Steady Love

VI

Nada de lo que salía de los labios de Viktor tenía sentido y por más que intentaba asimilar sus palabras su cerebro no las logró procesar. ¿Arte erótico?, jamás lo había mencionado, de hecho no tenía idea de que su especialidad era ese tipo de arte. Tenía en mente que el tipo de pinturas que Viktor realizaba eran paisajes o algo contemporáneo, en este caso al ser su modelo imaginó que haría un retrato de su rostro o cuerpo completo sentado en una silla o de pie... Pero jamás imaginó que tendría que desnudarse para ser retratado.

El calor de sus mejillas se extendió como llamaradas por todo su cuerpo, hipnotizado por esos brillantes zafiros que lo examinaban de pies a cabeza. El adulto invadió el espacio personal de Yuri, acorralándolo contra la pared mientras acercaba el pincel que sujetaba hasta la pequeña y fina nariz del rubio.

– ¿Por qué luces tan asustado? – Las finas hebras del pincel acariciaron la punta de la nariz ajena, provocándole al dueño de esta un escalofrío – No voy a hacerte nada malo, si es lo que estás pensando... ¿No confías en mi?, podemos dejarlo hasta aquí si no te crees capaz de hacerlo. –

– Claro que soy capaz y no estoy asustado – Respondió frunciendo el ceño cuando el artista puso en duda sus capacidades aún cuando no las había visto. Yuri era un chico sumamente orgulloso y siempre se encargaba de demostrarlo, sin importar que la persona frente a él fuera Viktor Nikiforov – Tampoco es que no confíe en ti, ¿o crees que estaría en tu departamento si no lo hiciera?. –

El albino sonrió fascinado al observar esas esmeraldas brillar con osadía, sintiendo como un escalofrío recorría su columna, excitado y ansioso por poder plasmar esa mirada en su lienzo.

– Tienes toda la razón – Respondió controlando sus impulsos, retrocediendo para tener una mejor visión de la figura contraria – Fue mi culpa no explicarte antes... – Caminó hasta un viejo sofá que muchas veces utilizaba como uno de sus recursos y tomó asiento. Extendió su mano hacia el pequeño ruso, invitándolo a llenar el vació a su lado – Todos se alarman al oír "arte erótico", porque lo relacionan con pornografía, relaciones sexuales explicitas – Suspira y rueda los ojos como si realmente le fastidiara el tema. Yuri se sentó a su lado, mirando con atención cada una de sus expresiones – Pero la pornografía es un término utilizado por aquellos que se mantienen ciegos al erotismo. –

– Debo admitir que sí me alarmé al oír la palabra "erótico" – Puso énfasis en aquel término –Más aún cuando me pediste que me desnudara...– Bajó la mirada hacia sus manos que jugaban nerviosas sobre su regazo, aún sintiéndose acalorado. –

– Lamento mucho haberte asustado y dado una mala impresión, es sólo que estoy tan acostumbrado que no me detuve a pensar en el efecto que tendrían mis palabras en ti. –

Yuri volvió a mirarlo para encontrarse con esos profundos ojos azules que lucían afligidos, arrepentidos. Fue una imagen de lo más maravillosa, no por la situación en sí, sino porque eran expresiones nuevas que nunca antes había visto en el rostro del famoso Viktor Nikiforov y que ahora comenzaba a conocer de cerca.

– Sólo quiero que entiendas algo, el arte erótico es la forma de representar la belleza del cuerpo humano – Con la yema de sus dedos acarició la sonrojada mejilla ajena, deslizándose lentamente hasta rozar la comisura de esos labios color cereza que se mantenían entreabiertos – A demás, la sexualidad forma parte integral de nuestras vidas, no debería ser algo tabú – Sonrió – El arte es peligroso, muchas veces pueden ofender o herir los sentimientos de los demás y no siempre hace felices a los espectadores – Se atrevió a entregar atención al labio inferior del menor con una etérea caricia – Después de todo, ¿no es el deber del arte provocar conmociones? –