar en silencio. Entonces las lágrimas saltan sin hacer ruido de mis ojos y el nudo en mi garganta amenaza con dejarme muda- No puede ser, ya veo- me seco con furia las lágrimas y lo observo con coraje para después dar la vuelta para salir de ahí y a los segundos siento su mano enredarse en mi muñeca y jalándome a él. Quedo entre sus brazos que me abrazan frenéticamente y después una de sus manos toman mi barbilla haciendo que lo mire.

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